Los equipos de Rajoy y Rivera negocian ya medidas sobre educación, economía, empleo, regeneración democrática o política social con el objetivo de tener un acuerdo listo a finales de la próxima semana. Ciudadanos confía en que los populares asuman la mayor parte de las 120 medidas que llevarán a la mesa. El PP asegura que trabajará con «generosidad» y desea que el entendimiento acabe con el partido naranja entrando en el Gobierno o dándole sólido apoyo parlamentario.
Hacer de Ciudadanos un socio estable durante cuatro años. Ese es el objetivo que busca el PP en la negociación que inició ayer con el partido naranja y que previsiblemente concluirá los próximos días con el compromiso de Albert Rivera de votar a favor de la investidura de Mariano Rajoy. Se materializará así la mayor rectificación estratégica en la corta historia de C’s a cambio de que los populares hagan suyas decenas de medidas del programa de Rivera. Seis han sido asumidas ya: las que componen el pacto anticorrupción que Rivera exigió firmar antes de sentarse a la mesa.
Los portavoces parlamentarios, Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta, protagonizaron el trámite que obligará al PP a apartar a cualquier cargo imputado por corrupción, limitar el mandato presidencial, reformar el sistema electoral, suprimir indultos a corruptos, acabar con aforamientos políticos y apoyar la creación de una comisión de investigación sobre su presunta financiación irregular. Todo ello deberá impulsarse en los tres primeros meses de gobierno, siempre que se saque adelante la investidura.
A partir de ahora, Ciudadanos intentará que Rajoy se comprometa a desarrollar la mayor parte posible del programa naranja. Llevarán a la mesa de diálogo unas 120-130 propuestas, explicaron fuentes de la formación naranja, con el objetivo de que una mayoría de ellas sean aceptadas. Los miembros del equipo negociador de Rivera -José Manuel Villegas, Juan Carlos Girauta, Luis Garicano, Melisa Rodríguez, Toni Roldán y Miguel Gutiérrez- defenderán ante los del de Rajoy -José Antonio Bermúdez de Castro, Fátima Báñez, Dolors Montserrat, José Luis Ayllon, Álvaro Nadal, Fernando Martínez-Maíllo y Andrea Levy- la necesidad de que España adopte medidas económicas, sociales e institucionales incluidas en su programa. No utilizarán “el verbo exigir”, explicó Girauta, sino que tratarán de convencer a sus interlocutores, teniendo siempre presente que “Ciudadanos tiene desde su origen una vocación, que es la de ser útil, servir a la sociedad y no crearle problemas, sobre todo no crearle problemas”.
El portavoz de C’s en el Congreso remarcó el viernes la voluntad de su partido por propiciar un clima lo más favorable al acuerdo, paso necesario pero no suficiente para desbloquear la situación. Por mucho que se entiendan Rivera y Rajoy y este sume 170 apoyos dentro de dos semanas, si el PSOE mantiene el ‘no’ la investidura será fallida y la interinidad se prolongará. Una situación que para Girauta conllevaría “peligros de orden económico muy graves”, además de “un deterioro institucional que no nos podemos permitir”.
Por eso ellos abordan la negociación con el PP “sin líneas rojas”, con mucha receptividad y dispuestos a cerrar un acuerdo exprés, como ya adelantó este diario. En nueve o diez días, ambos partidos tendrán que tener listo un pacto de mínimos que se estructurará en cuatro bloques, tal y como informó Rafael Hernando: economía, educación, política social y reformas institucionales.
La idea del partido de Rajoy es ir lo más lejos posible tanto en contenidos como en el grado de detalle de las propuestas. Ciudadanos solo quiere cerrar un paquete de 70-90 compromisos que en algunos casos serían meros enunciados genéricos y no la apuesta por políticas concretas, pero el PP pretende ir lo más lejos posible. “Es el principio de un gran amor”, dijo Hernando para resumir el arranque de la negociación. Hace tiempo que su partido defiende en público la pertinencia de buscar un acuerdo amplio que dé estabilidad al Gobierno e incluso propicie la entrada en el mismo de C’s.
Primera cumbre de una hora
La primera cumbre entre los dos equipos al completo, celebrada la tarde de ayer, se prolongó por espacio de una hora y abordó la metodología a seguir y cuestiones preliminares. A partir de ahora, cada negociador despachará con el que ejerce de espejo en el otro partido para ir limando diferencias y acordando puntos. Es lo que llevan haciendo Luis de Guindos y Luis Garicano desde hace varios días, intercambiando documentación y pareceres a través de sus respectivos equipos para acercar posturas en materia presupuestaria, techo de gasto y otras cuestiones de económicas. Las reuniones de doce o trece miembros serán muy puntuales, podría haber solamente una o dos más y con el objeto de ultimar el documento que firmarían Rajoy y Rivera.
“Negociaremos muchos contenidos relacionados con muchas cuestiones, no digo que [el pacto final] vaya a ser exhaustivo, pero sí que tenemos voluntad de alcanzar compromisos (…) en un número importante de ámbitos y de materias”, indicó Girauta. Su partido está convencido de que en un “plazo corto de una semana” las conversaciones habrán llegado “a buen puerto”: “nos sentamos a negociar con la voluntad de llegar a muchos acuerdos en muy pocos días”.
C’s persigue un “do ut des”, conceder a cambio de que le concedan, guiándose por esa ambición de ser útil. “Un acuerdo lo bastante satisfactorio para darle el ‘sí’ al candidato” es el objetivo, y no un programa de gobierno que implique la integración en el mismo o el compromiso de darle apoyo parlamentario toda la legislatura. Este es el deseo del PP, que de momento asume que solo puede tratarse un pacto de investidura. Conforme avancen las negociaciones intentarán que el entendimiento con Rivera vaya a más. La vista está puesta en el medio plazo, después de una investidura que podría llegar, si llega, en un segundo intento en septiembre-octubre.
El PP asegura sobre las exigencias previas que puso Rivera que “no ha habido ningún problema para firmarlas” y está seguro de poder cerrar acuerdos programáticos en un abanico grande de materias, de educación a lucha contra la pobreza, pasando por medidas de regeneración o contra la violencia de género. “Vamos a trabajar con generosidad pensando en los intereses de los españoles”, aseguró Hernando, porque “los españoles no se merecen que haya unas nuevas elecciones”.
La espada de Damocles de nuevos comicios en Navidad, algo que en caso de bloqueo solo podría evitar una importante reforma legislativa, marcará las próximas semanas. El PP dispone así de un nuevo elemento de presión sobre Sánchez para engordar el argumentario de que hay que permitir gobernar al único que ganó y mejoró resultados el 26-J, no existe una alternativa viable y urge salir de la interinidad para cumplir con Bruselas o aprobar los Presupuestos.
“Si hay elecciones y no hay Presupuesto”, explicó Hernando, lo van a pagar los “nueve millones y medio de pensionistas” que no verán actualizadas sus pagas, los “dos millones setecientos mil funcionarios” a los que les ocurrirá otro tanto de lo mismo, las “empresas que trabajan con el sector público y van a tener que despedir a gente” porque el Gobierno en funciones no puede sacar obras a concurso y todos los españoles en general, puesto que “no se va a poder mejorar las prestaciones sociales” pese al aumento de los ingresos motivado por la recuperación económica. Pedro Sánchez le dio la réplica desde Ibiza: el PSOE no solo se va a oponer a la investidura de Rajoy, también rechazará los Presupuestos en caso de que lleguen al Congreso: «Seguro que traerán más recortes».