El examen PISA que en tan mal lugar suele dejar a España llega ahora envuelto en tecnología, pues las pruebas se realizarán integramente en ordenador y algunas preguntas serán respondidas con la ayuda de un chat grupal.
Este año los alumnos que se enfrenten al temido examen PISA no sólo tendrán que lidiar con resolver las preguntas correctamente sino que además deberán desenvolverse entre las nuevas tecnologías, pues el examen se realizará en ordenador. Además, otra novedad será la implantación de un nuevo sistema de respuestas en el que el alumno participará en un chat para encontrar la solución a problemas de la vida cotidiana, una práctica con la que se pretende evaluar la capacidad de trabajar en equipo del alumno, su espíritu crítico y la forma en la que expresa sus ideas.
Adiós folios tradicionales llenos de borrones, hola pantallas impeclables. No cabe duda de que cada vez son más los centros educativos que cuentan con ordenadores, pizarras electrónicas y conexión a internet para impartir clases, algo que debería suponer una ventaja en este examen. Sin embargo, otros años, a pesar de contar con un gran equipamiento tecnológico en las aulas, los alumnos españoles no han terminado bien parados en el Informe PISA, e incluso si miramos algunos estudios podremos ver cómo países que usan menos las TICs en la educación se encuentran mejor posicionados. Ante esto cabe preguntarnos si el uso que se está haciendo en España de las tecnologías en las aulas es el adecuado.
Un estudio realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) deja constancia de que España se encuentra por encima de la media europea en cuanto al número de ordenadores por alumno en clase, concretamente podemos encontrar en Primaria unos 32 ordenadores por cada 100 estudiantes y en Secundaria 31 por cada 100. El estudio analiza la presencia de las TIC en las aulas en 10 países, 5 europeos (Francia, Alemania, Reino Unido, Finlandia y España) y 5 latinoamericanos (Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Costa Rica).
Prestando atención a Europa, destacar que Finlandia cuenta con la tasa más baja de uso semanal de las TIC en el aula pero es a su vez es el país que recoge los mejores resultados del Informe PISA. Alemania, potencia tecnológica, sólo registra un uso del 31%. Con estos datos quizá hay que cuestionar si el verdadero problema del nivel educativo español se soluciona con la implantación de tecnologías en las clases, o si hace falta otro tipo de cambio.
Problema de formación e información
Una queja común que soporta nuestro sistema educativo respecto a la utilización de la tecnología en las aulas viene dada por la formación de los profesores, que en ocasiones ven en las TIC una barrera más que una ventaja. «La formación del profesor se ha orientado a que sepa manejar la técnica, pero se ignora la perspectiva didáctica», así respondía Peré Marqués, director del grupo de investigación Didáctica y Multimedia de la Universidad Autónoma de Barcelona y la red de educadores DIM, en 2014.
En España, muchas TIC en las aulas pero poco enfoque verdaderamente útil para el alumnado. De nada sirve tener buenos medios si no saben utilizarse adecuadamente.
Es importante la formación en TIC, pero no debemos olvidar que las escuelas e institutos son lugares donde el conocimiento y la educación deberían ser la prioridad. Desde luego que las nuevas tecnologías son compatibles con la enseñanza, pero siempre y cuando no se dejen de lado cuestiones básicas de la educación. Hay asignaturas que se resuelven mejor a lápiz y papel que tecleando en un ordenador.
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