Pokemon GO se ha convertido, oficialmente, en la serpiente del verano, junto a la incapacidad de nuestros inútiles políticos de realizar una alquimia tan simple en apariencia como convertir los votos de los ciudadanos en un Gobierno. SABEMOS ha fichado a John Wilson, legendario cazador, para que nos descubra algunos de los secretos de esta polémica herramienta.
1- Pero esto… esto es una MIER%A
No, el juego no. No exactamente. El caso es que había salido a cazar pokémones bien temprano por la mañanita, con mi inefable Lucinda cargada al hombro, cuando, después de recorrer un par de kilómetros, la cosa dejó de funcionar. Y estaba al lado de un gimnasio Pokémon que estaba esperando el ataque de mi Charmander. Una vergüenza, oiga. Estas cosas no me pasaban en el Kilimanjaro.
2- Viaje al pasado
Muchas de las localizaciones que aparecen en el juego están sacadas del pasado más remoto de Google Streetview. La cafetería El Cielo se convirtió en un Lizarran hace meses, hombres de Dios…
3. Los pétalos trampa
Si ves pétalos, es que hay pokémones en las proximidades. Pero el cebo que los ha hecho surgir sirve también para seres humanos. Si es una mala hora, no conoces la zona y tienes un móvil de 700 euros, quizá sea mejor que renuncies a esta pieza, cazador.
4- La gallina incubadora
¿Has visto alguna vez un cazador incubando huevos? Yo lo hago. De dos en dos. ¿Ando kilómetros y kilómetros para que me salga un miserable Sandshrew de nivel 40? Al menos he conseguido polvo estelar y bastantes caramelos, algo es algo.
5- En serio, esto falla mucho
En cada caza de pokémones he tenido que matar a mi caballo por culpa de fallos en los servidores. O Niantic resuelve los problemas antes de que la frustración pese más que la moda, o la revalorización de Nintendo se irá por el desagüe.
6- Me siento más tonto a cada paso que doy
Al parecer, Pokémon GO hace a los niños mucho más tontos. Si no estuvieran todos jugando a esta basura, estarían leyendo a Unamuno, componiendo haikus y colaborando en comedores sociales. Mucho mejor que los jóvenes se pasen el día mirando programas instructivos como MYHYV, Gran Hermano, Supervivientes o la ponzoña que esté ahora de moda. Eso sí que te hace leer a Faulkner.
7- Hace mucho calor para estar por la calle
Bienvenidos al país de la deshidratación leve, donde todos estamos a dos vasos de agua de nuestro consumo idoneo. El buen cazador lleva siempre una botella consigo y, si lleva a sus hijos de la mano, se asegura de que no les falte de nada.
8- Si cazas, no conduzcas
Ya ha habido atropellos por esta movida. No, no aproveches el semáforo para conseguir pokebolas, que luego aparece un Pikachu, te lías, y con las prisas aplastas a un infante. No mola. Basta.
9- Gimnasios de culto
He leído polémicas sobre cómo han convertido lugares emblemáticos como el Museo del Holocausto en una pokeparada. Por un lado, es irrespetuoso. Por otro, no se me ocurren muchas formas mejores de atraer a los jóvenes a un museo, sea el que sea. A lo mejor aprenden algo. Después de tres días cazando, conozco mejor mi barrio y sé dónde están sus lugares emblemáticos. Lamentablemente, el mío es un barrio de mierda y todos sus lugares emblemáticos son grafitis…
10- Habla con otros cazadores. O no
Lo más habitual es ver las paradas llenas de gente vergonzosa mirando el móvil sin comentar la jugada. Se agradecería más camaradería entre compañeros jugadores. Pero claro, te podría pasar lo que al tipo que estaba en un parque a las tres de la mañana, vio cómo se le acercaban dos tipos raros, terminaron todos hablando del juego tan ricamente y fueron interrumpidos por un agente de policía convencido de que se estaba cerrando una venta de drogas.
11- No odies a tu mujer si tiene una pokeparada en su oficina
Sí, conseguirá recursos cada media hora, podrá sacar partido a los cebos y, para colmo, al ser una compañía tecnológica tendrá a decenas de jugadores viciosos cerca que lanzarán cebos a porrillo. Pero dijiste que la querrías para siempre y la envidia no puede interponerse entre vosotros. Basta con que recuerdees gastarte menos dinero en su próximo cumpleaños… O algo.
12- Si tu mujer está de parto, no caces Pokémon
No sé si es más preocupante la caza en sí misma o que luego lo divulgase en redes sociales. Pero si tu mujer no se ríe con la broma, mejor será que no la hagas. «Respira, respira, espera un momento que he visto un Ónix» no es la frase que quieres recordar años después.
13- No te hagas el héroe. Salvo que tengas que hacerlo
Dos jugadores de Pokémon GO en EEUU consiguieron que se detuviese a un sospechoso de intento de asesinato porque, básicamente, pasaban por allí. Tener más gente en la calle sirve para estas cosas.
14- Cuenta conmigo
Para quien diga que Pokémon GO no les recuerda a su infancia, recuerda que una de las ventajas del juego es que te puede ayudar a encontrar cadáveres en plan Rob Reiner.
15- Engancha tu teléfono a cosas
Pokémon GO sólo cuenta los pasos que das si está encendido a tope, no vale tenerlo operando en segundo plano. Esto dificulta mucho la incubación de huevos. ¿Algunas ideas que han surgido por ahí? Enganchar el teléfono a tu perro, a tu Roomba o contratar los servicios de un incubador/entrenador personal. Tengo un amigo rehabilitando en el hospital por un accidente de tráfico y las piernas son lo único que le funciona. Estoy por engancharle un móvil a la escayola…
16- Vende tus acciones de Nintendo cuando creas que han llegado al techo
Si compraste títulos de Nintendo antes de la fiebre y has experimentado su enorme revalorización, piensa con cuidado cuál va a ser el momento ideal para salirse. Especialmente porque los beneficios de esta fiebre, incluso si se mantiene un tiempo en el aire, no van a caerle a Nintendo en exclusiva. Recordemos que las tiendas de aplicaciones se quedan un 30% de los ingresos, que Nintendo sólo controla algo menos de una tercera parte de The Pokémon Company y que nadie sabe exactamente qué participación tiene en Niantic, la desarrolladora del juego –en la que también participa Google–.
17- Súbete al metro y disfruta
A pesar de que en el metro no hay GPS, Pokemon GO utiliza bien la triangulación de las torres de telefonía para arrojar tu posición. ¿Conclusión? Funciona en el metro, lo que convierte cada trayecto en un safari. Pokeparadas a porrillo, Pokemon en la falda de la señora que se sienta enfrente… Lo peor del tema es que puede haber gente que piense, al verte cazando bichos, que estás haciendo fotografías. El gesto «técnico» es muy parecido.