La historia de las empresas tecnológicas guarda verdaderos mitos y leyendas sobre compañías que un día lo fueron todo y al siguiente cayeron sin ningún tipo de vergüenza.
Los recuerdos tienen esa magia especial que magnifican lo que quizá nunca estuvo ahí. Eso sucede con Nokia y sus terminales móviles. Prácticamente no hay nadie que olvide su serpiente, la dureza de sus carcasas y mil maravillas más que dieron al traste con la llegada de los ‘teléfonos inteligentes’.
Así, con los rumores que apuntan a que Nokia podría regresar en 2016 con la fabricación de terminales bajo su marca, según ‘reCode.net’, ahora cabe preguntarse si tras su venta, partición y todo el movimiento corporativo pertinente, los finlandeses pueden ser capaces de arañar algo en el actual mercado tecnológico.
Hay varios ejemplos de empresas que han vivido en una montaña rusa. Subidas, bajadas, de nuevo subidas y golpes que han sido definitivos. ¿Qué le puede esperar a Nokia? Siendo optimistas: la indiferencia. Es decir, en estos momentos hay una docena de fabricantes, sobre todo europeos y asiáticos tradicionales, que navegan en cuotas de mercado que no llegan al 5%, y de eso viven.
No obstante, no todo tiene por qué ser negativo. Debido a su pequeña plantilla en estos momentos, está claro que gran parte de su fabricación e intendencia tendrá que derivarla a otro país (¿China?). Además, esto permitiría a Nokia centrarse en el negocio de redes, como Alcatel, que también traspasó la fabricación a China (TLC, actuales propietarios) y se reconfiguró en otras actividades.
Motorola, un espejo brillante
Quizá no estén para lanzar cohetes. Quizá no lo esté nadie. Pero si hay un ejemplo de compañía tecnológica (dentro del segmento móvil) que haya sabido reciclarse varias veces durante su vida, ésa ha sido Motorola.
Pionera con teléfonos móviles como los famosos ‘ladrillos’ DynaTAC, durante los 90 bailó en los mejores escaparates del mundo, e inauguró el siglo con un terminal legendario, el Razr. Aunque esos tiempos de ‘vino y rosas’ tocaron a su fin con la llegada del iPhone de Apple. Una reducción de plantilla del 50% en 2003 (se pasó de 150.000 empleados a menos de la mitad) y la entrada de players más innovadores, pusieron a Motorola al borde de su propio abismo.
Diez años después, y tras pasar por las manos de Google y ahora de Lenovo, la M del mercado móvil ha conseguido adaptarse a las actuales circunstancias. Con sus Moto G, uno de los mejores terminales por relación calidad-precio y, en menor medida, con el Moto X, la compañía ha sabido, al menos, ganarse el respeto del mercado.
Toshiba, un espejo casi roto
Igual que Motorola escenifica la prueba de que se puede pasear por las ascuas del infierno sin salir totalmente quemado, Toshiba como ejemplo de compañía tecnológica, aunque su relación con el móvil en Europa es mínima y casi se reduce al TG01, el primer teléfono en incorporar un chip Snapdragon de Qualcomm, es el ejemplo de que no siempre se consigue ‘renacer’.
A comienzos de los 80, Toshiba se mostraba como una de las empresas japonesas más importantes del mundo. Con una gran historia a sus espaldas, la compañía nipona encontró en la fabricación de semiconductores una forma de gobernar el sector tecnológico. Concretamente, en 1982 se situó como 4º mayor fabricante mundial de componentes tecnológicos con un plan de inversión trianual que alcanzó los 1.000 millones de euros. Sirva la comparación con los 1.900 millones que van a invertir en estos momentos en mejorar su negocio de microprocesadores para ver lo que supuso hace más de 30 años.
El resto de la historia es calcado al que pueda sufrir Nokia o Motorola. Despidos, caída en ventas y confianza, reorganización dentro de la compañía… Y pese a que Toshiba no ha descendido tanto a los infiernos, su realidad en estos momentos es la indiferencia del consumidor.
Espejos convexos
Del 4% al 25%. Eso fue lo que creció Siemens en el año 2000 en el mercado móvil español. De hecho, a nivel mundial, la compañía alemana tuvo un 8,5% en cuota de mercado, detrás de Nokia y de Motorola, que en 2001 alcanzaron el 35% y el 15%, respectivamente.
Después de eso, y como si fueran ejemplos calcados de estas empresas, en el juego de dominó cayó la primera ficha y después llegaron las demás. Despidos, venta de la división móvil… Concretamente a BenQ, provocando además una curiosa historia de ‘patrocionio incumplido’ con el Real Madrid. Esto se debió al desplome tan grande que sufrió la compañía y que en menos de un año se quedó fuera del mercado. Hoy Siemens reconfigurada en una empresa tecnológica que nada tiene que ver con móviles.
¿A qué espejo preguntará Nokia? ¿Motorola? ¿Toshiba? ¿Siemens? Mercados distintos, clientes similares, un mundo complejo. Sin duda la compañía finlandesa representa un hito romántico en los primeros contactos con la tecnología móvil, pero “caminante no hay camino”, el camino sólo se hace al andar.