Frases como “el futuro es hoy” y otra serie de conjeturas lejanas en el tiempo crean una gran sensación de ansiedad que sólo calma el presente. Así, las disrupciones tecnológicas tardan más en llegar de lo que piensa la gente.
“¿Cuál será el volumen de clientes que usen el servicio?”, pregunta de forma amable un periodista. “No le podría dar datos, en estos momentos este segmento genera una gran incertidumbre”, responde el directivo. Esta es parte de la conversación real entre un plumilla tecnológico y el director de Pagos y Banca Móvil de Orange España, Javier Ramírez, durante la presentación del sistema de pago móvil de la filial gala.
Incertidumbre: falta de certidumbre, espeta la RAE de forma aséptica. Con esta contundencia de apenas un puñado de sílabas, se puede interpretar que el mercado del pago móvil y lo que gira en torno a él de momento siembra más dudas que otra cosa.
Todas las fichas, como sucede con frecuencia en el mundo tecnológico, se juegan en la casilla de Apple. Guste más o menos, el pago móvil transita por una especie de desierto sumergido en la arena. Así, cuando surgió la noticia de que la manzana mordida se subía al carro en este tipo de tecnología, hubo un nuevo revolcón informativo. De todas formas, los optimistas con carnet confían en el despegue definitivo impulsado por el mcommerce. Es decir, una vez que la gente tenga la rutina de pagar a través del smartphone, sólo será un paso que se pague con él.
Asimismo, hay informes que gentilmente invitan a la alegría. De este modo, en una encuesta realizada por Market Research AYTM, se aseguraba que sólo el 13,5% de los internautas estadounidenses había hecho un pago móvil, pero también un 23,2% afirmaba que en el plazo de cinco años lo utilizarían de forma habitual.
Y no son los únicos datos que arriman el ascua para ver el vaso medio lleno. Según MasterCard, durante 2014 a nivel mundial aumentó el uso de pagos sin contacto mediante móvil en un 67%, incluyendo además un mayor gasto a medida que se usa este tipo de tecnología.
¿Quiénes pagan con el móvil?
Con la presente llamada al optimismo, cabe plantearse quiénes son los usuarios que mayor rendimiento pueden sacar a este tipo de tecnología. Así, según los perfiles estudiados por MasterCard, algunos de los que presentan un mayor potencial son los adolescentes.
Estiman que un 80% de los jóvenes entre 12 y 17 años tienen un teléfono móvil, y que la mitad de ellos posee un terminal inteligente que soporta tecnologías de pago sin contacto. Por eso, la firma financiera cree que tienen un gran potencial para ser clientes muy fieles aunque no sea con grandes cantidades de dinero, puesto que la gran mayoría no dispone de ingresos estables.
Otro grupo son los llamados Millennials. De hecho, el 55% de los pagos que ha registrado MasterCard en este ámbito ha sido de gente con edad comprendida entre los 18 y 34 años. El principal argumento para verles como los grandes dinamizadores de este segmento es porque el 90% usa smartphones adaptados para el pago móvil.
Por último, otro núcleo, aunque aspe el ánimo a ciertos sectores, es el de las madres. Estiman que todavía el 70% de la economía doméstica lo llevan a cabo las mujeres y, por lo tanto, si asumen el pago móvil como una rutina será un salto muy importante de forma cuantitativa en el número de usuarios.
Barreras con contacto real
La multitud de plataformas disponibles, a través de entidades financieras, operadores de telefonía o fabricantes, puede generar una ansiedad de no saber cuál puede ser la más válida. Esta sería la primera gran barrera que en estos momentos puede encontrar el pago móvil, no sólo en España, sino en todo el mundo.
En la parte del cobrador, como bien señala el responsable de BBVA Wallet, Javier López, España es uno de los países donde mayor penetración existe de TPV contactless, es decir, que permiten pagar al cliente con métodos «sin contacto», como teléfono o tarjetas de crédito especiales. Ahora bien, no prevé que hasta dentro de dos años, a lo sumo tres, todos los terminales TPV sean compatibles con contactless.
¿Y qué se hace con las tarjetas? De todo menos tirarlas. La mayoría de estudios serios en cuanto a la evolución del pago móvil estiman que la convivencia entre la tradicional tarjeta de crédito o débito y los sistemas de pago mediante smartphone se prolongarán en el tiempo. Básicamente no se trata de bienes sustitutivos, sino complementarios.
En este contexto es donde toman sentido las palabras del director de Pagos y Banca Móvil de Orange España. «Incertidumbre». Además, Javier Ramírez ha insistido en que se trata de un sistema para clientes no avanzados, puesto que la sencillez es máxima.
Orange ha lanzado Orange Cash, una ‘app’ gratuita que convierte el smartphone del cliente en una extensión de su tarjeta de débito, crédito o prepago, independientemente de la entidad bancaria, para poder realizar sus pagos con el móvil de forma sencilla, gratuita (sin gastos ni comisiones) y 100% segura. Con Orange Cash el usuario puede realizar sus pagos en todos los comercios que acepten Visa “sin contacto” -más de 530.000 en España y 2,4 millones en Europa- o en tiendas online.
Como promoción inicial para que los clientes puedan probar todas las ventajas de este servicio, Orange regala hasta 16 euros a los primeros clientes: 10 euros de saldo con la primera recarga de 20 euros o más, que se suman a la devolución de 2 euros en las 3 primeras compras de importe superior a 15 euros.
Orange Cash es fruto de un acuerdo entre Visa Europe, Orange y el Wirecard Group que garantiza la protección y seguridad de todas las transacciones y datos personales de los usuarios que utilicen el servicio.
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