¿Cuántas veces no habrá pensado «con un poco de mala suerte el pobre niño se va a las vías del tren por culpa de las dichosas zapatillas con ruedines incorporados»? Pues bien, parece que no es el principal peligro a largo plazo. Y es que el consejo general de colegios oficiales de podólogos ha pedido prohibir los productos de la marca Heelys en centros educativos.
¿A santo de qué? Todo se debe a un estudio realizado por Roberto Pascual, experto en podología infantil y profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elche. El estudio se basa en un programa de atención primaria de salud podológica que desde hace más de diez años lleva a cabo el centro con apoyo de la Generalitat valenciana, con más de 600 revisiones anuales en niños de 3 a 12 años.