Diocles, el deportista mejor pagado de la Historia

Las cuadrigas daban mucho dinero

Esta semana, la posible huelga de los futbolistas ha resucitado todo tipo de comentarios. Unos defendían que unos trabajadores privilegiados como ellos no deberían ir a la huelga en un contexto de crisis. Otros respondían con argumentando que el patrimonio o riqueza de cada uno no disminuye sus derechos . El caso es que entre unos y otros se enzarzaron en una pelea en el barro [del campo de Ipurúa, por ejemplo] en el que al final ha decidido el árbitro.

Pero ya que hablábamos de dineros, me pregunté si en mi lista de secundarios, de personajes poco conocidos, habría algún deportista que cobrara millones y millones y que haya pasado desapercibido a los ojos de la muchedumbre. Lo primero que hice fue mirar la lista de la revista Forbes [versión web, no conozco a nadie que la compre], que cada año publica un montón de listados de gente y empresas relacionadas con las monedas.

Fácilmente localicé la lista de 2014, la última publicada, que habla en millones de dólares. Y así el boxeador Mayweather [el que nos dejó sin dormir hace algunas semanas] ganó 105 millones de dólares. Cristiano Ronaldo sumó 80 y LeBron James 72’3. Ése sería el podio. Y por el momento no habría ningún desconocido. Luego vendría Messi (64’7), Kobe Bryant (61’5), Tiger Woods (61’2) y muchos más conocidos. Iba a ser difícil encontrar un secundario.

Pero cuidado, un rayo de esperanza se cruzó en mi camino. En el puesto 19 aparecía Lewis Hamilton, el actual campeón del mundo de Fórmula 1. Ya, ya sé que es muy conocido, pero me hizo recordar una vieja historia que escuché a José Manuel Zapico [aka El Virutas], periodista especializado en coches que corren, que versaba sobre la cantidad de pasta que en el Imperio Romano ganaban los aurigas, los conductores de cuadrigas [pensaba que era esdrújula y con tilde pero no, al parecer es llana y la he pronunciado mal siempre en mis conversaciones con gladiadores]. Rebusqué un poco por la red y enseguida encontré a mi hombre de esta semana: Diocles.

CAYO APULEYO DIOCLES (104-146)

Un auriga. O lo que es lo mismo, un conductor de cuadrigas [repito, llana], esos carromatos de dos ruedas en paralelo tirados por cuatro caballos. Según nos han contado los libros y las películas [de romanos, claro] en la antigua Roma y todos sus territorios surgió el concepto de ocio. Era la evolución de los Juegos Olímpicos de los griegos pero embruteciéndolos un poco. Alguna fiera por aquí, unos esclavos por allí, un poco de sangre… Todo para alegría de un gran público que vibraba desde las gradas. En la actualidad podríamos traspasarlo al siguiente ejemplo: los europeos tenemos el rugby y los americanos lo evolucionaron al fútbol americano. Todo por el espectáculo.

Estas fiestas romanas se celebraban con cualquier excusa, ya fuese por calendario o porque el jefe de turno se había casado o conquistado unas tierras lejanas. Y se festejaba con todo tipo de shows. Desde la típica lucha de hombre contra hombre, con alguna fiera hambrienta de extra e incluso representaciones de batallas navales. Se nos viene a la cabeza el Gran Coliseo de Romacomo lugar de esos combates en los que los romanos ya se dividían ya en piperos y anticasillistas.

Y luego estaba el circo [había una vez… ]. Otro espacio diferente porque requería de grandes rectas para realizar carreras con caballos. Algo parecido a un hipódromo actual pero con mucho más éxito. El Circo Máximo de Roma llegó a reunir a 225.000 personas alrededor su pista de carreras [no sé si fiarme de la exactitud de estos datos teniendo en cuenta que en vez de cifras usaban letras para contar].

Dicho esto, que seguro que ya sabías o puedes encontrar mejor explicado en cualquier página web sobre Roma, hablemos de nuestro secundario. Como ha pasado tanto tiempo, no tenemos muchos datos exactos, más allá de lo que nos dejaron los documentos de la época escritos sobre piedras y estelas conmemorativas [cincel Times New Roman 14].

Para empezar Gaius Appuleius Diocles [escrito en latín] nació muy cerquita. En Emerita Augusta.

Pensarás que Diocles era extremeño. Es un poco más complicado que eso. Mucho antes de que naciera José Antonio Monago los romanos habían conquistado toda la península ibérica. ¿Toda? No. Un grupo de irreductibles norteños… Bueno, en realidad, la parte que nos interesa hoy sí. Toda conquistada. Pero Emerita Augusta, actual Mérida como aprendimos en el cole, pertenecía entonces a la provincia de Lusitania [Portugal, lusos, de nada]. Así que entre lusitano o hispano lo mejor diremos que es ibérico y ni para ti ni para mí.

De hecho se especula mucho con dónde nació exactamente. Se cree que en las cercanías, incluso en la actual Andalucía, pero casi seguro que aprendió a ser auriga en Emerita Augusta, ya que contaba con las mejores instalaciones romanas de la zona: su teatro romano, su anfiteatro romano, su circo romano, sus acueductos romanos… Vamos, una ciudad romana full equip.

Lo que conocemos de la vida de Diocles se basa en lo escrito en dos piedras. Como suena. La más exhaustiva se encontró en el Circo de Nerón, situado entonces en el actual Vaticano [si lo piensas tiene su gracia] y luego esa piedra se perdió, pero alguien tuvo a bien copiarla y traducirla para nosotros [y para Diocles]. Voy a poner sólo un párrafo para que veáis que se trata de una auténtica crónica deportiva del segundo siglo. Ojo al dato.

