Los muertos del rock (y aledaños culturales) constituyen una de las mitologías favoritas de la cultura pop. Entre otras cosas porque a menudo fallecen en circunstancias chocantes, ahogados en vómitos o electrocutados por amplificadores, por su propia mano o en reyertas estrafalarias.
Nos recuerdan a quienes vivimos vidas mediocres y cuya máxima aspiración es morir tranquilos en la camita que hasta para despedirse de este mundo hay que tener clase y ser una estrella. Los muertos del rock nos recuerdan que hay otras formas de vivir la vida aunque no podamos aspirar a ella, y eso nos fascina.
El dibujante Armando G. juega con la idea de convertir al fan en una especie de demiurgo de costumbres infantiloides, y ha lanzado un fanzine que imita una colección de cromos, pero en vez de sobrias instantáneas de jugadores de fútbol o momentos escogidos de una serie de televisión de moda, los adhesivos recopilan muertos insignes. Frank Zappa, Bon Scott, Juan Antonio Canta, y más allá del ámbito musical (pero indudablemente asociados a ese universo pop de nombres que asociamos con una vida especial y, a su manera, envidiable), gente como Divine, Eugenio o Félix Rodríguez de la Fuente.
El fanzine tiene formato de álbum para pegar los cromos de estética fúnebre, decorado con grotescos cráneos y biografías que relatan con sorna las vidas de los homenajeados. El conjunto se completa con una ouija, algunas pegatinas y una chapa sorpresa (a mí me salió Joey Ramone).
El invento salió a la venta hace unos cuantos meses, pero yo me he topado con él esta misma semana en la tienda de memorabilia punk La Negra: mentiría si no dijera que no corrí a casa con ilusión infantil para abrir el pack de cromos y comprobar los nombres de todos los muertos, de Antonio Vega a Syd Barrett. Por supuesto, no queda ningún hueco en el álbum, la colección está completa: paradójico en una colección que, como el propio Armando G. señala, no se acaba nunca. Una colección de cromos eterna: un sueño infantil hecho realidad para una fantasía adulta de tintes macabros.
Tus muertos favoritos
Armando G.
2015