En un sector tan deflacionista como el de las telecomunicaciones, la contención de precios, o incluso la subida de los mismos, tiene una lectura muy concreta: se manifiestan las primeras consecuencias de la llegada de lo que el consejero delegado del grupo Vodafone, Vittorio Colao, denominó oligopolio competitivo.
Movistar llevará a cabo en mayo tres movimientos importantes. El más sonado ha sido el de aumentar los precios en 5 euros, aunque no podemos olvidarnos de los otros dos: cambiar por defecto de ADSL a fibra todas las conexiones que pueda sin coste adicional para el usuario y triplicar las velocidades que ofrece a los abonados, de 10 a 30 y de 100 a 300.
300 megabits por segundo como 300 espartanos.
Pero por beneficiosos que sean los nuevos productos o servicios, la subida de precios sí es importante. Denota una situación que ya es evidente en el mercado español y que vamos a constatar durante los próximos meses: la consolidación en el sector ha llevado a una contención e incluso una subida de los precios. Ya lo anticipó también Colao durante el pasado Mobile World Congress de Barcelona.
Pongamos como ejemplo las nuevas tarifas de Vodafone. Más allá de que parezcan o no razonables, lo cierto es que, haciendo una comparativa rápida, suponen un incremento de precio para usuarios bonificados. No quiere decir que me vayan a aplicar peores tarifas que las que tengo hoy contratadas, pero sí que la tarifa de serie es menos conveniente que la que hoy disfruto. Probablemente no me subirán el precio, pero eso no quiere decir que estos no hayan subido. Nada me garantiza que en el futuro no vaya a tener que negociar la tarifa en el zoco en que siempre se convierten los servicios de atención al cliente.
Porque lo que no parece que vaya a cambiar es la vieja política de que en telecomunicaciones, el que no llora no mama.
¿Hay alguna posibilidad de que esta situación cambie? Si quieres fibra, probablemente no. Podrás migrar entre tres operadores que mantendrán los precios y los márgenes altos, para rentabilizar su inversión y respirar un poco después de años de bajadas constantes, pero probablemente no lo hagas por el lío que supone moverte de una a otra oferta convergente. El yermo de competencia que las operadoras aspiraban desde hace años para lograr el tipo de estabilidad que tanto envidian a las eléctricas.