La Comunidad Valenciana aún no tiene un gobierno estable, pero eso no nos impide saber ya qué va a pasar en el fragmento parlamento de Les Corts. Estos son los spoilers de 2016.
1.- Pacto de Izquierdas (99% de posibilidades)
La suma que han arrojado las urnas es complicada, pero esto no es Andalucía. La izquierda ha concurrido a estas elecciones sabiendo que era su última bala antes de que el ciclo económico sea favorable y no puede permitirse cuatro años más sin gobernar.
Eso no quiere decir necesariamente que se vayan a cerrar los acuerdos de forma rápida. Podemos está más en sintonía con Mónica Oltra que con Ximo Puig, y se prevé pelea entre PSOE y Compromís por las carteras de Enseñanza y Cultura, que son terrenos estratégicos para ambos partidos (especialmente Cultura), pero el acuerdo es inevitable.
2.- Valencia pedirá más dinero al Estado (100% de posibilidades)
Esta es fácil porque prácticamente todos los partidos políticos que han concurrido a la Generalitat llevaban en sus programas la reivindicación de un nuevo modelo de financiación autonómica. El régimen de austeridad impuesto en la Generalitat Valenciana no ha dado resultado, el gobierno autonómico cerró 2014 sumando 4.917 millones de euros a su ya abultada deuda pública con lo que el Consell—el nombre que recibe el ejecutivo valenciano—adeuda ya 37.376 millones de euros, dos presupuestos enteros. Esta es una cantidad absolutamente impagable y más si tenemos en cuenta que la Comunidad Valenciana es la única economía que pese a estar por debajo de la media española aporta al Estado más dinero del que recibe.
El hecho de que Compromís haya entrado con tanta fuerza en el equipo de gobierno elevará el nivel de exigencia del ejecutivo valenciano. Ya no basta con un nuevo modelo de financiación. Los nacionalistas exigen el traspaso de las competencias de Hacienda pues consideran que una Agencia Tributaria Valenciana no sólo gestionaría los impuestos de forma más eficiente, sino que ayudará a los gobiernos autonómicos a ser más responsables en sus presupuestos al saber que si los desmanes económicos sólo podrán recurrir explicando a sus votantes que han de subirles los impuestos.
En el tripartito que viene Podemos podría sumarse a esta idea, pues no es incompatible con sus planteamientos, por lo que será el PSOE quien tenga que decidir si lo pide todo, o busca un acuerdo moderado con el Estado. Quien gobierne España después de las elecciones de noviembre les ayudará, sin duda alguna, a terminar de decidir su postura.
3) La reclamación de la deuda histórica de España con Valencia será el primer gran tema del nuevo gobierno (95% de posibilidades)
Al hilo de lo anterior el nuevo gobierno pedirá el reconocimiento de la deuda histórica valenciana, el déficit entre lo que debería haber recibido del Estado en inversión por habitante y lo que se le ha entregado realmente. Esta deuda está cifrada en 13.500 millones de euros y la legislatura anterior ya la habían pedido todos los partidos, PP incluido—aunque con menos beligerancia en Madrid que en Valencia por aquellas cosas de no causar enfrentamiento con la matriz del partido—y en el nuevo curso político revivirá la reclamación.
El nuevo gobierno además tiene una baza a su favor. España ya ha reconocido la deuda histórica de Extremadura y en realidad no hablamos tanto de ingresar la totalidad del dinero sino de usar esa cifra para no devolver los planes de rescate y pago a proveedores a los que se ha acogido la Generalitat Valenciana, lo que permitiría respirar económica al Consell. Sólo las exigencias de control del déficit de la Unión Europea podrían dar al gobierno español una excusa para negar a Valencia un acuerdo, pero no evitará que se exija el pago.
4.- Más impuestos (95% de posiblidades)
Seguimos con la necesidad de dinero de la Comunidad Valenciana. La izquierda cree que para ser una autonomía que recibe del Estado menos de lo que aporta se ha sido excesivamente generoso con las bonificaciones de los impuestos de donaciones y sucesiones que no tributan sin están por debajo de los 100.000 euros—156.000 euros si quien recibe es menor de 21 años—, esos parámetros serán retocados por el nuevo gobierno.
El PSPV-PSOE piensa que convertir en autonómico el impuesto de sucesiones ha creado una competición a la baja entre las autonomías con la que hay que acabar. Podemos se expresa en términos similares, pero va mucho más lejos: apunta a un aumento del impuesto de patrimonio.
Lo más previsible es que el nuevo gobierno fije parámetros que tengan en cuenta cual es el valor patrimonial del declarante antes de decidir si puede permitirse o no contribuir a las arcas públicas en el momento de recibir su herencia.
Las bonificaciones del IRPF también están en el punto de mira en los programas del nuevo gobierno.
