Bankia logró un beneficio neto atribuido de 1.040 millones de euros en 2015, lo que supone un incremento del 39,2% sobre las ganancias de 747 millones registradas en 2014, según ha informado este lunes la entidad, que elevará un 50% el dividendo.
Bankia ha logrado este resultado tras descontar la tasa fiscal (391 millones), los intereses minoritarios, y el efecto de la provisión por los litigios de la OPS, que supone un impacto neto en resultados de 184 millones de euros. Excluyendo los litigios sobre la OPS, la rentabilidad sobre fondos propios pasó del 8,6% de 2014 al 10,6% del pasado año, mientras que si se incluye dicho efecto, la mejoría es del 6,6% al 9%.
Con este avance en los resultados, el consejo de administración de Bankia ha acordado proponer a la próxima junta general de accionistas del banco el abono de un dividendo de 2,625 céntimos de euro por acción con cargo a las ganancias de 2015, lo que representa un 50% más sobre los 1,75 céntimos repartidos con cargo al beneficio de 2014. El ‘pay out’se eleva a casi el 30%.
En términos absolutos, Bankia retornará a sus accionistas 302 millones de euros. De esta cifra, el Estado, a través de BFA, recuperará -tomando como referencia su participación actual en Bankia del 64,2%- otros 194 millones de euros de ayudas públicas, lo que elevará el montante ya devuelto por Bankia a 1.626 millones de euros.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha destacado que Bankia ha sido capaz de cumplir los objetivos comprometidos. «Somos un banco muy sólido, muy solvente y muy rentable. Y estas fortalezas son las que nos permiten proponer un incremento del dividendo del 50%, en definitiva, seguir avanzando en la devolución de las ayudas a los contribuyentes», ha resaltado.
Por su parte, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha incidido en que la recurrencia de los ingresos básicos del negocio bancario y el control de costes permiten a Bankia ser «muy eficiente», y eso se traduce en «una mayor capacidad de beneficios, que han llevado el resultado del año por encima de los 1.000 millones de euros».
En cuanto a los resultados del año 2015, el cierre del ejercicio continuó la tendencia de los últimos trimestres. En este sentido, el margen de intereses se situó en 2.740 millones de euros (-6,4%), afectado principalmente por la bajada del rendimiento de los bonos de la Sareb. Sin ese efecto, y pese a unos tipos de interés del 0%, al duro entorno competitivo y a la decisión de la entidad de retirar las cláusulas suelo, el margen de intereses habría subido en el año un 1,7%.
Los ingresos por comisiones permanecieron básicamente estables (-1%) al totalizar 938 millones de euros en el conjunto de 2015. Por su parte, los resultados por operaciones financieras subieron un 29,2%, hasta 281 millones de euros, debido a las plusvalías obtenidas con la gestión de la cartera ALCO. Su volumen no varió, pero la rotación de sus activos dio lugar a la obtención de plusvalías. De este modo, el margen bruto llegó a 3.806 millones de euros, al tiempo que los gastos de explotación se redujeron en un 4,8%, hasta los 1.658 millones de euros, lo que dejó el margen antes de provisiones en 2.148 millones de euros, un 5,2% menos que en 2014.
Otro elemento destacado, según la entidad, es el efecto positivo que tiene sobre la cuenta de resultados la mejora de la calidad del balance de Bankia, después de que en 2015 se redujera el saldo de créditos dudosos y también el de activos adjudicados. Aun así, el banco tuvo que hacer provisiones por dudosos y adjudicados por importe de 724 millones de euros, pero dicha mejora del balance permitió que esta rúbrica se redujera un 34,6%. El coste del riesgo (volumen de provisiones sobre crédito) bajó de 0,60% de 2014 al 0,43% de 2015.
De esta forma, el resultado después de provisiones creció un 12,5%, hasta 1.597 millones, y el beneficio antes de impuestos se elevó a 1.636 millones de euros, un 33,6% más. De forma recurrente, Bankia reduce cada trimestre el saldo de créditos dudosos, tanto por vía orgánica como a través de ventas de carteras. En el conjunto del pasado año, los dudosos bajaron en 3.551 millones de euros, hasta los 12.995 millones de euros.