Lleva el pelo largo, usa pulseras de cuero, sale a tocar en zapatillas y pega saltos en el escenario. Ara Malikian es ese violinista loco que se ríe a carcajadas de los puristas que aún se resisten a la democratización de la música clásica, y ahí radica su encanto. Y es que si Rostropóvich le reconoció poco antes de morir como el mejor violinista del mundo de su generación, por algo sería. Charlamos con este virtuoso libanés de origen armenio sobre sus quince años en España y nos adelantamos al apoteósico final de fiesta de su última gira.
– Violinista desde niño, a pesar de las difíciles circunstancias que la guerra civil libanesa te obligó a vivir. ¿A qué sonaba tu infancia?
– Mi padre me puso un violín en la barbilla cuando era muy pequeño, y ahí se me quedó. Gracias a eso pude mejorar mi calidad de vida. Cuando salí del Líbano y aterricé en Alemania solo, mi único amigo era mi violín. Me ayudó a encontrar una salida. Estoy profundamente agradecido a mi padre por haberme insistido tanto de niño.
– ¿Por qué te marchaste a Alemania?
– Al principio me iban a dar una beca, pero por diferentes cosas una vez allí me dijeron que no podían dármela. No obstante, para mí fue un pretexto para poder salir del Líbano, una oportunidad para recorrer Europa.
– ¿Qué tiene España para que finalmente te quedaras aquí?
– España me encantó desde el primer momento. Me gustó su luz, la energía de la gente, la calidad de vida. No tenía previsto quedarme tanto tiempo, pero estaba a gusto y así fue.
– Y lograste entrar en la Orquesta Sinfónica de Madrid con esas greñas y ese aire bohemio tan tuyo. ¿Susto o soplo de aire fresco?
– Antes de entrar en la OSM y ponerme a hacer óperas en el Teatro Real me enamoré del flamenco. Me tocó adaptarme, pero no fue difícil. Enseguida me aceptaron tal como soy y así ha sido hasta hoy. Llevo fuera del teatro casi ocho años y mantengo con ellos una relación maravillosa.
– ¿Qué es lo primero que te chocó al llegar a España?
– Recuerdo que nada más aterrizar aquí me llamaba mucho la atención que en los bares se tirara todo al suelo. No lo entendía. Afortunadamente ahora eso ha cambiado bastante.
– Y en cuanto a la música clásica, ¿también hemos evolucionado?
– En España tenéis ese concepto de que todo se hace mejor fuera, incluso la música clásica. Y eso es muy exagerado. Cuando yo llegué a este país ya se habían formado orquestas realmente buenas y la afición a la música no tenía nada que envidiar a otros países. Aquí se ha escuchado y se ha amado siempre mucha música. Los recortes de la crisis obviamente han ralentizado el crecimiento que empezaba a experimentarse, pero a pesar de ello, en España se crea muy bien.
– ¿Qué es lo más complicado de tocar un instrumento?
– Sin duda, vivir de ello. Tocar para divertirse es fabuloso y muy recomendable, pero vivir de la música es muy complejo, implica mucho sacrificio, muchas horas de ensayo. Hay que dedicar tu vida y sacrificar muchas cosas.
– ¿Qué has sacrificado tú para vivir de la música?
– Salir con mis amigos. En mi adolescencia practicaba casi 12 horas al día. Así hasta los 28 años.
– ¿Esa es la clave para llegar a ser un virtuoso?
– Nada te lo asegura en realidad. La suerte, el destino, juega un papel muy importante en esto, pero sí, necesita mucho trabajo y práctica para llegar a serlo.
Un fin de fiesta apoteósico
Con un estilo tan personal como inimitable, Ara Malikian tiene más de 40 discos grabados, su propia orquesta y ofrece más de 450 conciertos al año en más de 40 países con 10 espectáculos diferentes. Pero lo que presenta ahora este ‘culo inquieto’ es aún más grande. Espacios y escenarios no convencionales de gran formato se convertirán en teatros para un espectáculo jamás imaginado. Su nueva gira es el broche de oro a meses de exitosos conciertos por todo el mundo con el disco 15, nominado a los Grammy: “15 fue una gran fiesta entre amigos para celebrar mi vida en España. La gira ha durado casi dos años y 200 conciertos por el mundo entero. Pero en algún momento había que pararlo y hemos querido despedirnos a lo grande”, explica orgulloso el violinista.
Serán cinco conciertos únicos e irrepetibles en los que interpretarán temas que van desde Bach hasta Led Zeppelin pasando por Paco de Lucía, Manuel de Falla y Vivaldi. Ara estará acompañado por una Joven Orquesta Sinfónica, formada por más de 70 músicos, e integrará durante el espectáculo parte de su experiencia en Líbano con Acción Contra el Hambre. Malikian dice así hasta pronto a la vez que se solidariza con el país en el que transcurrió su infancia y que es hoy el que más refugiados acoge per cápita en el mundo. “La mitad de la población del Líbano son refugiados y están en una situación crítica. Es un problema que siento muy cerca porque yo mismo lo viví cuando tenía 15 años. Parte de la recaudación de estos conciertos está destinada a ayudar a los refugiados”.
– ¿Una película?
– ‘La vida es bella’.
– ¿Una canción?
– ‘Imagine’, de John Lennon.
– ¿Un libro?
– ‘Cien años de soledad’, de García Márquez.
– ¿Una filosofía de vida?
– Buscar la felicidad.
– ¿Un hobby?
– Pasear.
– ¿Una manía?
– ¿Estudiar es una manía?
– ¿Un dueto soñado?
– No acostumbro a soñar despierto. La vida ya me ofrece encuentros maravillosos.
*Más información sobre ‘Coda de gira para una rapsodia’ en la página web de Ara Malikian.