En campaña electoral, Albert Rivera denunciaba una alianza entre Ferraz y Génova para «salvar al soldado Sánchez». Pues bien, el soldado está a punto de ser abatido por fuego amigo. El Comité Federal del PSOE dejó ayer claro que una parte de su partido espera ansiosa su caída y que Susana Díaz le dará la puntilla en cuanto tenga ocasión.
Tal y como adelantamos ya en SABEMOS, la clave del Comité Federal del partido no estuvo en la política de pactos. Ya estaba decidido que a Sánchez se le pondrían condiciones para el diálogo que harán muy complicado, casi imposible, un acuerdo con Podemos, en tanto que la formación que dirige Pablo Iglesias no tiene intención alguna de refrenar su voluntad de celebrar un referéndum –si bien es cierto que tras la reunión mantenida con Mariano Rajoy en Moncloa pareció menos comprometido con esta cuestión que en otras ocasiones, y dio mucha más importancia a su propuesta de ley de emergencia social, que probablemente sí contase con el beneplácito de los socialistas–. Y aunque Iglesias y sus socios regionales se bajasen de esta burra, que no parece probable, aún le harían falta más apoyos.
Lo que de verdad se disputaba era la fecha de la celebración del congreso del partido para elegir al próximo secretario general, que puede ser clave para la continuidad de Sánchez como líder socialista. Para el secretario general todo lo que sea retrasar la fecha del Congreso es ganar tiempo y, en caso de que se convoquen nuevas elecciones, la garantía de volver a liderar la lista del PSOE y, con suerte, mejorar las escuálidas cifras del 20-D. A su favor está que, debido a los procedimientos internos, ya es casi imposible celebrar el 39 congreso antes de marzo, cuando tocaría en febrero, y Sánchez quiere dilatar aún más la convocatoria, hasta primavera, esquivando el Comité Federal que debería tratar la cuestión. Una actitud que muchos en el partido consideran poco democrática.
Pese a que Sánchez insiste en que «primero España, después el PSOE», hay numerosas voces que lamentan que el orden de prioridades es distinto. Primero Sánchez y luego, ya si eso, todo lo demás.
Andalucía, Castilla-La Mancha y Valencia piden que el congreso del PSOE sea en febrero
Los líderes del PSOE en Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha y Andalucía son claramente partidarios de no aplazar el congreso que el PSOE tenía previsto celebrar a finales de febrero, como pretende la dirección de Pedro Sánchez y apoyan algunas federaciones, entre ellas Madrid. Mientras tanto, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, reconoció que tiene «dudas» sobre cuál es la mejor decisión.
Las posturas encontradas en el seno del PSOE se hicieron públicas al fin después de varias semanas de comentarios soterrados a favor y, sobre todo, en contra de Sánchez.
Los presidentes de Andalucía, Susana Díaz, Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, han defendido ante los periodistas que el cónclave socialista tiene que hacerse «cuando toca». Y lo que estaba previsto era cuando se cumplieran cuatro años desde el 38 Congreso, que tuvo lugar a finales de febrero de 2012.
Sin embargo, el pasado 21 de diciembre, un día después de las elecciones, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, aseguró que la Ejecutiva propondría aplazarlo «a primavera», para que tuviera lugar después de la sesión o sesiones de investidura. Y Sánchez anunció ese mismo día que se presentará a la reelección.
El líder de los socialistas no habló ni de su candidatura ni de la fecha del congreso en su intervención ante sus compañeros del Comité Federal, la única que ha tenido lugar en abierto. Después, la primera en hablar, de las 49 personas que han solicitado la palabra, ha sido la presidenta andaluza, que tampoco hizo mención expresa a este asunto.
Que Podemos se olvide de Cataluña
El Comité Federal del PSOE aprobó este lunes la resolución política pactada entre el líder del partido, Pedro Sánchez, y los dirigentes regionales en la que se fija como «condición indispensable» para abrir negociaciones con otras formaciones políticas de cara a la posible formación de un gobierno «de cambio», que éstas renuncien a planteamientos que incluyan «consultas o separatismos» que sólo conducen a la división.
