Un solo hombre se ha plantado contra CaixaBank, que lleva meses gestando una opa para hacerse con el control del banco portugués BPI. Tiago Violas Ferreira, administrador de Holding Violas Ferreira, forma parte de la tercera generación de una familia que llegó a amasar la quinta mayor fortuna de Portugal.
Además de la inversión de su hacienda el otro pasatiempo que le ocupa a Violas Ferreira es la equitación, tal y como se puede apreciar en su muro de Facebook. Se trata de un hobby -por algunos considerado deporte- tradicionalmente vinculado a las clases altas en el que el objetivo es superar obstáculos a lomos de un caballo. Y las barreras han centrado gran parte de la vida de Tiago Violas Ferreira.
En las últimas semanas el inversor portugués ha levantado un obstáculo judicial a la oferta pública de adquisición de acciones (opa) amistosa que CaixaBank ha presentado para hacerse con el histórico banco portugués BPI. Ahora mismo, CaixaBank dispone de algo más de un 45% del capital social de la entidad, pero debido a un límite de votación su cuota sólo cuenta un 20% en la toma de decisiones del consejo de administración. Para el grupo catalán eliminar esa cláusula, denominada en inglés voting cap, es una condición sine qua non para que el trato salga adelante.
Aunque no ha boicoteado la operación, por lo menos la ha retrasado gracias a una querella interpuesta en los tribunales. Toda una muestra de voluntad y aplomo, características que han acompañado al empresario a lo largo de su vida, como cuando tuvo que superar la muerte de su hermano 2 años mayor a la edad de 18 años.
El jinete Tiago Violas proviene de una familia adinerada: es nieto del magnate portugués Manuel Violas (1917-1991), que legó una fortuna valorada en 652 millones de euros a la madre de Tiago, Otília Violas, y a los hermanos de esta, Manuel Oliveira y Rita Celeste.
Tiago Violas es nieto del magnate portugués Manuel Violas (1917-1991)
De acuerdo con una pieza de la revista portuguesa Exame fue precisamente una confrontación de Tiago con su primo Pedro Violas, hijo de Rita Celeste Violas, la que desencadenó un cisma en la próspera sociedad de la dinastía. La publicación hablaba en su número de abril de 2006 de “incompatibilidades” entre estos dos descendientes de Manuel Violas, los únicos de la tercera generación que tenían responsabilidades en la empresa familiar.
“Antes de que hubiese dimes y diretes, cada cual siguió su rumbo. Somos una familia unida, los jóvenes hoy… Cada cual tiene su manera de verlo”, aseguró la madre de Tiago, Otília Violas Ferreira, sobre el pleito entre las facciones del clan.
La fortuna que había acumulado el patriarca Manuel Violas se dividió entonces de manera salomónica en tres paquetes de activos. Los tíos de Tiago Violas, Rita Celeste y Manuel Oliveira, constituyeron Violas SGPS, mientras que la madre del inversor, Otília, fundó junto a su marido Holding Violas Ferreira, en el que cayó la participación familiar del 2,7% en el banco BPI.
Pese a que su grupo también tiene importantes intereses inmobiliarios, centrados en la rehabilitación y alquiler de edificios, el más mediático de todos sus patrimonios es ese 2,7% que Holding Violas Ferreira todavía posee en la entidad portuguesa.
David contra Goliat
Tiago Violas Ferreira se ha posicionado frente a CaixaBank porque considera indispensable la cláusula voting cap para que BPI mantenga su condición de banco “portugués e independiente”, tal y como aseguró en una entrevista con el diario económico luso Jornal de Negocios.
Para que BPI continúe con su identidad portuguesa, según Violas Ferreira, “la limitación de los derechos de voto es fundamental”. “Haremos lo que esté a nuestro alcance para su mantenimiento”, concluyó.
“No queremos ser accionistas de una filial, ninguno quiere. Quedaríamos a merced de las voluntades de consolidación del 100% en España. Además, el proyecto de BPI dejaría de existir, y en ese caso nos gustaría volver a ayudar a levantar un proyecto de banca portuguesa”, subrayó este verano en la publicación.
Por el momento Violas Ferreira ha conseguido retrasar por segunda vez y hasta el 21 de septiembre la junta de accionistas de BPI, que debería decidir sobre la limitación de voto, para esperar un fallo judicial. Los tribunales lusos han de dirimir si la eliminación de esta peculiar “cláusula de oro”, una decisión secundada y alentada por el Gobierno de Lisboa, es conforme a Derecho.
“David contra Goliat” fue el comentario que publicó Tiago Violas Ferreira en Facebook junto a la noticia de un medio español que narraba la oposición de este “pequeño” inversor a la opa sobre BPI. El heredero portugués ve esta lucha contra CaixaBank, el tercer grupo financiero de España, como la desigual pugna que protagonizaron el humilde pastor y el gigante filisteo.
Foto: Facebook