Para recuperarse o para darse un merecido homenaje tras haber sobrevivido a las fechas más extenuantes del año. Si las navidades te han dejado unos kilitos de más, si sueñas con respirar aire fresco y desconectar frente a la chimenea… o si cambiarías todos tus regalos por un buen masaje, es el momento ideal para hacer una escapada detox post-navideña y empezar el año con las pilas cargadas. Prepárate para tachar de tu lista de propósitos el primer punto: mimarte.
1. Desintoxicarse del mazapán a pie de playa
Sólo hay una razón para alojarse en este paraíso de bienestar llamado +Qi The Energy House: relajarte y a encontrarte mejor. Cuerpo y mente encuentran el perfecto equilibrio en este remanso de paz alicantino, escondido en medio del Parque Natural de la Sierra de Mariola, que nos propone canalizar la energía universal a través de la cocina ecogourmet y macrobiótica, las clases diarias de yoga, las rutas en bici de montaña, las sesiones detox, los talleres de coaching y las mágicas noches ‘en blanco’ donde nada se interpone entre el Mediterráneo y tú. Gracias a la iniciativa The Country Chef de Ruralka, que pretende apoyar a los cocineros del campo recuperando recetas y materia prima de primera calidad, el producto ecológico y la alimentación equilibrada son pilares de su carta y su filosofía, en la que no faltan los pescados salvajes y los platos para veganos y celiacos.
2. Empezar el año con un brindis (o dos)
La Rioja es una opción apetecible en cualquier época del año y enero un mes tan bueno como cualquier otro para hacer enoturismo. La Finca de los Arandinos es una parada obligatoria. Diseñado por David Delfín en medio de viñas, olivos y árboles frutales, este novedoso proyecto que aúna hotel, bodega, restaurante y spa propone momentos inolvidables como una cena degustación en el restaurante Tierra, alejado del ruido, a los pies del Moncalvillo, maridada con los vinos de la casa; un masaje para dos en su coqueto spa; un desayunos slow para saborear los productos de la comarca; una visita con cata a la bodega… Llenar los pulmones con el aroma de la lavanda, la uva y la aceituna hasta llegar a Logroño, ver los museos del vino y hacer una ruta por el románico.
3. Terminar ese libro al calor de la chimenea
Con este frío, lo que más apetece es quedarse cerca de la chimenea y terminar ese libro que parece no tener fin. ¿Nos vamos a Galicia? Diseñado como un reducto de serenidad para el viajero, en mitad de un bosque de robles centenarios y a orillas del río Sar, el Relais & Châteaux A Quinta da Auga de Santiago de Compostela que ocupa una antigua fábrica de papel del siglo XVIII, es el sitio perfecto para hacer una escapada invernal, desconectar del ritmo frenético de la ciudad, sentirse como en casa y relajarse en su spa. Su restaurante Filigrana estrena estas fechas una carta de temporada y de Km O en la que conviven las carnes gallegas y los pescados salvajes, protagonizada por platos como el costillar de jabalí confitado. Sencillamente delicioso.
4. Flotar hasta arrugarse en un spa rural
En pleno corazón del Empordà, en la Costa Brava. Entre soberbias playas y pueblos medievales se levanta una masía del siglo XVIII convertida en un exclusivo hotel con fabulosas vistas y un impecable servicio. El interior del Relais & Châteaux Mas de Torrent alberga tanto suites clásicas como otras de estilo contemporáneo, dos extraordinarios restaurantes… y un spa del que nos costará desengancharnos. Pero ya que estamos en la bella tierra que Dalí tanto amaba, merecerá la pena salir para descubrir otras joyas como el pequeño puerto de Cadaqués y los pueblos de Pals, Peratallada y Sant Martí d’Empúries.
5. Dormir en un árbol en plena naturaleza
Las posibilidades de escapada no tienen por qué acabar a los pies de los Pirineos. En la región de Poitou-Charentes, a tres horas y media de París y en el corazón de un paraíso natural de 260 hectáreas, Domaine du Bois aux Daims es el único lugar en el que dormir en una cabaña construida sobre un árbol y despertar rodeado de animales no está reñido con lujos tan estimulantes como relajarse a lo grande en los 6000 metros cuadrados de zonas acuáticas de su Deep Nature Spa o hacer una visita en familia al parque de atracciones de Futuroscope, situado a pocos kilómetros. Planazo.