En apariencia, el Samsung Galaxy S7 es un calco de la versión anterior. Sí, tiene una curvatura característica en la parte trasera y los materiales son más premium , si cabe. Pero ahí acaban los parecidos. La compañía coreana ha mantenido la línea estética, uno de sus grandes aciertos, y ha transformado su terminal de bandera para incorporar una cámara en apariencia revolucionaria y la capacidad de sumergirse durante media hora sin necesidad de tapas ni accesorios.
El próximo 11 de marzo llega a las tiendas el S7 en sus dos versiones, la normal y la Edge, que no sólo es la más demandada sino que ha mejorado sensiblemente al aumentar el espacio dedicado a las notificaciones haciéndolo más útil que nunca. El S7 Edge, con 5,5 pulgadas, es ligeramente más grande que el S7 común, con 5,1. Hasta el punto de que está más cerca del S6 Edge+ y sus 5,7 pulgadas que de su hermano pequeño.
La preventa ya ha comenzado (incluye unas Gear VR), y eso ha supuesto a los coreanos mucho caos. Los días anteriores a la presentación, de hecho, fueron un hervidero no sólo de rumores y filtraciones, sino de revelaciones en toda regla. Algunas protagonizadas por unas tiendas demasiado impacientes. Aunque otras fueron mucho más graves. Lamentablemente, España tiene el dudoso honor de haber protagonizado una de las mayores filtraciones de la historia de los coreanos, debido a que un medio nacional divulgó horas antes de la presentación, presumiblemente por un error humano, un vídeo en el que la compañía explicaba las principales virtudes del teléfono.
Afortunadamente, la presentación eclipsó completamente este tipo de cuestiones. Más de 3.000 gafas de realidad virtual Gear VR esperaban a los asistentes al evento, uno de los más originales que se recuerda en la feria, con la aparición estelar de Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, quien despertó un curioso fenómeno fan entre los asistentes, locos por hacerle una instantánea.
La resistencia al agua, con calificación IP68, es una mejora agradecida, sin duda, del mismo modo que el nuevo sistema de refrigeración, la posibilidad de ampliar la memoria mediante tarjeta MicroSD, la SuperAMOLED con una resolución de 577ppp o unas enormes baterías de 3000 y 3600 mah, respectivamente.
Pero la novedad más revolucionaria tiene que ver con la cámara.
Con una gran capacidad de apertura (f:1,7 en la frontal y en la trasera), los coreanos han emulado a Apple (aunque la idea inicial fue de HTC) y se han lanzado a presentar píxeles más grandes. Que además aprovechan mejor al introducir dos fotodiodos en cada uno de ellos. Esta tecnología dual pixel ayuda, por ejemplo, a mejorar la velocidad de enfoque, que por la demo presentada es drásticamente superior a la de los últimos iPhone.
También resultan llamativas las nuevas fotos panorámicas, las ‘motion panorama’. Otra función que tiene Apple con sus Live Photos y que ambos han copiado de HTC y de Nokia y sus Living Images.
Pero no todos los anuncios tuvieron que ver con el hardware, propiamente dicho.
Uno muy importante: Samsung Pay llegará a España en 2016. Se anuncia, curiosamente, el mismo día en el que Vodafone destacaba su nueva alianza con PayPal y la posibilidad de pagar el transporte público en 18 ciudades de España (y muy pronto también Madrid).
Otro, muy interesante: el apoyo de Samsung a la API de Vulkan, que permitirá hacer cosas como grabar vídeos de tus partidas y mejorar la experiencia jugable, está por explorar. Pero tiene muy buena pinta.
¿Un accesorio? La cámara Gear 360, un pequeño accesorio que te permite grabar todo lo que te rodea gracias a su doble cámara. LG ya había presentado otra parecida por la mañana, y ambos productos cuentan con el apoyo de Google y su Street View, que ve con buenos ojos que los consumidores mapeen el mundo gratis para ellos.
La presentación finalizará el 10 de marzo. A partir del 11 de marzo se iniciará la venta de los nuevos dispositivos: Samsung Galaxy S7 tiene un precio de 719 euros, mientras que el precio del Samsung Galaxy S7 Edge es de 819 euros.
lg se anima con una batería separable y muchos accesorios
El LG G5 llegó a Barcelona con algunos trucos bajo la manga. El más esperado era la batería removible en un cuerpo de aluminio, una vieja reivindicación. Pero buena parte de la «diversión» que LG quiere llevar al mercado, en palabras de Juno Cho, presidente de la coreana, tiene que ver con los accesorios.
Un dron que rueda, similar al BB-8 de La Guerra de las Galaxias, un complemento que mejora las capacidades de cámara del teléfono con un disparador específico, otro de vídeo y la posibilidad de cargar más la batería, un módulo de alta definición en colaboración con Bang&Olufsen, que incluye unos auriculares H3, una cámara de 360 compatible con Street View.
Todo ello controlable desde una única aplicación y desde un teléfono con un diseño bastante original, una lente con un gran angular de 135 grados y toda la tecnología que esperas de un chip Qualcomm de última generación.