El grupo británico Vodafone no quiere perder un euro. En los últimos días, está intentando mantener artificialmente altos los precios de aquellos clientes que ya tenían contratados servicios de fijo y móvil. Las condiciones de los nuevos son, como siempre, mucho mejores.
Pongámonos en la piel de un cliente que ya tuviese servicios de fijo y móvil con Ono y Vodafone, y que se hubiese apuntado hace algunos meses a la promoción que permitía obtener un descuento conjunto del 30% en ambas facturas. Imaginemos que este abonado lleva más de quince años con la cablera y que paga 22 euros por la factura del móvil -una Red M con 2,5 Gb de capacidad y llamadas ilimitadas-, y 47 euros más por una conexión de fibra Ono de 100 mbps con TV Extra. ¿69 euros en dos facturas? No está mal.
El problema aparece cuando el mismo cliente consulta la web oficial de Vodafone One. Los nuevos clientes, a través de un configurador, pueden escoger un paquete de servicios muy similar con más velocidad (120 mbps) y la posibilidad de disfrutar de la red wifi internacional de la compañía por sólo 58,80, IVA incluido. «¡Cuate!», se dice a sí mismo el cliente, «¡aquí hay tomate!». Entre los casi diez euros de diferencia de precio, el wifi internacional y pasar a recibir sólo una factura, decide proponer el cambio. No hay permanencia que lo ate, así que se embarca en la aventura de contactar con el servicio de atención al cliente del operador.
Los clientes de la operadora no tienen acceso a las mismas ofertas que el resto de seres humanos.
Después de dos llamadas a distintos call centers, descubre que Vodafone ha puesto en marcha un número, el 607100400, al que deben dirigirse los clientes que quieren pasarse a Vodafone One. Le ofrecen, ojo al dato, pagar bastante más de 70 euros. Casi 90 si quiere pasarse a un producto superior de TV. «Pero en la web dice que son 58,8», afirma el cliente, atónito. «Yo sólo puedo ofrecerle esto, no sé qué dice la web», repite la impertérrita operadora. «Pero es que es mucho más dinero y en la web hasta te dicen que te regalan un móvil», insiste el abonado. «Yo puedo ofrecerle esto», reitera la muchacha.
Si nuestro preocupado consumidor quisiera obtener la oferta de marras, sólo tendría que darse de baja en Vodafone, también en Ono, y pedir el regreso en Vodafone One. O, mucho más fácil, amenazar con darse de baja. La típica prueba de que las operadoras aún persisten en una actitud tan poco constructiva como la de seguir penalizando al cliente veterano frente a la mujer del prójimo. ¿Eres de los que sólo compra flores a su mujer cuando ésta amenaza con el divorcio? ¿Tratas mejor a una chica que acabas de conocer que a la compañera fiel con la que llevas años conviviendo, aunque a veces haya algún roce? ¿Te interesan las novias de tus compañeros de trabajo que la tuya? Vaya, resulta que te pareces más a una operadora de lo que pensabas…