El texto ha sido aprobado con el único voto en contra de los cuatro representantes de la corriente interna Izquierda Socialista en el máximo órgano entre congresos, en el que, finalmente, sólo se sometió a votación ese documento, toda vez que el acuerdo sellado este domingo entre Sánchez y sus barones evitó que los dirigentes regionales presentaran uno alternativo al que preparaba Ferraz.
La resolución subraya que los españoles «pueden tener plena confianza en que el Partido Socialista estará, una vez más, a la altura de las circunstancias y asumiendo su responsabilidad» y que, como ha hecho históricamente, volverá a primar en sus decisiones «el interés general de la sociedad española».
Aún asumiendo que los socialistas cosecharon un «mal resultado» electoral que ha de llevarles a «abrir una reflexión profunda» para «mejorar» la organización, «su estrategia y sus políticas», el PSOE remarca que sigue siendo la segunda fuerza en votos y escaños, se reivindica como «líder de la alternativa a la derecha del PP» y saca pecho porque gobierna en nueve de las 17 comunidades autónomas y dirige «miles de ayuntamientos».
Sobre Rajoy
Con estos argumentos el máximo órgano entre congresos del PSOE garantiza que votará en contra de la investidura de Rajoy «y de un nuevo gobierno del PP». «Ése es el mandato de nuestros votantes y de la mayoría de los españoles. Votar en contra del PP y de Rajoy es votar a favor del cambio que expresaron la mayoría de españoles el pasado 20 de diciembre», especifica un texto en el que se presenta al PSOE como «lo contrario del PP» y como «la primera fuerza del cambio en España».
La resolución contempla tres escenarios: que Rajoy logre ser investido para seguir en La Moncloa, que no consiga los apoyos necesarios para ello y el PSOE intente liderar «el cambio», o que haya que convocar nuevas elecciones. En el primer caso, el PSOE se compromete a liderar «una oposición exigente» con los derechos de la ciudadanía «y leal» al Ejecutivo en los grandes asuntos de Estado como la lucha antiterrorista y la defensa de la unidad de España.
Si Rajoy no es capaz de sellar ningún acuerdo para ser investido presidente, será cuando «el PSOE actuará como primer partido del cambio en aras del interés general y con sentido común y responsabilidad» porque, según destacan, «las nuevas elecciones deben ser la última opción, porque supondrían un fracaso colectivo».
Susana Díaz: «Antes de sentarnos a negociar, Pablo Iglesias tiene que renunciar a su referéndum vinculante en Cataluña»
La presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, puso énfasis en que la resolución aprobada por el Comité Federal del partido es «clara» y señala que «antes» de que los socialistas se sienten «a negociar» con Podemos esta formación «tiene que renunciar a su referéndum vinculante en Cataluña».
Así lo ha señalado la presidenta al término del Comité Federal, a cuya entrada había dicho en esa misma línea que el PSOE «no puede gobernar a cualquier precio» y que para sentarse a negociar con un partido político éste debe renunciar a «salirse de la Constitución, romper la unidad de España o celebrar un referéndum vinculante» sobre Cataluña.
Antes de entrar en el encuentro, la presidenta andaluza también subrayó que «para sentarse a negociar» con Podemos, este partido tenía que «renunciar» a esos planteamientos y que le preocupa que «el PSOE no esté a la altura de España».
En otro orden de cosas, a la salida del Comité, Díaz rechazó hablar de la fecha para la celebración del 39 Congreso y señaló que no piensa «en cuestiones orgánicas» sino «en lo que preocupa a los españoles y a este país».
«Eso es lo que me preocupa a mí», ha recalcado la líder de los socialistas andaluces, quien a su entrada al Comité sí había reclamado que se celebre «cuando toque», de acuerdo a lo que «marcan los estatutos» del partido.
García-Page admite que «quizá» hoy es más probable que haya nuevas elecciones que investir presidente a Pedro Sánchez
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, confesó que «quizás» a día de hoy es «más probable» que acabe habiendo nuevas elecciones generales a que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sea investido presidente del Gobierno.
En declaraciones a los periodistas, el mandatario castellano-manchego admitió que es difícil contestar a si hay más posibilidades de que Sánchez suceda a Mariano Rajoy o de que se tengan que convocar nuevos comicios porque no se llegue a pactos que propicien la designación de un nuevo jefe del Ejecutivo.
