El grupo hotelero gana 36 millones en un muy buen 2015, con mejoras del negocio en todos sus mercados y un fuerte incremento del 15% en el ingreso por habitación. El resultado habría sido aún mejor sin el lastre de las provisiones millonarias.
Meliá ha cerrado un año excepcionalmente para su negocio, con mejoras en todas las divisiones, con una marcha realmente óptima de los ingresos, con una expansión cada vez más potente… El grupo de los Escarrer disparó un 18 % su beneficio neto atribuido, hasta rozar los 36 millones de euros (el beneficio consolidado escaló hasta los 40,5 millones, un 27% más).
Sin embargo, y a pesar del fuerte incremento de las ganancias, las cifras no reflejan por completo la evolución del negocio en ese positivo 2015. Y es que las cuentas incluyen unas provisiones por importe de 33 millones de euros que el grupo hotelero ha realizado previendo el posible impacto de inspecciones de Hacienda.
Según confirma la compañía, la Agencia Tributaria abrió a finales de 2014 sendos procesos de inspección sobre los pagos de Meliá del impuesto de sociedades entre 2009 y 2012 y del IVA y de retenciones e ingresos a cuenta entre julio de 2010 y diciembre de 2012.
El grupo hotelero dice estar cooperando con el fisco y confía en alcanzar un acuerdo, pero la compañía se cubre ante la posibilidad de que haya “diferentes criterios interpretativos” sobre las liquidaciones y el asunto derive en una regularización fiscal. En cualquier caso, Meliá limita el eventual golpe –aún no confirmado- a esos 33 millones, y descarta “impactos significativos adicionales” en las cuentas de los próximos ejercicios.
Meliá incrementó un 16% sus ingresos durante 2015, hasta los 1.738 millones de euros; mejoró el resultado bruto de explotación (ebitda) un 29%, con 293 millones; y disparó un 78,8% el beneficio antes de impuestos, hasta los 101,6 millones (una partida que, según subraya el grupo, se habría triplicado sin el impacto de dos elementos extraordinarios: las consabidas provisiones y el deterioro del valor de un hotel en Puerto Rico).
Que el negocio hotelero de Meliá ha ido como un tiro en 2015 lo muestra el fuerte incremento de un parámetro crucial en el sector hotelero. El RevPar, el ingreso medio por cada habitación disponible (con independencia de que esté ocupada o no), creció un 15,1% durante el ejercicio gracias muy fundamentalmente a haber podido subir sus tarifas. Las mejoras se han producido en todos sus mercados, tanto Latinoamérica, Europa, Mediterráneo como España. La previsión de la compañía es que en el conjunto de 2016 el RevPar crecerá en torno a un 5% más.
Meliá cerró el año con una deuda neta de casi 769 millones, tras un fuerte recorte de 216 millones a lo largo del ejercicio que ha sido posible al mejor flujo de caja de las operaciones y por las desinversiones en activos.