El Banco Popular ha nombrado consejero delegado a Pedro Larena Landeta en sustitución del hasta hoy segundo de a bordo de la entidad, Francisco Gómez, que ha llegado a un acuerdo de prejubilación con el banco.
La compañía informa en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que esta decisión se tomó el día 27 de julio. Un portavoz de la entidad desmintió a SABEMOS la información sobre la destitución de Francisco Gómez al día siguiente, el 28 de julio, mientras que el relevo se ha anunciado finalmente hoy, 29 de julio.
En otro comunicado agradecen los servicios prestados al ejecutivo cesado, como es costumbre en la mayoría de firmas cotizadas, y destacan su impulso «notable» a la actividad comercial. Gómez ha ocupado el sillón de consejero delegado desde enero de 2013 y ha desarrollado una carrera profesional de 30 años dentro de la entidad.
Fuentes próximas a la entidad consultadas por SABEMOS subrayaron que, en el marco de la guerra interna existente en el consejo de administración del grupo, Ángel Ron ha decidido que Gómez Martín, alineado con el bando que se le opone, abandone el cargo.
Ron se juega mucho en esta guerra, ya que accionistas como Allianz y Blackrock están tratando de impulsar un relevo en la cúpula tras la ampliación de capital y los recortes en las oficinas. El sacrificio de Gómez Martín podría darle oxígeno y expresar la voluntad de cambio que reclaman los inversores.
Aunque la entidad negó oficialmente a este medio que tengan conocimiento de que algo así vaya a producirse, se esperan movimientos en este sentido en las próximas semanas. Cuando se produzcan, probablemente se ejecutarán de forma que parezca un cambio orgánico.
Francisco Gómez Martín, que venía de la dirección general de Riesgos del banco, donde ha desarrollado toda su carrera desde 1988, no los ha medido bien en esta ocasión.
Cuando se produjo el anterior cambio de consejero delegado, éste supuso también una reducción de los miembros del consejo de veinte a quince y la introducción del límite de edad de 75 años, que puede flexibilizarse en los casos de los consejeros dominicales.
Un cambio aplaudido en la bolsa
La bolsa parece haber recibido con optimismo este cese, dado que en lo que va de sesión las acciones del Banco Popular suben más de un 4%. En el parqué está claro que no veían con buenos ojos la evolución del negocio de la entidad, habida cuenta del notable deterioro de su cotización: el Popular se movía en enero por el entorno de los 3 euros por acción y ahora mismo se queda por debajo de la mitad de ese precio y alrededor de los 1,25 euros.
La entidad acumula importantes pérdidas en bolsa desde que reconociera la debilidad de su balance y admitiera que necesitaba una ampliación de capital. Esta operación se produjo finalmente en mayo de este año y arrastró al banco hasta su peor resultado histórico en bolsa, con una caída del 26,49% en el precio de sus títulos.
Y es que el runrún del mercado lleva meses vaticinando una oleada de fusiones bancarias que reduzca sensiblemente el número de entidades con actividad en España. En este sentido, y más aún a tenor de la debilidad de capital que ha mostrado recientemente, el Banco Popular ha aparecido siempre como uno de los firmes candidatos a disolverse dentro de otro conglomerado financiero. CaixaBank ha sonado como posible comprador, aunque la antigua caja catalana siempre lo ha negado.
Pedro Larena se enfrentará como consejero delegado a esta nueva etapa de incertidumbre que se avecina. Su nombramiento, ha informado el Banco Popular, será efectivo desde el 1 de septiembre.