El 35% del electorado mundial usa el voto electrónico. En España no. Así, las elecciones municipales y autonómicas de hoy presentan una contradicción: el posible cambio en el apartado político choca con los escasos avances en materia de “política tecnológica” que se dan en España.
Los problemas surgidos ante la dificultad de ejercer el voto fuera de España en estas elecciones han puesto el foco en lo anquilosado de un sistema que parece seguir rechazando de modo sistemático toda avance digital. Así, según datos de OpenText, actualmente el voto electrónico sólo está implantado en pocos países como Estados Unidos, Bélgica, Brasil, Estonia, Filipinas e India entre otros, que constituyen aproximadamente un 35% de la población electoral mundial. España, claro está, se sitúa fuera de ese porcentaje.
Dicho problema del voto por correo fuera de España se podría solucionar, en parte, gracias al uso de nuevas tecnologías. De hecho, uno de los supuestos que propone OpenText sobre cómo serían las elecciones si todo se hiciese de forma digital es que se podría votar desde cualquier lugar. Se viva donde se viva, según explica la compañía, con un sistema de votación digital se evitarían desplazamientos, algo especialmente relevante en el caso de personas mayores o con problemas de movilidad, o en el caso de esta polémica, las personas que residen fuera del lugar donde se celebra la votación.
Otros ejemplos que se darían ante unas elecciones digitales tienen que ver con la precisión en los recuentos, ya que se reduciría al mínimo los errores humanos que puedan existir; o con la velocidad a la hora de contar todos los votos.
Más sencillo de lo que parece
Que tecnología y elecciones vayan de la mano es mucho más simple de lo que parece. De hecho, hay empresas que se encargan de la gestión integral de todo el proceso de “votaciones”. Desde la fase preelectoral, día de las elecciones al periodo postelectoral. Es el caso concreto de Scytl, de la que hay que señalar que hace poco más de un año superó los 100 millones de dólares en diversas rondas de financiación. Para que digan que no puede dar dinero este sector.
En cuanto a su función: “Incrementar y mejorar la democracia participativa”. Es el gran objetivo que buscan desde Scytl con la prestación de sus servicios. Definen sus soluciones como seguras para la gestión electoral y el voto por Internet ayudando a las organizaciones de todo el mundo. Ellos mismos aseguran que lo que hacen es “innovar en democracia”.
Uno de los apartados que más polémica suscita en estos modos digitales de votación tiene que ver con la seguridad. Para ello, desde Scytl incorporan una tecnología de criptografía única y especializada para procesos electorales, protegida por más de 40 patentes internacionales y solicitudes de patentes. Esta tecnología, que se basa en un sistema de criptografía avanzada, asegura el cifrado en todas las etapas del proceso, garantizando la privacidad y confidencialidad de los datos en todo momento, mediante procedimientos de firma digital y la verificación de que todos los votos se emitan correctamente con la intención de los votantes, contando estos votos como emitidos y que el recuento sea verificable.
Pese a las reticencias de la política española a modernizar su sistema, ya ha habido ejemplos en los que Scytl ha trabajado con la administración pública. Por ejemplo, en 2008, el gobierno regional de Aragón creo un portal de participación interactiva que permitiese al gobierno promover diversas iniciativas de participación entre ciudadanos, funcionarios y diversos grupos de interés. El portal integraba varias herramientas de participación, como herramientas para la deliberación, recogida de firmas, calendarios de eventos, foros, registro de entidades, secciones específicas para cada proceso de participación y gestión de documentos y boletines asociados, entre muchas otras funcionalidades.
Las elecciones empiezan por los partidos
“Lo único que hemos hecho en internet es hacer lo mismo que se hace en la calle. Antes pegábamos carteles en las paredes, ahora llenamos los muros de Facebook con carteles”. Así se expresaba a principio de semana el coordinador de Gobierno Abierto del PSOE, César Ramos, en un encuentro para hablar sobre estrategias en redes sociales junto a otros partidos.
La idea generalizada que dejó dicho encuentro es que se va mucho más despacio que el resto de la sociedad. De hecho, los pequeños avances de los que presumieron, como la cocreación de documentos o los intentos de transparencia, parecen todavía bastante alejados de las demandas reales de la sociedad.
Pero no es el único aspecto que los partidos políticos deberían trabajar más. Según un estudio llevado a cabo por Dynatrace, la velocidad de acceso a las diversas páginas webs de los partidos políticos, PSOE obtiene los mejores resultados con 6,1 segundos de tiempo medio de acceso, seguido por Ciudadanos con una velocidad de 6,3 s., y en el lado más negativo Vox (11,8 s.), UPyD (9,5 s.) y PP (9,3s), están por encima de la media recomendable para una página web.
Asimismo, y bajo los parámetros de medición de Dynatrace, de disponibilidad y tiempo de acceso, las webs de UPyD y Ciudadanos han presentados repetidos fallos durante la campaña electoral. Aunque la empresa argumenta que pueden ser fallos no atribuibles directamente a estos partidos.
En tal caso, parece que el entorno político todavía se encuentra algo lejos de encontrar una perfecta comunión con la tecnología para hacer que todo sea más sencillo.