Desde hace varias décadas venimos asistiendo a un incremento exponencial de la tecnología. Hemos pasada en muy pocos años a derivar la mayoría de las tareas a sistemas automáticos de gestión. El objetivo quizás sea por un ahorro de tiempos en la ejecución o simplemente por una mejora en la comodidad y en el nivel de vida de los usuarios.
Aun así, estos cambios no sólo se han dado en los sistemas de producción de las grandes fábricas, sino que se han extendido a muchos ámbitos de la sociedad.
Por supuesto los mercado financieros, ávidos e incentivados por la avaricia por la que se caracterizan han sido invadidos por este tipo de tecnología.
Los traders de alta frecuencia o HFT como se los conoce en ingles por sus siglas (High – Frecuency Trading) intercambian activos financieros utilizando intensamente herramientas tecnológicas sofisticadas para obtener información del mercado a través diferentes algoritmos programados por matemáticos, físicos e ingenieros.
El principal problema es que este tipo de trading se está convirtiendo en un enemigo para los inversores, ya que cuentan con una sofisticación mayor y no se dejan llevar por los sentimientos de avaricia y miedo como podría hacer un ser humano. Estos sistemas automáticos introducen millones de órdenes en periodo de tiempo muy pequeño, obteniendo pequeñas plusvalías pero con un volumen muy grande.
A pesar de ser una práctica completamente legal es bastante perjudicial para inversor retail, pues provocan una gran volatilidad con los grandes volúmenes que mueven, convirtiendo los mercados de valores en mercados tremendamente turbulentos y volátiles.
Estamos viviendo constantemente en una carrera de sprint, porque estos sistemas operan en milésimas de segundo, que podrían parecer insignificantes a primera vista, pero que se convierte en un auténtico manjar para la operativa de alta frecuencia, aprovechando una mayor rapidez en comparación con el ser humano para generar beneficios.
Daniel García
Analista de XTB