El sector de las telecomunicaciones en España cada vez se parece más a una competición ciclista donde las cualidades personales determinan el resultado final.
En la historia del ciclismo nunca ha habido alguien que dominase todas las disciplinas a la perfección. Bueno, hubo uno, pero con el paso del tiempo supimos que hacía trampas. Así que mejor ni nombrarlo. De este modo, siempre han existido buenos contrarrelojistas, escaladores, esprinters o ‘llaneadores’. Bien es cierto que luego han aparecido ciclistas muy completos como el extraterrestre navarro, Miguel Indurain, pero son excepciones.
Así, en el ámbito de las ‘telecos’ en España, cada uno tiene una especialidad. Es más, se podrían hacer comparaciones (aunque sean siempre odiosas). Parece evidente que Telefónica se asemeja al ancestro del que ahora es ‘su equipo’, el Team Movistar (antiguo Banesto). Por lo tanto, adjudicado, su rol es de Miguel Indurain. Sube bien, baja mejor –recuerden aquel descenso con Claudio Chiappucci en el Tourmalet-, contrarrelojista puro…
Por otra parte, Vodafone sería Chris Boardman. Británico, fino y una máquina contra-el-crono. Muy parecido a la ’roja’ que destaca por tener un despliegue de redes móviles muy solvente, quizá el de mejor calidad. En lo que respecta a Orange, y haciendo patria, su perfil sería el de Laurent Jalabert. Buen llegador y que con los años se convirtió en un escalador aceptable y un contrarrelojista decente. Pero todo eso nunca le dio para ganar un Tour. Hombre pódium como mucho.
¿Y Yoigo? Como ciclistas suecos de élite no ha habido (ni se les espera), la filial de TeliaSonera será Abraham Olano. Un contender que aspiraba a todo, pero que en las faldas de L’Alpe d’Huez o Mont Ventoux veía como terminaba todo. Un quiero y no puedo, un “hago bien la contrarreloj y pierdo 5 minutos en la primera etapa de montaña». Eso parece ser Yoigo.
¿Puede hacer pódium del Tour de Francia Yoigo?
La carreta marca la realidad, y Yoigo lleva haciendo la goma demasaido tiempo. En el argot ciclístico, “hacer la goma” es aguantar en la cola del grupo viendo como en cada arreón se deben apretar más los dientes y las fuerzas se evaporan hacia el cansancio. Yoigo está a punto de desfallecer aunque sigue dando bandazos sobre el asfalto intentando estar con los mejores.
Ya en diciembre presentó su nuevo concepto empresarial. Desde la compañía aseguraban que estaban cansados de “la verdad verdadera” y los ‘muñequitos’. Golpe de mano, rotundidad de Eduardo Taulet (CEO de Yoigo) en asegurar que la empresa no se vendía y nueva tarifa rompedora para seguir compitiendo.
Las portabilidades a principio de año no respondieron del todo a las expectativas, así que durante el Mobile World Congress de Barcelona, otro ‘golpe de riñón’ más para seguir con el grupo de elegidos. Nueva tarifa ‘sin fin’, 20GB de internet con 4G por menos de 30 euros y la sensación de que sin fuerzas dará un último ataque.
La carrera dura 3 semanas
El Tour de Francia, así como las otras dos grandes (Giro y Vuelta), duran 3 semanas. En esos 21 días se pasa frío, calor, se suben las cotas más altas de Europa y se descienden los picos más peligrosos. Hay que saber hacer de todo para abrazar la gloria cuando se llega a París.
¿Puede hacer eso Yoigo? Parece que no. La convergencia total, esa que representa ‘Miguelón’, sólo la puede alcanzar Telefónica. Fibra, ADSL, 4G y la mejor oferta de televisión. También, dependiendo del trazado, Vodafone y Orange (Boardman y Jalabert) pueden aspirar a seguir en el pódium si las cosas se ponen de cara. Las compras de Ono y Jazztel les han inflado las ruedas.
¿Cómo afronta Yoigo la convergencia? A pie cambiado. Bien es cierto que ante las trabas que está poniendo Bruselas a la compra de Jazztel por parte de Orange, pueden aspirar a hacerse con una parte de las infraestructuras de la filial francesa para que todo esté en los cauces de la competitividad. Pero lo cierto es que no se sabe muy bien cómo puede entrar Yoigo en ese mercado. Hay quien sugiere que sigue engordando su cifra de negocio y, sobre todo, de clientes para hacerse más apetitosa de cara a una futura venta de la compañía. Y la verdad es que más opciones no parece tener. El cajón de los grandes no lo puede ocupar de ninguna manera, y todo lo demás se hace a poco ante una visión convergente en el consumo de las telecomunicaciones.