El PP propone revisar el sistema fiscal para “que pague más quien más tiene”, crear un fondo para combatir la pobreza energética, impulsar un plan contra la precariedad laboral y promover un pacto educativo que supere la Ley Wert. El presidente en funciones pretende presionar así a los socialistas y dejarles sin argumentos en su negativa a articular la gran coalición.
“Creemos que lo mejor para España es esto: un acuerdo muy mayoritario, en una situación muy similar a la que hay en Alemania, Austria u otros países de la Unión y en las instituciones europeas”. Mariano Rajoy ha redoblado la presión sobre Pedro Sánchez con una estrategia destinada a entorpecer sus negociaciones ante la investidura y empujarle hacia la gran coalición. O al menos dejarle sin argumentos en su negativa a explorarla.
La táctica, implementada esta semana ante el protagonismo presidencialista que estaba adquiriendo Sánchez, pivota sobre dos ejes: recordarle lo que han hecho los socialdemócratas europeos en situaciones idénticas y asumir buena parte de las reivindicaciones del PSOE. Este último movimiento quiere desarmar de razones al candidato socialista y acortar la distancia ideológica de ambos proyectos. Cincuenta y tres días después de las elecciones, Rajoy ha puesto sobre la mesa su plan de legislatura, que asume hasta casi la literalidad una treintena de las propuestas enviadas por Sánchez a los grupos parlamentarios.
Flexibilización del objetivo de déficit. El PP estaba abocado a pedir a la UE una revisión de esos compromisos, ante la desviación con que cerró el ejercicio 2015 y el desequilibrio que presentan los presupuestos de este año, ya advertido por la Comisión. Sin embargo, no deja de ser elocuente que Rajoy se abra a ello el día en que empieza a negociar con Rivera y tres jornadas después de que el líder de Ciudadanos y el socialista fijaran tal reclamación como prioridad del próximo Ejecutivo. Los populares resaltan su compromiso con la estabilidad presupuestaria, pero “haciendo uso de la flexibilidad que permite la normativa europea y atendiendo al contexto de la situación fiscal y financiera de España”.
Economía y empleo. Génova asume que la precariedad laboral es uno de los grandes problemas de España, como indican PSOE y Ciudadanos, y se propone combatirlo con medidas ya recogidas en el programa de Gobierno de Sánchez. Entre ellas, destacan “aumentar la efectividad de las políticas de empleo”, “fortalecer los programas de formación de desempleados”, impulsar la “contratación indefinida” sobre la temporal y “favorecer la conciliación”. Rajoy y Sánchez siguen lejos, en cambio, en el régimen de relaciones laborales, uno de los puntos que más distancia también a C’s del PSOE.
Competitividad y apoyo a emprendedores. La consonancia de populares y socialistas en este bloque es casi total. El partido en el gobierno admite la necesidad de impulsar una Ley de Cambio Climático, favorecer la adaptabilidad tecnológica en la industria, apostar por la economía digital y facilitarle la vida a los emprendedores. En este último punto, coincide con el PSOE en darle “un impulso adicional a las medidas de segunda oportunidad empresarial” y cambiar la cotización de los autónomos para adaptarla “a sus ingresos reales”.
Fiscalidad y financiación. El PP se compromete a que el nuevo modelo de financiación autonómica -a aprobar esta legislatura- asegure “un nivel mínimo de servicios en todos los territorios” y asume el lenguaje socialdemócrata al hablar de fiscalidad. “Avanzar en la definición de un sistema tributario que sea aún más eficiente, que exija más a quien más tiene, y que contribuya más al progreso” es el objetivo de Rajoy, que garantiza pedir en Europa una “revisión de los procedimientos y reglas de estabilidad” para que no se centren “únicamente en los objetivos fiscales”.
Además, promete “redoblar los esfuerzos en la lucha contra el fraude” con un plan que aumentaría los recursos de la Agencia Tributaria, abordaría el régimen de las SICAVs y lucharía contra la evasión internacional.
Pacto social. El mero hecho de fijar la consolidación de “los pilares del Estado del Bienestar” como uno de los grandes objetivos de la legislatura ya es un gesto hacia quienes llevan años acusando al PP de falta de sensibilidad social. Dicho pacto propuesto por Rajoy pretende “garantizar unas pensiones sostenibles (…) avanzando en la reordenación de la financiación” del sistema, modernizar la sanidad y mejorar la atención a los colectivos más desfavorecidos. En este último bloque se incluye hasta la “creación de un fondo nacional para atender a situaciones extremas de pobreza energética”, medida similar a lo que plantean PSOE y Podemos.
Educación. Hace apenas dos años que el PP aprobó la LOMCE, pero ya se propone superarla para buscar un “pacto por la Educación” del estilo del reivindicado por PSOE y C’s. Rajoy no se plantea un MIR de profesores ni reconocer las becas como derecho, pero sí coincide con Sánchez en mejorar la Formación Profesional y en la necesidad de “convocar a todos” los actores políticos y sociales para que la reforma se haga por consenso. Asimismo, es partidario de un “acuerdo sobre la ciencia” idéntico al de los socialistas para aumentar la inversión en I+D+i.
Regeneración. Rajoy ha incluido la lucha contra la corrupción como una de sus prioridades esenciales. En línea con Sánchez, propone “reforzar los controles con una reforma en profundidad de la legislación de contratos del sector público”, la “regulación de los lobbies” y “agilizar la respuesta penal frente a los casos de corrupción, mejorando los medios materiales y personales al servicio de la Administración de Justicia”.
El PP contempla también cambiar el régimen de aforamientos, la “rendición periódica de cuentas en relación a los indultos otorgados” y la reforma de la Administración y del sistema electoral. En este último punto, sin embargo, Génova solo cita el cambio del régimen local -para que la lista más votada gobierne en los municipios-, si bien matiza que es el punto de partida y deja la puerta abierta a negociar más transformaciones.
Otros. Por último, el presidente en funciones cita las materias en las que ya hay consenso entre las principales fuerzas políticas. La política antiterrorista, la apuesta por el europeísmo o la defensa de la unidad nacional son recogidas en un documento que en gran parte parece inspirado en el programa de Gobierno esbozado por Sánchez y dirigido a dejar sin argumentos a un PSOE que insiste en no pactar con el PP. Los líderes de ambos partidos tendrán ocasión de hablarlo esta tarde en reunión bilateral.
Del mismo modo, el grueso de este programa encaja con el ideario de C’s, lo que hace viable el plan de Rivera de articular un pacto a dos bandas con socialistas y populares que haga inexplicable no designar un Ejecutivo que lo desarrolle. Ante la «guerra fría» que mantienen PP y PSOE, el partido naranja tiende puentes para buscar espacios comunes y tratar de fraguar un programa y un Gabinete alejado de las pretensiones de Podemos y los independentistas. Sigue siendo una tarea hercúlea, pero hoy lo tiene un poco más cerca que ayer.