El Rey concluirá en una semana su ronda de consultas con los líderes para tratar de proponer un candidato a la investidura. El PP redobla la presión sobre Ciudadanos para que garantice ante el jefe del Estado el ‘sí’ a Rajoy, único modo de lograr la reelección a primeros de agosto. Rivera se resiste y mantiene que no apoyará un Gobierno liderado por el actual presidente.
Una semana. Ese es el plazo que tiene Mariano Rajoy para forjar alianzas que le garanticen la investidura y salir de la ronda de audiencias del Rey con el encargo -recibido y aceptado- de pedir la confianza del Congreso. Si no lo logra, estaremos de nuevo ante la incógnita de si asumiría intentar la reelección aun a riesgo de estrellarse. Desde el PP se deja cada vez más claro que, como en enero, Rajoy rechazará ir a la investidura sin disponer de los apoyos suficientes, pero esta puede ser una estrategia para presionar a PSOE y Ciudadanos a escasos cuatro días de Felipe VI inicie la que será su cuarta tanda de entrevistas con los partidos en menos de medio año.
La novedad es que esta vez no hay una alternativa viable a la de un Gobierno encabezado por el PP, tal y como puso de manifiesto la elección de la Mesa del Congreso. Este hecho es el que haría difícilmente explicable un nuevo ‘no’ de Rajoy al ofrecimiento del jefe del Estado, por mucho que él haya advertido de que abrirá un “periodo de reflexión” con el resto de fuerzas si no suma más avales que los de sus 137 diputados. Felipe VI se verá el martes a las 10.30h con el parlamentario de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, y el jueves a las 17h con el candidato del PP. Entre medias, habrán pasado por la Zarzuela otros doce líderes -los de todos los partidos con representación en el Congreso, salvo ERC y EH Bildu, que de nuevo declinaron verse con el Rey-. El turno de Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez llegará también el jueves.
Rivera, Iglesias, Sánchez y Rajoy cerrarán el jueves la cuarta ronda de entrevistas del Rey en menos de medio año
España acumula 215 días con el Gobierno en funciones, casi un año sin actividad legislativa y dispone de muy escaso margen para tramitar los presupuestos de 2017. Esta situación, unida al resto de derivadas de este inusual periodo de interinidad -un Ejecutivo sin iniciativa política, paralización de los concursos públicos, dos vacantes ministeriales sin poder ser cubiertas, etc.- son esgrimidas a diario por el partido mayoritario para reclamar que se le despeje la reelección. Rajoy necesita bien que Ciudadanos pase de la prometida abstención al ‘sí’ o bien que el PSOE enmiende su oposición total a un nuevo Ejecutivo del PP.
Génova considera que es más factible la primera opción y por eso dirige todo su arsenal comunicativo hacia los 32 diputados naranjas. Ante las suspicacias levantadas en C’s por el acercamiento de Rajoy a Convergència, los populares garantizan que no buscarán entendimientos ni programáticos ni para la investidura con los nacionalistas, siendo el pacto entre los constitucionalistas su única opción. Y dentro de ella, la prioridad es negociar un acuerdo lo más amplio posible con Rivera.
Los vicesecretarios generales Pablo Casado, Javier Maroto y Fernando Martínez-Maíllo coincidieron este en jueves en pedir al líder emergente que se abra a votar a favor de Rajoy, maniobra que permitiría al PP sumar 170 escaños (137 propios, 32 de C’s y uno de Coalición Canaria) y movería al PSOE a la abstención, al menos de una parte de sus diputados. Maíllo, además, alertó de que si el partido naranja no sale de su enroque podría propiciar un pacto alternativo, entre la izquierda y los nacionalistas, opción que «existe, no hay más que ver cómo Pablo Iglesias anima permanentemente a Pedro Sánchez y Francesc Homs también».
C’s no pasará de la abstención
Sin embargo, el partido naranja sigue firme en su postura de no pasar de la abstención. Eso solo sería posible si Rajoy deja paso a otro candidato y se inicia un proceso de renovación de líderes, equipos y políticas como el que reivindica Rivera. Así lo aseguró ayer su portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, que también negó conversaciones con el PP sobre los presupuestos para el próximo año: «La negociación no ha empezado. (…) Lo que esperamos es que en cuanto tengamos investidura nos pongamos a trabajar día y noche, porque el tiempo apremia, en aprobar el techo de gasto, negociar y aprobar los presupuestos, que no va a ser nada fácil, y ponernos de acuerdo sobre la senda de reducción del déficit».
Y la investidura solo saldrá, en opinión de Ciudadanos, si el PSOE la facilita con su abstención. Pedro Sánchez, que mantiene un calculado perfil bajo desde las elecciones y solo ha aparecido en público cuando ha sido imprescindible, no da muestras de estar por la labor. Todo lo contrario: sus más estrechos colaboradores insisten en que votarán en contra de Rajoy y emplazan al presidente a buscar los apoyos en C’s, CDC y PNV, como hizo para la elección de la Mesa del Congreso.
Iglesias tampoco cree que vaya a haber investidura a principios de agosto y apuesta porque Rajoy será reelegido en septiembre
En estas condiciones se iniciarán el martes las audiencias de un Rey que, salvo milagro, de nuevo tanteará a los líderes sin que estos le presenten un acuerdo de gobierno. Se complicaría así aún más el plan de Rajoy de ser elegido la primera semana de agosto, algo que en su partido y en Ciudadanos ya daban por imposible el martes. Técnicamente sería posible celebrar la sesión plenaria en esas fechas -la presidenta del Congreso debe convocarla con 48 horas de antelación una vez recibida la notificación del Rey sobre el candidato-, pero sería prácticamente imposible que concluyera con la elección del líder popular. Solo un acuerdo exprés en esas jornadas, quizá entre la primera y la segunda votación, podría hacerle triunfar. Pero el PSOE no parece por la labor.
Ayer fue el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, quien se sumó a la opinión de que la investidura se pospondrá y se atrevió a dar un paso más. En su opinión, aseguró a TVE, será en septiembre cuando el PP logre la reelección gracias a la ansiada abstención de los socialistas.