Digitalización y tipos al 0%: el cóctel explosivo que amenaza a las sucursales bancarias

El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, ha descartado que la entidad vaya a plantear un recorte de personal y oficinas similar al presentado recientemente por Banco Santander. No obstante, Torres sí ha adelantado que el futuro digital de la banca va a forzar al gigante azul a redimensionar su red comercial.

Cuando Banco Santander anunció que iba a cerrar 450 oficinas lo que todo el mundo esperaba es que BBVA presentara un ajuste similar. No fue así.

El consejero delegado de la entidad, Carlos Torres, ha afirmado que BBVA no se plantea recortes en su red de sucursales “en el corto plazo”, por lo que este año se salva de un ajuste. No obstante, el directivo también ha alertado de que la reducción del número de oficinas es una tendencia imparable.

«Tenemos 3.800 sucursales en España. ¿Tiene sentido? No. ¿Podemos reducir eso? Sí», ha asegurado Torres.

Se siguen el uno al otro. Los dos compensan los flojos resultados que obtienen en España con sus negocios en Latinoamérica, donde alcanzan unos márgenes mayores. Cuentan con unas características similares, aunque todavía les separe un gran trecho en capitalización bursátil (uno vale 54.577 millones de euros en bolsa y el otro 36.608 millones). Son dos gigantes y cuando uno tose, el otro estornuda.

El consejero delegado de la entidad, Carlos Torres, ha afirmado que BBVA no se plantea recortes en su red de sucursales “en el corto plazo”

BBVA y Banco Santander han participado siempre en un juego de espejos, en virtud del cual uno trata de replicar la oferta comercial del otro. Pasó con elLibretón del Banco Bilbao Vizcaya, que pronto tuvo una hermana gemela en el Banco Santander que se llamó Superlibreta. Más recientemente, BBVA contestó en cuestión de días al lanzamiento de laCuenta 1, 2, 3 de Santander con un depósito a 6 meses al 3%.

Lo normal entre competidores. O no, porque las dimensiones de ambas entidades y su peso en el mercado español implican que sus terremotos submarinos se acaban convirtiendo en tsunamis. Por eso cada dos por tres hay una guerra de depósitos y siempre que alguno de los dos anuncia un cambio de rumbo estratégico, todo el sector vira hacia el mismo destino.

Es cuestión de tiempo que las entidades financieras acaben por retocar sus plantillas. En un entorno de tipos de interés históricamente bajos, al 0%, la rentabilidad de todos los competidores se resiente, así que lo normal es que los bancos recurran a la salida más rápida y efectiva para mejorar sus balances: despidos y recortes.

Eso en el caso de que las entidades consigan sobrevivir, dado que está previstoque a lo largo de este ejercicio y el que viene se van a completar algunas operaciones de integración. Los bancos que no sean lo suficientemente grandes como para competir en un entorno de márgenes escuálidos tendrán que fusionarse con otros, a la caza de economías de escala. Y como consecuencia de estos movimientos habrá, por supuesto, despidos y cierres de oficinas.

Sin embargo, el de la rentabilidad no es el único motivo para colgar el cartel de “se traspasa” en las sucursales.

Un mercado digital

Torres ha explicado que se va a producir un cierre de oficinas generalizado, pero a largo plazo, como consecuencia de los cambios en la forma en que los clientes se relacionan con sus bancos. Esto se debe, sobre todo, porque ahora pueden operar a través de otros canales online.

En poco más de 3 años, ha precisado el consejero delegado de BBVA, los avances tecnológicos han provocado que los clientes prefieran relacionarse con su entidad «cada vez más» a través del móvil.

«Esto nos ha llevado a redefinir nuestra propuesta de valor para convertirnos en el mejor banco para nuestros clientes y aportarles las soluciones que exigen para operar en el momento y en el lugar que ellos deseen», ha completado Torres en un comunicado.

Nunca está de más cuestionarse hasta qué punto estos augurios son cantos de sirena, pero lo cierto es que el sector financiero está pasando por unos momentos convulsos a costa del nuevo entorno tecnológico. De hecho, el 95% de los grandes directivos de banca encuestados por la consultora PwC han afirmado que la entrada de competidores del ámbito tecnológico -Google, Apple, PayPal…- al campo de los servicios financieros está poniendo en riesgo su negocio.

Las entidades bancarias creen que las nuevas compañías fintech -vocablo inglés para reunir “finanzas” y “tecnología”- les van a arrebatar un 23% de su actividaden los próximos 5 años, de acuerdo con el informe de PwC.

Las consecuencias se aprecian ya en otros mercados más maduros que el español, tanto desde el punto de vista financiero como desde la perspectiva tecnológica. En el Reino Unido, por ejemplo, está de moda cerrar sucursales bancarias. El año pasado, Barclays clausuró 400 oficinas, mientras que Lloyds acumula varios ajustes, el último anunciado este año, con el que se deshará de 29 entidades y casi 2.000 empleados. España va camino de imitar la tendencia.

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