Los turistas extranjeros que vinieron el año pasado gastaron casi 63.100 millones de euros. Pero España sólo ingresó 49.100 millones. ¿Por qué ese agujero ?
Un mes tras otro, la misma confusión. El Gobierno publica una estadística que mide el gasto que realizan los turistas extranjeros que vienen al país. Y el Banco de España contabiliza los ingresos que tiene España gracias al turismo internacional. Y, mes tras mes, el dato no coincide.
Hace unos años, hasta que se ajustaron y se armonizaron parcialmente los parámetros del Ministerio de Industria, ambos datos incluso podían registrar tendencias claramente opuestas: con el gasto subiendo y los ingresos recortándose. Una locura. Ahora las tendencias van acompasadas, pero registran un desfase que en el conjunto del año acaba siendo mayúsculo.
Nadie hace trampas, simplemente la Encuesta de Gasto Turístico (la del Gobierno) y la balanza de pagos (la que elabora el Banco de España) están encargadas de medir diferentes magnitudes, diferentes realidades. Pero mes tras mes, la confusión vuelve entre los profesionales del sector turístico y también entre la prensa especializada. Y es que una cosa es lo que gastan los turistas y otra es lo que se queda en España.
El gasto que es gasto, pero no todo se hace aquí
El Instituto de Estudios Turísticos (IET), dependiente de la Secretaría de Estado de Turismo, hasta ahora ha venido encargándose de la elaboración de la encuesta de gasto turístico (Egatur), aunque este mismo año pasará a ser competencia del Instituto Nacional de Estadística (INE) tras un largo periodo de transición de tres años.
Según los datos de Egatur, el gasto que realizaron los turistas que vinieron a España fue de casi 63.100 millones de euros en 2014, lo que supone un incremento del 6,5% en relación al ejercicio anterior. ¿Esto quiere decir que los turistas internacionales inyectaron esos 63.000 millones en la economía española? Para nada.
El IET realiza(ba) una encuesta mes tras mes a turistas extranjeros que llegaban a España vía aeropuertos, puertos o carreteras y les preguntaba (amén de nacionalidad, tipo de alojamiento utilizado, duración de la estancia…) cuánto se habían gastado en el conjunto de su viaje. Esto es, Egatur mide todo el gasto que realiza el turista, tanto en la preparación del viaje como durante su estancia, tanto en su país de origen como desde su llegada a España.
Así que si el visitante contrata el viaje con una agencia de su país, vuela con una aerolínea extranjera…, esos montantes que no revierten en la economía española también estarían clasificados como gasto en esa estadística. Egatur no contabiliza el impacto en la economía española de lo que desembolsan los turistas, sino que sólo sirve para medir las tendencias de los montantes de gasto, para clasificar perfiles de turistas por mayor o menor gasto… Pero no es del todo útil para conocer el impacto que la actividad turística está teniendo en la economía de España, o al menos no más que intuitivamente.
El ingreso real que se queda en España
Para saber cuáles son los ingresos reales que recibe España por actividad turística hay que consultar la balanza de pagos nacional que elabora, también un mes tras otro, el Banco de España. La balanza de pagos contabiliza las divisas que percibe la economía española mediante el gasto de los turistas internacionales.
El año pasado, esos ingresos reales por turismo (que a efectos contables son equiparables a ingresos por exportaciones) marcaron un nuevo máximo histórico con casi 49.100 millones de euros, un 4,2% más. Las diferentes estadísticas muestran así un agujero de 14.000 millones entre gasto e ingreso.
Pero son sólo estos más de 49.000 millones los que sí que equivalen al gasto que los turistas extranjeros realizan en España, sólo el que realizan en el país, sólo el que revierte en la economía nacional. Son esos más de 49.000 millones los que enjugan por sí solos todo el déficit comercial español y los que representan ingresos de divisas contantes y sonantes.
Los titulares sobre lo que gastan los turistas EN España sólo deberían referirse a esta estadística. A ninguna otra. Pero un mes tras otro, seguiremos con la misma confusión.