Cuando el seleccionador español Vicente del Bosque dio su lista de convocados para la Eurocopa de Francia, los 45 millones de presuntos seleccionadores residentes en España saltaron al cuello. Dos partidos después, parece que jugadores como Morata o Nolito era lo que necesitaba el equipo.
Segundo partido de la Eurocopa, segunda victoria. En esta ocasión la víctima fue Turquía. El resultado final, 3-0, refleja la solvencia con la que España fulminó a los turcos con un empacho de juego y suficiencia que, ahora sí, dejan a la selección española como uno de los máximos favoritos.
Los goles, dos de Morata y uno de Nolito, también confirman que el seleccionador salmantino sabía lo que traía entre manos. Si alguien pensó en algún momento que Del Bosque haría una revolución total tras el descalabro en el Mundial de Brasil, estaba equivocado. Los resultados empiezan a darle la razón.
España cayó con estrépito en dicho Mundial. No hay paliativos que valgan al ridículo hecho en tierras brasileñas. Pero fue una verdadera lección para Vicente del Bosque. Sin Xabi Alonso ni Xavi, el equipo debía ser lo que era, pero distinto.
Para ello confió en Busquets, retrasó a Fábregas, y dio rienda suelta a David Silva y Andrés Iniesta. Luego llegó lo complicado, reformular el ataque y cambiar, sutilmente, el estilo. Confió en Álvaro Morata y Nolito. La mezcla ha salido perfecta. De momento se están combinando a la perfección, y han llegado los goles. No había que romperse la cabeza, solo encontrar las piezas más afines a lo que había.
Nolito no es Villa, pero puede parecerse pegado a la izquierda y buscando la diagonal. Morata no es Torres, ni tampoco el propio Cesc jugando de falso nuevo. Pero ha curtido su juego en Italia y ahora mismo ya es un hombre válido para jugar con esta presión.
Y el factor Iniesta
En toda esta fórmula, con la revolución tranquila de Vicente del Bosque, Iniesta ha tomado mayor protagonismo. El juego de España empieza y acaba en él. Hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Y todo bien.
En la era Del Bosque ningún jugador había tomado tanta importancia individual. Ahora sí. Y también es un acierto. Iniesta debe suplir a Xavi, a Alonso, a Casillas como capitán… y mientras hacer creer a gente como Nolito y Morata que son titulares. Esta España de cambio silencioso carbura.