Los últimos datos reflejan que la representación femenina en los consejos administrativos del índice asciende al 19,83%, por debajo de la media europea y de los objetivos de la CNMV
La entrada de la mujer en el sector financiero es una realidad inminente. Cada año se suman nuevas incorporaciones femeninas a los puestos de administración, mientras que el número de consejeros disminuye por razones de eficiencia.
Sólo en 2016 se han registrado once nuevos fichajes, lo que representa un incremento del 13,75% del total de 91 puestos directivos dentro del Ibex 35. Según el estudio conjunto del IESE y Atrevia, los principales motores de este crecimiento son: la sensibilización desde la Unión Europea y las instituciones y la presión social ejercida al generar debates en torno al tema. La evolución sin duda marca una tendencia positiva; de los 43 sillones que se han destruido desde 2010, un 18% correspondían a hombres. Por el contrario, desde el mismo año la presencia femenina en los consejos ha aumentado un 71%, lo que deja unas cifras de 81 varones menos frente a 38 mujeres más dirigiendo el índice bursátil.
Respecto a los protagonistas de la investigación, todos los focos están puestos en Técnicas Reunidas, la única compañía que suspende al no incorporar a ninguna mujer en su consejo. Otro dato poco alentador es que nueve de las empresas integrantes del índice cuentan con tan sólo una consejera. Sin embargo, en el otro lado del ranking se encuentran referentes como Red Eléctrica, que supera el 40% de representación femenina en su órgano administrativo, FCC, que alcanza el 36,36%, e Iberdrola, con un 35,71%. Cabe destacar que las últimas incorporaciones al Ibex han llegado con los deberes hechos, ya que Aena y Merlin Properties cuentan con cuatro y tres mujeres, respectivamente, en sus consejos.
Los lastres de otra época
Con una legislación favorable y la opinión pública de su parte, el principal problema de cara al futuro es cambiar la mentalidad de los ciudadanos y de las empresas sobre la igualdad laboral de género. Está claro que aún falta mucho por hacer, la CNMV aconseja como mínimo el 30% de presencia femenina en la mesa de los consejos, mientras que la Comisión Europea eleva su recomendación al 40%. Sin embargo, el volumen en la UE sólo supera en 1,54 puntos al español, con un 21,2% de mujeres respecto al total.
Entre las múltiples causas que ralentizan el proceso de convergencia están: los horarios poco flexibles, las eternas jornadas laborales españolas, la falta de políticas conciliadoras dentro de las propias empresas, etc… Pero a los argumentos ya conocidos se suma una desventaja promovida por el propio sector afectado; una tendencia a la autoexigencia y al perfeccionismo extremo que conlleva una baja autoestima de cara al mercado. Este fenómeno, que la doctora Nuria Chinchilla bautiza como “techo cemento”, es una antigua herencia que influye en que la mujer tenga sueldos más bajos y unas aspiraciones más limitadas respecto a su futuro laboral. Otro punto clave es el cambio de la mentalidad en las empresas, que deberían poner el foco en el valor como activos de las mujeres en lugar de actuar para “cumplir” con la opinión pública.
El dato de mujeres en el cargo de Consejera Ejecutiva (CEO) no ha variado respecto a 2015; sólo tres son las encargadas de liderar su empresa. Entre las elegidas se encuentra Ana Patricia Botín, del Banco Santander, María Dolores Dancausa, de Bankinter, y Vanisha Mittal, de ArcelorMittal. Sin embargo, es mucho más común el puesto de consejera independiente dentro de la clasificación, con un 68,13% del total ocupando este cargo. En términos cuantitativos, cinco es el número máximo de mujeres en un mismo consejo. Un distintivo del que únicamente pueden presumir cuatro compañías: Santander, REE, Iberdrola y Caixabank.