La filial del grupo JCDecaux sigue en su empeño de subcontratar sus servicios y despedir a 245 empleados en España. Cemusa no contempla otras alternativas diferentes al despido, como por ejemplo bajas voluntarias o prejubilaciones.
La compañía propiedad del grupo publicitario francés JCDecaux llevará a cabo un despido colectivo de aproximadamente el 80% de su plantilla en los próximos meses. La dirección de Cemusa no ha especificado los motivos por los que adopta esta medida extrema más allá de razones de índole “económica y organizativa”.
Tras el anuncio del ERE, los sindicatos se han puesto a negociar alternativas para los trabajadores como la rebaja de las condiciones laborales, un posible plan de bajas voluntarias o incluso la posibilidad de prejubilar a la mayor parte de la plantilla. Pero la empresa de mobiliario urbano no está dispuesta a replantearse su decisión y sólo se ha comprometido a ofrecer una solución más de cara a la opinión pública que en favor de sus empleados.
La propuesta planteada por Cemusa consiste en ofrecer a 65 personas la baja voluntaria temporal, para ser contratadas posteriormente por otras empresas del grupo JCDecaux, siempre y cuando superen el proceso de selección impuesto por la empresa.
También han ofertado incrementar en cinco días al año la indemnización por despido, pero no se comprometen a revisar el máximo de mensualidades, por lo que queda sin efecto para el 70% de la plantilla, que por su antigüedad ya copa las doce mensualidades establecidas.
Lo que más indigna a los representantes de los trabajadores es que esta reducción no conlleva paralelamente una caída en el volumen de actividad, sino que la empresa seguirá ofreciendo sus servicios pero a partir de ahora subcontratará los trabajos. “JCDecaux lo único que pretende es quedarse con la cartera de clientes, pero no con los trabajadores que llevan 20 años dando servicios de mobiliario urbano”, señalan desde CCOO.
El ERE dejará en la calle a un total de 245 trabajadores, el 80% de su plantilla en España. La región más afectada por los despidos será Madrid, en la que perderían su puesto 170 trabajadores de los 210 que residen en la capital.
El fracaso de un rescate
El foco de atención está puesto ahora en las explicaciones que tengan que dar los responsables de dicha decisión sobre los supuestos problemas financieros de Cemusa, la cual fue vendida en 2015 por FCC a JCDecaux debido a su alto endeudamiento y su escasa rentabilidad.
En realidad, Cemusa llevaba acumulando pérdidas considerables desde el 2012, con una deuda superior al valor de la empresa y contratos poco rentables en cartera. FCC estuvo en conversaciones con JCDecaux para la venta de su filial desde el año 2014, hasta que finalmente se formalizó la operación en noviembre de 2015 por 80 millones de euros. Entre las condiciones de la multinacional francesa respecto a la compra estaba el saneamiento de Cemusa, algo que FCC tuvo que asumir y dejó a la transacción prácticamente sin plusvalía.
Con la adquisición de Cemusa, JCDecaux amplió su posición en ciudades como Nueva York, Río de Janeiro, Brasilia, Madrid y Barcelona, así como en 41 aeropuertos españoles, entre los que se encuentran los de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. Por su parte, la venta de su filial entraba dentro del plan estratégico de desinversión de activos iniciado por FCC con fecha límite en 2015. Dentro del proyecto, la compañía esperaba reunir un total de 2.200 millones para poder hacer frente a su delicada situación financiera.