Sánchez e Iglesias afrontan hoy la reunión decisiva para tratar de alcanzar un pacto de Gobierno. Los socialistas refuerzan su entente con Ciudadanos antes de una cita que se presenta como la última oportunidad de evitar nuevas elecciones. El número dos morado, de vuelta a la primera línea, apuesta por “ceder” y “rebajar posiciones” para facilitar el acuerdo.
El regreso de Íñigo Errejón a la primera línea mediática -la política asegura no haberla abandonado nunca- ha abierto una ventana de oportunidad al entendimiento entre PSOE y Podemos. A nadie se le escapa que Errejón encabeza el sector más pragmático y moderado de la formación de Pablo Iglesias, frente a la escorada corriente Anticapitalistas y a la facción que lidera el propio Iglesias junto a su núcleo de confianza, que ha virado desde la estratégica transversalidad a la defensa numantina de las esencias izquierdistas. Las tensiones internas desencadenaron recientemente una cascada de dimisiones en la dirección de Podemos Madrid y el cese del secretario de Organización estatal, el destacado errejonista Sergio Pascual.
Iglesias tendrá que consensuar cada maniobra política con su número dos, que asume de nuevo un rol protagonista
Errejón decidió entonces dar un paso al lado y “reflexionar” en profundidad, tal y como explicó ayer en su reaparición. El regreso a los focos y a la portavocía de Podemos supone la visibilización de las tesis más posibilistas del partido morado, a la par que obliga a Iglesias a consensuar cada maniobra política, tras la catarsis que provocó el unilateral cese de Pascual. Uno y otro sector deberán acordar ahora la estrategia a seguir, circunstancia que lleva a Podemos de modo inevitable a abrazar posturas más contenidas, como ya se empieza a comprobar.
Se abre así un espacio mayor del marginal que hasta ahora existía para el entendimiento PSOE-Podemos. El escoramiento de Iglesias en fondo y forma había hecho dudar sobre la sinceridad de su oferta para que la izquierda gobierne en coalición, a la par que había espantado a no pocos socialistas. Ahora, la formación morada ya no veta a Ciudadanos -socio consolidado de Pedro Sánchez-, ni siquiera rechaza de plano un Ejecutivo que integre a los dos emergentes y habla de “ceder” y “rebajar posiciones” para facilitar el acuerdo.
«Voluntad sincera» del PSOE
Todo ello fue verbalizado ayer por Errejón, que en los últimos días ha asistido a Iglesias en la preparación de su cita con Sánchez. La disputa provocada por el descabezamiento de Pascual no ha impedido que ambos trabajen juntos ante este encuentro que se prevé decisivo y que tendrá lugar hoy en el Congreso (10.30h).
El número dos de Podemos considera que es “muy pronto para manifestar optimismo” ante un posible acuerdo, pero percibe en el PSOE “voluntad sincera de caminar” hacia tal objetivo. El discurso es sensiblemente distinto al de otros compañeros suyos, algunos de los cuales apuestan vivamente por no sentarse más con los socialistas y forzar comicios en junio. “No son convenientes nuevas elecciones”, advirtió Errejón en este punto.
Asimismo, opina que Podemos debe “rebajar sus posiciones de partida” para intentar llegar “a un punto medio” donde las fuerzas de izquierda se entiendan. En algunos mentideros políticos ya se habla de que Iglesias podría renunciar a la Vicepresidencia plenipotenciaria que ha exigido a Sánchez, cuestión que ha eclipsado otras condiciones y ha puesto el foco en una ambición personal difícil de vender.
«Toca hacer un ejercicio de mestizaje», advierte Errejón sobre la negociación PSOE-Podemos
Errejón fue ayer preguntado por ello y ni lo confirmó ni lo desmintió, sino que se limitó a señalar que en una negociación todos tienen que “ceder”: “Toca hacer un ejercicio de mestizaje, (…) si hay voluntad política podemos llegar a un acuerdo para un Gobierno de cambio plural”. Una retórica amable que se aleja de los discursos más duros de Podemos, incluido el que su líder pronunció en la sesión de no-investidura del secretario general del PSOE.
Además, el portavoz morado en el Congreso elude también el choque frontal con Ciudadanos. Sobre el Gobierno a tres que propone el PSOE, Errejón dijo que no había “recibido la propuesta en firme” y por tanto no la valorará, pero no descartó que pueda haber ministros de la formación naranja en un Gabinete avalado por Podemos. Otro cambio significativo que da esperanzas al PSOE, quien ya ve un avance el hecho de que el partido del círculo se oponga a políticas o ejes programáticos concretos en lugar de vetar por sistema a otro actor por considerarlo antagónico.
La vuelta de Errejón provoca cambios en el tablero que quizá antecedan a otros de calado mayor porque, como él mismo recordó ayer, todos en su partido aspiran a imponer sus tesis: “Una de las mejores tradiciones de Podemos es la no renuncia de ningún compañero ni de ninguna compañera a convencer a otros, a la discusión abierta que puede seducir o convencer a otros”.
Los líderes de PSOE y Ciudadanos se vieron ayer en el Congreso junto a sus respectivos lugartenientes, Antonio Hernando y José Manuel Villegas, en una reunión que se vendió como de «seguimiento» del pacto de Gobierno que ambos partidos firmaron hace unas semanas. El acuerdo sigue «vigente», anunciaron una y otra formación, y se ha enriquecido con aportaciones de la sociedad civil que serán difundidas en breve. La cita se prolongó por espacio de dos horas y media y tuvo lugar apenas 15 antes del esperado encuentro entre Sánchez e Iglesias, que abordará las posibilidades de entendimiento entre las fuerzas de la izquierda. El PSOE insiste en que parte de la base del texto ya rubricado con C’s y probablemente para garantizárselo -Rivera no asistirá a la reunión de hoy- se entrevistó ayer con sus socios. Las dos formaciones, sin embargo, aseguraron que el tema a tratar fue únicamente el modo de encajar las mejoras en el pacto firmado hace un mes. «Este acuerdo es lo más positivo y relevante que se ha hecho políticamente en los 100 días transcurridos desde las elecciones. (…) Lo vamos a seguir defendiendo», aseguró Hernando al salir de la reunión.