Samsung afianza el duopolio con el S6

El S6 Edge de Samsung le devuelve el brillo a los coreanos

Después de un año flojo por culpa de un S5 que no estuvo a la altura de las expectativas, Samsung recupera terreno con un Galaxy realmente galáctico.

El fabricante coreano Samsung necesitaba una victoria. Una clara, sin lugar a dudas. El rival directo, el iPhone 6, se le había escapado en la tabla clasificatoria, e incluso otros equipos con menor presupuesto le disputaban el título de liga. El Galaxy S5 había sido un mal partido, un recuerdo triste que intentar borrar y que había eclipsado otros éxitos, como la espléndida madurez que está viviendo la gama Note. Después de probar el dispositivo durante unos días, Sabemos puede afirmar que el Samsung Galaxy S6 Edge es el triunfo que necesitaba la compañía. La prueba definitiva de que, cuando está en plena forma, el coloso asiático es capaz de plantarle cara al de Cupertino.

El iPhone 6 fue un éxito, y no sólo en ventas. Apple recuperó sensaciones, apostó por pantallas más grandes, abrió su plataforma como nunca antes y, a cambio, probablemente superará los 200 millones de teléfonos vendidos mucho antes de lo previsto. Especialmente representativo es su éxito en China, donde su cuota de mercado ha llegado a superar el 25% pese a la encarnizada competencia entre fabricantes Android de bajo coste.
 
El Galaxy S6 Edge, la estrella de la gama y, probablemente, el principal motor de ventas de Samsung, tiene un elemento que jamás hay que despreciar en el mundo de la telefonía móvil, un entorno donde hay dispositivos de lo más razonables en el mercado por precios absolutamente irrisorios y con prestaciones que hasta hace poco estaban reservados a la gama alta. El S6 Edge mola.

La importancia de ser ‘cool’

El molar no es sólo un pueblo de Madrid. Es una conditio sine qua non para terminales con precios que superan los 850 euros. En Estados Unidos hablan de wow factor para referirse a ese intangible que hace que tu dispositivo sobresalga frente a los demás y provoque admiración e incluso envidia entre los cuñados. 
 
Sacar en público el S6 Edge es como llevar un tarro de miel a una convención de imitadores de Winnie The Pooh. Te lo quitan de las manos, se maravillan con sus bordes curvos, te lo devuelven con tristeza y te recuerdan la suerte que tienes de escribir sobre este tipo de cosas. 
 
Pero no es sólo una chica bonita. Samsung ha presentado un dispositivo muy completo que responde bien ante cualquier situación, que gracias a la influencia de la filosofía estética Material Design de Google ha conseguido que Touchwiz no sea una carga, Creo que jamás pensé que fuera a decir algo así. 
 
La compañía ha renunciado a la impermeabilidad del S5, o a su resistencia al polvo. También al concepto de la batería reemplazable que siempre enarboló como bandera. Pero quien algo quiere, algo le cuesta. A cambio, el S6 en sus dos versiones tiene una carga inalámbrica que funciona con una fluidez sorprendente, aunque no sea capaz de competir con el cargador por cable, que te ofrece cuatro horas de carga con sólo diez minutos de enchufe.
 
Quizá el punto en el que más destaca el S6 es su cámara. Durante los últimos días, hemos hecho distintas pruebas poniendo frente a frente al terminal de Samsung con el iPhone 6. Se trata de las dos mejores cámaras de móviles que hemos probado nunca, pero sorprende muy positivamente el magnífico tratamiento de los colores, más natural que el del iPhone en casi todas las situaciones, y una precisión en situaciones de poca luz realmente impresionante. La mayor parte de los analistas especializados en fotografía coincide con nosotros: los 16 mpx de la cámara del S6 Edge la convierten en la mejor del mercado, codo a codo con la del iPhone.
 
Ahora sólo queda por ver qué harán los rivales. HTC desperdició un valioso cartucho con el HTC One M9, un dispositivo de espléndida factura pero que, pese a aportar algunas cosas interesantes en su interfaz, peca de una cámara que, simplemente, no está a la altura de sus rivales salvo a la hora de hacerse selfis. Sony no tardará en presentar su Z4, presumiblemente con un mayor grado de impermeabilidad aunque con un diseño muy similar al del Z3, si nos fiamos de las prestaciones que se han ido filtrando. LG, que dio la campanada con el G3, una de las sorpresas del año pasado, podría replicar su éxito este año gracias a una pantalla ligeramente curva y algunas sorpresas en piel. Será, eso sí, uno de los últimos fabricantes en abandonar el concepto de las baterías extraíbles. 
 
En todo caso, no se esperan ya grandes sorpresas entre los grandes fabricantes. Está todo el pescado vendido y, salvo que algún fabricante inesperado rompa la baraja, Apple y Samsung siguen empeñados en que la gama alta sea una liga a la escocesa.

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