¡Sorpresa! Nadie esperaba a Juan Carlos Monedero en Madrid Río, pero el exnúmero tres de Podemos apareció en el cierre de campaña del partido, que en un primer momento solo iban a protagonizar los dirigentes -Iglesias, Errejón y Bescansa- y el candidato a la presidencia de Madrid, José Manuel López.
Alrededor de 6.000 personas asistentes al acto pudieron ver cómo Juan Carlos Monedero se abría paso entre la gente, interrumpiendo el discurso de Iñigo Errejón. Nadie le esperaba, por lo que las caras de asombro eran evidentes. Monedero era aclamado por el público, que pedía a voces su intervención.
Apretón de manos con Errejón, que tuvo que ceder el micro a su excompañero en la dirección del partido, y pocas palabras: “Quiero que me regaléis una cosa. Que mañana yo pueda cantarle a alguien Volare oooh, Volare oooh”, así, entonando la canción de Domenico Modugno, Monedero se acordaba de Esperanza Aguirre, también muy fan del tema.
Juan Carlos Monedero se convertía con su espontánea aparición en el protagonista de un mitin en el que volvieron a señalarse los objetivos de Podemos. Historia, democracia y cambio, las palabras clave del discurso del partido que animaba a la gente a votar este domingo.
Hubo tiempo para recordar la imagen de Mariano Rajoy y las candidatas del PP paseando en bicicleta, y de escuchar a Pablo Iglesias tarareando la mítica sintonía de Verano Azul. El líder del partido hablaba de “los cuatro ciclistas del apocalipsis”, imaginando además de a Rajoy y a Aguirre sobre la bicicleta, a Aznar y Rato.
Tierno Galván como referente
El discurso de Iglesias comenzaba hablando del viento, aprovechando el aire que entones se levantaba en Madrid: “sopla fuerte el viento del cambio y susurra algo. El viento está susurrando Tierno”, decía refiriéndose a Tierno Galván. El líder de Podemos hacía un guiño a la historia, para más tarde asegurar que el “único voto útil es el voto morado”.
Palabras para Albert Ribera una vez más. “El problema Albert no es que seas de derechas, es que trabajas para los ricos” declaraba Pablo Iglesias, quien señalaba que Ciudadanos cumple los deseos del presidente del banco Sabadell que abogaba por un Podemos de derechas. También Iñigo Errejón se refirió a Ciudadanos para alertar a la gente de que no son un partido de cambio, “cuidado con equivocarse, con querer votar cambio y votar naranja” advertía el número dos de Podemos.
José Manuel López quiso acordarse de las plazas y apelar a la ilusión. De nuevo el aspirante a presidente de la Comunidad de Madrid presumía de programa electoral y compromiso con la ciudadanía mostrando dos llaveros: uno, haciendo propaganda del PP y fabricado en China, el otro, de Podemos y fabricado por la Asociación de Afectados por la Fibromialgia, tratando de demostrar las diferencias entre las campañas electorales de unos y otros partidos políticos.
Manuela Carmena, a pesar de no asistir al acto, estuvo muy presente. Más floja fue la participación de Carolina Bescansa, que subió al escenario y difícilmente pudo dar su discurso. Agradecimientos, más agradecimientos y animar al voto, en torno a esas premisas se desarrolló el resto del mítin, en el que el público, rodeado de globos morados, letras blancas y el recuerdo de las canciones de verbena que habían inaugurado el acto, aplaudía las intervenciones, abucheaba a la corrupción y a Esperanza Aguirre y aclamaba al que esperan sea su próximo o próximos presidentes, pues los de Iglesias no quisieron desaprovechar la ocasion y avisaron que noviembre -en teoría el mes de la cita con las generales- está a la vuelta de la esquina.