4.- Reabrirá Canal 9 (75% de posibilidades)
Aunque pueda parecer inapropiado debido al estado económico de la Generalitat, volver a contar con televisión propia es una prioridad para el nuevo gobierno. De hecho hasta el PP aprobó en los coletazos finales de esta legislatura una ley que sienta las bases para la reapertura del ente.
Sin dinero para desarrollar gran parte de su programa, el nuevo gobierno necesita urgentemente contar con un medio público potente desde el que pueda explicar los detalles de la herencia recibida—un clásico en cualquier nuevo gobierno—que le impiden actuar como querría. Tener una parrilla de programación entera para poder airear todas las irregularidades que encuentren en los cajones en la Generalitat también es un importante incentivo para que antes de que acabe la legislatura los valencianos vuelvan a tener medios en lengua propia.
5.- Se alterará la ley de señas de identidad (65%)
Antes de abandonar el poder el Partido Popular aprobó una ley que señas de identidad diseñada ex-profeso para parar el avance de la oposición. En ella se vinculaba negar la unidad lingüística del valenciano y el catalán como requisito en cualquier organismo o asociación que recibiera financiación pública. Esta teoría lingüística, que ha llegado a asegurar que el Valenciano ya se hablaba en el paleolítico, contradecía el criterio de las universidades valencianas, pero el PP ya había previsto esto y creó un observatorio de señas de identidad en el que se resolvieran las disputas y en el que puso a los representes de las valencianas de colombicultura y Bous al Carrer (toros en la calle) por encima de las universidades valencianas que ejercían sólo como órganos consultivos. Estos planteamientos son incompatibles con el nuevo gobierno.
Lo normal sería la derogación de la ley por parte de la izquierda, pero como tocar la relación entre el valenciano y el catalán siempre es algo espinoso en la Comunidad Valenciana no es de descartar que simplemente se cambie su texto. Además destruir un organismo que te ayude a negar una subvención a quien postula lo contrario de lo que tú planteas requiere un esfuerzo a la altura del de Frodo Bolsón al final de El Señor de los Anillos.
7.- Proceso de Reindustrialización Valenciana (55%)
Todos los partidos de izquierdas apostaban por abandonar el modelo económico de grandes eventos y apostar por la economía productiva. Se esperan incentivos fiscales para competir con otras comunidades españolas en atraer inversores y la Comunidad Valenciana tiene uno de los polígonos industriales más grandes de Europas prácticamente vacío. Buen momento para buscar un terreno prácticamente gratis.
8.- Gestos a la PAH y otros colectivos sociales
La ascensión de la izquierda se ha cimentado en saber atraer hacia sí los votos de todos los colectivos sociales que ha ido dejando de lado el PP, y esas promesas se han de cumplir.
Todos los partidos susceptibles de pactar un gobierno de izquierdas incluyen medidas sociales en defensa de las personas desahuciadas, pero pocos llevan un programa tan ambicioso como Podemos. La formación de Antonio Montiel pide que el gas,agua y electricidad sean de servicio público, y por lo tanto se busquen formas de evitar que se pueda quedar una familia sin suministro por falta de salario. Decidir hasta que punto se gastan los escasos recursos de la Generalitat en protección social será una de las tensiones a la hora de firmar un pacto. Ojo también al colectivo de dependientes cuyo abandono por parte del gobierno anterior ha sido uno de los ejes del discurso de la oposición de los últimos cuatro años, no conseguir fondos para cubrir sus necesidades será una grieta en sus programas por la que se pueden escapar muchos votos.
La nueva Generalitat, sin duda alguna, reconocerá a las víctimas del accidente de metro de Valencia, a las que el PP condenó a un ostracismo que con el tiempo se volvió especialmente tóxico en las urnas. Pero claro, eso no cuesta dinero.
9.- Auditoría publica (77% de posibilidades)
Como a estas alturas ya habrá quedado claro en Valencia no queda dinero para pagarlo todo, así que el nuevo gobierno necesitará disponer de buenos argumentos para explicar a sus votantes por qué no le va a quedar más remedio que decidir entre incumplir promesas o recortar servicios.
PSOE,Compromís y Podemos claman por la auditoría, Ciudadanos se puede sumar a la fiesta para distanciarse del PP, su principal fuentes de votos.
10.- Aumento en las partidas de educación pública y descenso en la concertada(55%)
Compromís ha cimentado su ascenso en las reivindicaciones constantes sobre la situación de la educación valenciana. El nuevo gobierno reducirá algunas partidas para aumentar la construcción de centros, y esas partidas pueden salir de los conciertos educativos.
En los últimos años el Partido Popular ha ido destinando cada vez más recursos a los centros privados que conciertan su servicio con la Generalitat Valenciana. No es una mera cuestión de que hayan proliferado, es que se aún aumentado la dotación económica ampliando la cobertura pública de estos centros (concertando por ejemplo los gastos del comedor). La intención de Compromís y Podemos es que estos conciertos desaparezcan progresivamente, veremos si el PSOE apoya la idea o intenta moderarla.