«No sabría que decir, es casi jugar a una cierta lotería. No lo sé, caben las dos opciones», ha respondido en primer término. No obstante, a renglón seguido ha añadido: «Sinceramente quizás hoy es más probable que haya segundas elecciones pero es una pregunta que, más que hacérnosla a nosotros, se la tienen que hacer a otros actores políticos».
Los palos a Pedro Sánchez de Rivera e Iglesias
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, por si no tuviera bastante con los que le llegan desde su propia casa, recibió ataques cruzados del PP, Ciudadanos y Podemos. Mientras que los populares le han pedido responsabilidad para que Mariano Rajoy siga siendo presidente, Albert Rivera le ha instado a «mover ficha» y Pablo Iglesias le ha acusado de hacer «teatro».
Sánchez fue muy mencionado tras las entrevistas mantenidas por Rajoy en el Palacio de la Moncloa con los líderes de Podemos y Ciudadanos para analizar el panorama político tras el 20D y las expectativas para la investidura del presidente del Gobierno.
Mientras el líder del PSOE iniciaba la reunión del Comité Federal del PSOE que debatía la política de negociación que ha de seguir el partido, Iglesias trasladaba cara a cara a Rajoy que «ni por activa ni por pasiva» va a facilitar un Gobierno presidido por alguien del PP. Es, al menos, lo que aseguró a la prensa en una conferencia de prensa posterior en la que ha alertado de que el PSOE está pensando en una «gran coalición» con PP y Ciudadanos. Iglesias fue preguntado insistentemente por la posibilidad de que Podemos aparque su defensa del referéndum catalán en aras de un acuerdo con el PSOE y, aunque no pronunció la palabra referéndum, ha asegurado que su posición es muy clara. «Lo que hemos dicho es lo mismo que decimos siempre: quien no entienda que la unidad de España se defiende desde la democracia y quien no entienda la diversidad y la plurinacionalidad del país no ha entendido nada. Lo mismo que dijimos hace una semana lo seguimos diciendo», subrayó.
Pero dejó abierta una puerta a la esperanza de Sánchez al afirmar que la prioridad es que el futuro Parlamento apruebe cuanto antes su «Ley 25 de Emergencia Social» y para ello pretende presentar una proposición el mismo día de constitución de las Cortes con el fin de que, por ejemplo, ningún español sufra cortes de luz y calefacción y se acaben los desahucios sin alternativa habitacional. Después de acusar a los socialistas de estar más preocupados de sus luchas internas que de los problemas de los ciudadanos, emplazó al PSOE a dejar de hacer «teatro» y aclarar si finalmente va a facilitar un gobierno del PP con su abstención. Algo que se teme después de que los socialistas se alinearan con PP y Ciudadanos al elogiar el mensaje de Navidad del Rey y en el que Iglesias lamenta que no hablara de corrupción ni de desigualdad.
Rivera también fijó su mirada en Sánchez, y tras reunirse con Rajoy, le instó a «mover ficha» para permitir que comience la legislatura. Ciudadanos votará «no» a la investidura de Rajoy, pero si el PSOE se abstiene, reconsideraría su decisión y haría lo mismo para permitir la formación del Gobierno. De momento, Rivera ha reconocido que Sánchez no está dispuesto a permitir una mesa de diálogo como la que él defiende. «Hasta que eso no se produzca, esperaremos a ver si se pone en marcha la legislatura. Estaremos expectantes para ver si el PSOE cambia», ha señalado antes de constatar la «batalla interna» que hay en el Partido Socialista. Ante esta situación, admitió que coincide con los barones que, como Susana Díaz, Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Vara, son contrarios a que el PSOE llegue a acuerdos con Podemos y la «amalgama» de partidos con los que está coaligada la formación de Pablo Iglesias porque defienden un referéndum territorial.
«A ver cómo sale Pedro Sánchez de ésta. Le pido que escuche a sus líderes territoriales. La soberanía nacional no debería estar en juego en un acuerdo de Gobierno con Podemos ni con sus coaliciones», añadió. Rivera ha señalado que la abstención de Ciudadanos ante un hipotético acuerdo de Gobierno entre PSOE y Podemos es algo que no se plantea y se ha limitado a señalar que su partido estará atento a las conversaciones entre esas dos fuerzas políticas.