C(aivs) Appv]LEIVS DIOCLES AGITATOR FACTIONIS RVSSATAE / [nati]ONE HISPANVS LVSITANVS ANNORUM XXXXII MENS(ivm) VII D(iervm) XXIII / [pri]MVM AGITAVIT IN FACTIONE ALB(ata) ACILIO AVIOLA ET CORNELIO PANSA CON(n)S(vlibvs) / [primv]M VICIT IN FACTIONE EADEM M(anio) ACILIO GLABRIONE C(aio) BELLICIO TORQVATO CON(n)S(vlibvs) / [item p]RIMVM AGITAVIT IN FACTIONE PRASINA TORQUATO ASPRENATE II ET ANNIO LIBONE CO(n)S(vlibvs) PRIMVM VICIT / [in faction]E RVSSATA LAENATE PONTIANO ET ANTONIO RVFINO CO(n)S(vlibvs) SVMMA QVADRIGA AGITAVIT ANNIS XXIIII

[Fijaos en el hecho de que en el siglo II decían ya las cosas gritando en mayúsculas. No habrían tenido futuro en la Twitter]

Ahora la traducción para aquellos que no estudiasteis la útil asignatura de latín [no os riáis, matemáticos, ¿cuántas veces habéis usado una raiz cuadrada en la vida cotidiana?]:

Cayo Apuleyo Diocles, auriga de la facción roja, de nación hispano lusitano, con 42 años, 7 meses y 23 días. Corrió por primera vez en la facción blanca, siendo cónsules Acilio Aviola y Cornelio Pansa (122 d.C.). Venció por primera vez en la misma facción siendo cónsules Manio Acilio Glabrión y Cayo Belicio Torcuato (124 d.C.). Corrió por primera vez en la facción verde siendo cónsules Torcuato Asprenate por segunda vez y Anio Libón (128 d.C.). Ganó por primera vez en la facción roja siendo cónsules Lenas Ponciano y Antonio Rufino (131 d.C.), condujo cuádrigas (durante) 24 años.

Lo de las facciones eran como equipos y nuestro secundario se movió de equipo más que Ibrahimovic. Un auténtico chaquetero que no sentía los colores, visto desde nuestros ojos de dos milenios después, claro. Durante la República había dos facciones, roja y blanca [Ya me voy al Manzanares… ]. Después, durante el Imperio, se añadieron dos más, la verde y la azul. Y bajo el mandato del emperador Domiciano, a pesar de disponer de todo el arco cromático se añadieron la purpúrea y la áurea [muy sensible el tal Domiciano]. Tengo que apuntar aquí, por si algún descendiente o fan de Diocles me lee, que hay otra versión de la misma traducción que apunta que en realidad permaneció siempre en la facción roja y que se señalan los colores de las facciones que patrocinaron el evento. En ese caso, Diocles fue fiel a sus colores desde el principio hasta el fin. Depende de la traducción fue un mercenario o un leal [como si preguntas por Pablo Iglesias en una cena familiar].

En ese texto largo y leonino [y con varias traducciones] escrito en piedra aparece la cantidad de pasta romana que ganó durante sus casi dos décadas y media de práctica deportiva. Ni más ni menos que 35.863.120 sestercios. Muchos millones de sestercios. Tantos que se asegura que en la época habría podido abastecer de cereales a Roma durante todo un año. Sus ganancias de proporciones colosales fueron ya destacadas en 1789 por Francisco Masdeu en su Historia Crítica de España y de la Cultura Española. Y su razonamiento económico llegó hasta el año 2010 en el que Peter Struck, un profesor de la Universidad de Pensilvania lo calificó como “el deportista mejor pagado de todos los tiempos”.

Se puso a hacer cálculos de equivalencias y la cuenta le salió a pagar. Resulta que lo que Diocles habría ganado durante su vida sería al cambio unos 15.000 millones de dólares. Sí, has leído bien, Amancio Ortega.

Eso sí, no pudo disfrutar mucho de su fortuna ya que falleció dos años después de retirarse con tan sólo 44 años. Se cree que murió en Praeneste, la actual Palestrina italiana, y murió rico [malo sea] y con buena posición social. Y esto lo sabemos porque cuando falleció -no sabemos de qué-, sus dos hijos, y seguramente herederos de todos sus sestercios, decidieron levantar a su padre una estatua en el Templo de la Fortuna Primigenia de esa ciudad. Y en su base, se leía la estela con la siguiente inscripción:

C(AIO) APPVLEIO DIOCLI

AGITATORI PRIMO FACT(IONE)

RVSSAT(O) NATIONE HISPANO

FORTVNAE PRIMIGENIAE

D(onVm) D(edit)

C(aius) APPVLEIVS NYMPHIDIANVS

ET NYMPHYDIA FILII

[Seguían gritando]. Sí, sus hijos se llamaban Cayo Apuleyo Nimfidiano y Nimfidia. Ya que les había dejado una fortuna, no les iba a dejar también nombre bonitos.

Cerremos a nuestro secundario de hoy con la recomendación de volver a ver la insuperable recreación de una carrera de cuadrigas. Sí, la de la película Ben Hur con Charlton Heston haciendo de Diocles. ¡Así eran los extremeños en la Roma Imperial!

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