Albert Rivera cree que solo hay dos maneras de evitar las terceras elecciones: dejando gobernar al PP en minoría o conformando un Ejecutivo de todas las fuerzas constitucionalistas sin la presencia de Mariano Rajoy. Pablo Iglesias emplaza al PSOE a decidirse entre despejar la investidura al líder popular o impulsar una alternativa. Pedro Sánchez insiste en que Rajoy debe buscar el apoyo de sus «aliados potenciales» y pedir ya la confianza del Congreso.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha planteado hoy al Rey la opción de articular un Gobierno de concentración que integre a miembros de su partido, del PP y del PSOE para sacar a España de la interinidad en que se encuentra desde diciembre. Rivera cree que un Ejecutivo «fuerte y de consenso entre los principales partidos constitucionalistas» es la solución ideal, aunque admite que si populares y socialistas no se mueven de sus posiciones actuales será inviable articularla. Y pone, además, una condición irrenunciable para que su iniciativa pueda abrirse paso: que dicho Gobierno no lo encabece Mariano Rajoy.
Debe haber un «nuevo presidente», ha dicho el líder emergente en rueda de prensa en el Congreso tras reunirse con Felipe VI, para que Ciudadanos dé su ‘sí’ en una investidura. En su opinión, «si el PSOE y el PP estuvieran dispuestos» a explorar un «Gobierno de consenso», con un «presidente de consenso», capaz de liderar un equipo «limpio» y con una completa «agenda de reformas», el país podría superar esta etapa de bloqueo. Se afrontarían así de mejor manera los retos que asoman en el horizonte, desde la elaboración de los presupuestos de 2017 al cumplimiento de las exigencias de Bruselas pasando por el desafío secesionista de Junts pel Sí y la CUP.
C’s quiere que haya una sesión de investidura «cuanto antes» y lamenta ser el único que «se ha movido» desde las generales
Como hasta ahora los socialistas no han dado muestra de querer entenderse con el PP, Rivera propone un «plan B»: permitir que el partido más votado gobierne en minoría. Ciudadanos ya «se ha movido» ofreciendo su abstención a Rajoy, pero no pasará de ahí porque no es el líder que desean. Ahora sería momento de que otros, en especial el PSOE, hicieran lo propio y permitieran así que la legislatura echara a andar.
«No hay otra alternativa», ha proclamado Rivera: o se apoya su «plan A», o se abre paso al B o España se verá abocada a celebrar nuevas elecciones, las terceras en menos de un año. Y no hay más opciones, ha recordado, porque los socialistas asumen ya públicamente que en ningún caso tratarán de construirla junto a Unidos Podemos y los nacionalistas.
El partido naranja defiende también que la sesión de investidura se celebre «cuanto antes» y espera que esta vez Rajoy acepte el encargo del Rey de tratar de formar gobierno. Rivera ni siquiera contempla que el presidente en funciones, que asegura «que quiere gobernar», decline la oferta de nuevo por falta de apoyos.
Iglesias: que se decida el PSOE
El representante de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, ha sido el siguiente en pasar por Zarzuela. Iglesias ha transmitido al jefe del Estado su ‘no’ a Rajoy y su disposición a estudiar una alternativa si el PSOE decide dar el paso de impulsarla, cosa que hasta ahora no ha hecho. Para Unidos Podemos, esta es «una combinación muy complicada» por dos motivos: los socialistas se han negado a gobernar en coalición con ellos y la posibilidad de integrar a los nacionalistas, necesarios en ese pacto, ha menguado tras la constitución de la Mesa del Congreso -donde diputados de Convergència y del PNV apoyaron a candidatos de PP y Ciudadanos- y tras el desafío de Junts pel Sí y la CUP al Constitucional.
Iglesias cree que Ciudadanos acabará apoyando a Rajoy y que el PSOE facilitará su reelección absteniéndose
«Nadie en la democracia española se atrevería a gobernar con 85 diputados», ha dicho sobre la posibilidad de un Ejecutivo de Sánchez en minoría. A juicio de Iglesias, solo hay dos fórmulas para desbloquear la situación y ambas pasan por Ferraz: investidura de Rajoy o «Gobierno progresista de coalición». Si el PSOE continúa sin tomar uno de esos caminos, ha concluido, el horizonte es el del vacío constitucional. Podemos no cree que Rajoy vaya a ir a la investidura sin tenerla garantizada.
Además, el dirigente morado ha manifestado su convicción de que no habrá terceras elecciones. Cuando las semanas pasen y el bloqueo persista, ha indicado, Rivera se moverá hacia el ‘sí’ al actual presidente en funciones, algo que «sería la excusa del PSOE» para abstenerse y permitir la investidura. Su grupo parlamentario nunca lo hará, rechaza la «abstención mancomunada» y prefiere «que cada uno pague lo suyo».
Sánchez ratifica su ‘no’ a Rajoy y le exige que vaya a la investidura para poner en marcha «el motor de la democracia»
Sánchez, por último, ha demostrado que su postura no ha cambiado un ápice desde que el 9 de julio el Comité Federal del PSOE adoptó una posición política: oponerse a la reelección de Rajoy. «No vamos a apoyar lo que queremos cambiar», ha repetido el líder socialista una y otra vez, rechazando la abstención ante un candidato del PP y negándose a contemplar una alternativa. No es que rechace construirla, es que ni siquiera lo valora: «No es momento de elucubraciones».
Sánchez dice haber «aprendido mucho» de la anterior legislatura, cuando Iglesias rechazó su candidatura por dos veces, y recuerda que Podemos y Ciudadanos siguen considerándose antagónicos. Los españoles han enviado al PSOE «a la oposición» y desde allí harán una labor «leal» para que España pueda hacer frente con garantías a sus desafíos. El secretario general socialista cree que Rajoy debe aceptar la «tarea de forma gobierno», buscando apoyos en sus «aliados potenciales», entre los que no está el PSOE. «No puede pretender que el resto le hagamos el trabajo». Con quien debe entenderse, asegura, es con Ciudadanos, PNV o Convergència.
Se prevé que a las 18h concluya esta ronda de audiencias, con el turno de Rajoy, la primera tras el 26-J y la cuarta del año. Veremos si con un candidato a la investidura, porque la incógnita sobre lo que hará el presidente en funciones -mostrarse dispuesto a pedir la confianza del Congreso o rechazarlo por falta de apoyos- se mantiene.