El grupo BBVA cree que su filial de capital riesgo para adquirir startups del sector fintech , BBVA Ventures, volará mejor por libre. La entidad ha decidido disolver esta división y convertirla en un fondo independiente, Propel, al que ha transferido sus 100 millones de dólares de inversiones y en el que ha inyectado otros 150 millones más.
Entre las razones que se manejan desde la prensa especializada, tanto tecnológica como financiera, para justificar este movimiento, una de ellas habría sido la complejidad y la “burocracia” que conlleva funcionar dentro de un banco de grandes dimensiones.
El otro motivo principal para salir del perímetro de BBVA tiene que ver con los límites para la inversión, dado que la participación en rondas de financiación se limitaba dentro del banco a tan sólo un 5% sobre el total de cada operación.
La nueva figura legal con la que se ha constituido, una compañía de inversión en pequeñas empresas, aporta más flexibilidad a la hora de invertir en startups.
La nueva compañía, Propel, tendrá sedes en San Francisco (EEUU) y en Londres (Reino Unido), las dos principales capitales de la innovación y el emprendimiento digital. Entre su cartera de participadas hay sistemas de pagos con moneda virtual o bitcoin, así como plataformas para créditos al consumo a través de internet.