Las escapadas urbanas marcan la pauta

Los españoles cada vez disfrutan más de las escapadas urbanas. Según una encuesta realizada por la agencia de viajes online Rumbo, los españoles realizarán una media de 3 escapadas en 2016 en 2015 realizaron una media de 2 escapadas.

En concreto, el 50% de los españoles realizará durante este año entre una y tres escapadas y el 41% realizará más de tres –la encuesta fue realizada entre más de 1.000 españoles-. Con dos fines de semana largos, mayo se convierte en el mes perfecto para “escaparse”. Con todo esto, Rumbo ha analizado las escapadas urbanas más económicas que podemos encontrar en este momento.

Según el “Barómetro de Rumbo”, Lisboa, Bucarest y Budapest son las ciudades más baratas para viajar durante el próximo mes. Este análisis  ordena las principales ciudades europeas por precio en base a vuelo+hotel (dos noches en un hotel de 3 estrellas), comida de tres platos en un restaurante de tipo medio, bebidas –café, agua y cerveza-, transfer de ida/vuelta al aeropuerto y bus turístico –precio por persona en una habitación doble compartida-.

barometro rumbo

Aquí va un resumen de lo que pueden ofrecer al viajero estas ciudades:

  • Lisboa: La primavera convierte a Lisboa en una ciudad especialmente luminosa y llena de vida. El sol hace que los paseos por la Baixa o Belém y la visita al Castillo de San Jorge resulten el plan perfecto para disfrutar de la capital. El bohemio Barrio Alto se convierte en el punto de encuentro de la noche lisboeta. Los bares y sus gentes salen a la calle, donde entablar conversación con desconocidos resulta de lo más cotidiano.
  • Bucarest: Dicen los propios habitantes de la ciudad que Bucarest está realmente bonita cuando el parque Herastrau saca todo su belleza en primavera, momento en el que sus majestuosos árboles centenarios florecen y sus jardines cogen un verde casi perfecto que contrasta con el amplio lago que lo rodea. Dentro del “Central Park” rumano podemos encontrar dos teatros, una biblioteca, pistas deportivas y un Hard Rock Café donde poder tomar algo frente a estas impresionantes vistas.
  • Budapest: Durante esta época del año Budapest se llena de flores. Sus amplias zonas verdes inundan a la capital de color. La mejor manera de disfrutarla es acercándose a el Bastión de los Pescadores, el mirador más importante de la ciudad que permite observar Pest desde una posición privilegiada. Esta Terraza neogótica está compuesta por 7 torres que simbolizan las siete tribus fundadoras de Hungría. Construida a la orilla del Danubio, consta de una cafetería con música en directo que pone la guinda perfecta a un precioso atardecer.
  • Milán: Subir a los tejados del Duomo y disfrutar de la vista es una actividad de obligado cumplimiento en esta época del año -en los días soleados se pueden ver los Alpes en todo su esplendor-. Uno de sus secretos ocultos son los pequeños patios que se distribuyen a lo largo y ancho de la ciudad. Perderse entre ellos es la mejor manera de viajar en el tiempo en apenas unos segundos. Jardines, estatuas y composiciones florales deslumbran a todo visitante que los encuentra.
  • Roma: Existen pocos lugares más hermosos que la vecchia Las temperaturas suaves permiten disfrutar de las trattorias llenas de sabor del Trastevere o de los jardines de Villa Borghese, sin las aglomeraciones de turistas que provoca el verano. El agua vuelve a correr por la famosa Fontana de Trevi tras casi dos años de restauración, momento ideal para visitarla. Como colofón, una visita al lago del Templo de Esculapio es sin duda un plan perfecto para encontrarse de lleno con la primavera. en 2007.
  • Dublín: Dublín es el máximo exponente de la música callejera. Artistas de todo el mundo aprovechan el final del crudo invierno irlandés para convertir la zona de Temple Bar en un concierto constante. Mientras, puedes comprar algún libro en un mercadillo, echar una ojeada a sus galerías de arte o investigar en las tiendas de segunda mano. Fue el lugar de inspiración y grabación de la película Once, máximo exponente del estilo de vida dublinés y ganadora del Óscar a mejor canción original en 2007.
  • Sofía: Sofía, la capital de la República de Bulgaria, es posiblemente uno de los destinos urbanos más económicos de Europa, a lo que además se suma su facilidad y rapidez para ser visitada. El centro de la ciudad –donde se ubica su patrimonio cultural y artístico- se llena de luz en primavera y el eje principal que constituyen el Bulevar del Zar Osvobodite y la Plaza del Príncipe Alejandro I muestra toda su belleza.  Cabe destacar sus dos mercados populares; el de antigüedades, junto a la Catedral de Alejando Nevsky, dónde se pueden encontrar todo tipo de artilugios, y el tradicional, en el Bulevar de Stefan Stambolov, que cuenta con numerosos puestos al aire libre con productos frescos típicos del país.
  • París: La capital francesa cobra vida con la llegada del buen tiempo. Los barrios parisinos se llenan de rastros ambulantes. El Mercado de Beauvau, en la Plaza de Alige, destaca por su original forma de cubierta de barco y su oferta de alimentos regionales. Aunque por encima de todos, en primavera destaca el Mercado de las Flores, cerca de Notre Dame, donde se puede encontrar flores y plantas de todo el mundo. Comer al aire libre y disfrutar de las vistas, es la actividad favorita de los parisinos. Sobre el lago del Bois de Boulogne, el restaurante Châlet des Piles te permite disfrutar de tu almuerzo rodeado de árboles centenarios y su copas multicolor.
  • Varsovia: Frederic Chopin es el varsoviano más ilustre de la historia. Una enorme escultura del compositor polaco preside el Palacio del Agua, un monumento neoclásico en medio del Parque Real Łazienki. Todos los domingos al comenzar la primavera, se convierte en un teatro improvisado donde los mejores músicos del mundo interpretan sus melodías. Un lujo totalmente gratuito que llena los jardines del parque más emblemático de la ciudad.
  • Estambul: Mayo es la época ideal para visitar Estambul. El calor asfixiante todavía no ha hecho acto de presencia y su Gran Bazar se convierte en un laberinto de callejuelas donde las tiendas se apelotonan formando una amalgama de olores y colores. Alfombras antiguas, calzado, bisutería estrafalaria o figuras talladas en madera que convierten el regateo en un arte. A apenas unos metros  nos encontramos con la Mezquita Nuruosmaniye y su famosa cúpula, lugar de oración de los tenderos del Bazar.

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