Las recetas del organismo que preside Christine Lagarde, que ha dicho esta semana que España debería subir el IVA, bajar los sueldos y profundizar en el recorte del gasto social con medidas como el copago sanitario, no harían sino disminuir la capacidad adquisitiva de las rentas más bajas, según el presidente de AFI. El consumo, en su opinión, tiene que potenciarse para que sea lo que haga crecer la economía cuando desaparezcan los factores externos que están impulsando su crecimiento actual.
España crece y casi todo el mundo coincide ya en que en 2015 lo va a hacer por encima del 3%, pero en gran medida se debe a «factores externos que tienen fecha de caducidad» (la política expansiva adoptada por el Banco Central Europeo, el precio del petróleo, la debilidad del euro frente al dólar…). La potencia de esos factores, junto con la mejora del consumo de los hogares y el incremento del gasto de las Administraciones Públicas derivado del intenso año electoral, justifican de sobra que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya revisado al alza sus previsiones de crecimiento de la economía española (situándola en el 3,1% para este año). Ahora bien, precisamente por la caducidad de los factores que alientan ese crecimiento, la receta que el FMI extendía esta semana a España no es la adecuada. Así opina Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), presente ayer en los Desayunos por Talento organizados por FSC Inserta, de la Fundación Once.
«No estoy de acuerdo con que se reduzcan los salarios, se aumente el IVA de los productos básicos o se extienda el copago sanitario», como ha recomendado el organismo que dirige Christine Lagarde, comentó Ontiveros. «Para tomar el relevo a los factores externos» que están haciendo que crezca la economía actualmente y hacer que siga en forma una vez falten, «hay que potenciar el consumo de las familias, sobre todo las de menor renta, que son las que más han sufrido la crisis. Reducir la renta disponible de familias que tienen un elevado nivel de endeudamiento», que es lo que ocurriría de aplicarse la receta del FMI, «es una mala idea».
El consumo de los hogares supuso en 2014 el 58% del PIB. Incluso en lo peor de la crisis no bajó del 55%.
El consumo de los hogares es un andamio que sostiene el PIB. Ni la crisis ni una tasa de desempleo que lleva 18 trimestres por encima del 20% han logrado que su peso en la economía baje del 55%. En cuanto el empleo ha empezado a repuntar, los nuevos ingresos obtenidos por las familias se han convertido en consumo y en 2014, el gasto de los hogares supuso ya el 58% del PIB.
Reducir salarios, dados los niveles que tienen ya en España, tampoco cree Ontiveros que funcionase. «Cuando se tienen salarios mínimos relativamente reducidos, bajarlos no es muy relevante para crear empleo», comentó. «El empresario lo que necesita es encontrar demanda».
Por todos estos motivos cree Ontiveros que hay que impulsar la demanda interna antes de que pare el viento de cola o incluso se dé la vuelta.
QE del Banco Central Europeo. El Quantitative Easing del BCE es un programa de compra de deuda pública y privada por 60.000 millones de euros al mes que se inició el pasado mes de marzo y se prevé prolongar hasta septiembre de 2016. Al hacerse con euros nuevos supone una gigantesca inyección de liquidez en la economía a la que se había negado hasta ahora el BCE y que sí habían seguido durante la crisis otros bancos centrales como la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. La intención del BCE es activar con el dinero fresco la economía de la zona euro y alejar el fantasma de la deflación.
Debilidad del euro frente al dólar. Como consecuencia del mayor volumen de euros en el mercado, estos valen menos frente al dólar. La debilidad del euro fortalece las exportaciones desde los países de la moneda única a otros fuera del área euro y tiene el efecto contrario en EEUU. De hecho, la fortaleza del dólar ya se ha notado en el PIB de la primera economía mundial, que se contrajo un 0,7% en el primer trimestre del año debido en parte a un déficit exterior mayor de lo esperado.
Petróleo barato. El precio del barril Brent está a la mitad del valor que tenía a principios de 2014 pero ya ha mostrado indicios de recuperación en el mes de abril y mayo. La reunión de ayer de la OPEP no tuvo sorpresa. Mantienen su estrategia de no reducir producción para que el oro negro siga lo suficientemente barato como para desincentivar todo lo posible las nuevas inversiones en extracción de petróleo a través de fracking de EEUU, causantes principales de la abrupta caída de los precios. Esta estrategia no será eterna.
Grexit, una posibilidad pagada a escote
¿La buena marcha de los indicadores macro en España, podría verse afectada por una salida de Grecia del euro? Lo que Ontiveros tiene claro es que «sería un drama mucho menos intenso que si hubiera ocurrido hace un año». Las razones que da el presidente de AFI son que «la economía europea está creciendo, lo que genera un colchón» a la hora de soportar una turbulencia de ese tipo; la unión bancaria y, por absurdo que parezca, el modo en que se han hecho los rescates. La consecuencia del rescate griego es que «la deuda griega ahora es de los gobiernos y no de los bancos, lo que ha minimizado el riesgo» en caso de impago. Los europeos pagaremos la cuenta a escote, en caso de salir Grecia del euro, y se cumplirá la escalofriante realidad de que los rescates sirvieron para poder dejar caer a los países rescatados.
Otra cosa sería el precedente que crearía y cómo influiría en los inversores, que pasarán a tener constancia de que Europa puede dejar caer a uno de los suyos. La solución, según Ontiveros: «Las deudas se tienen que pagar pero con flexibilidad. La propuesta de pagar según evoluciona la economía, una vez se ha adquirido el compromiso de que se va a pagar, me parece una buena alternativa», explicó.
Preguntado sobre la influencia que puede tener en la evolución de la economía española la irrupción de nuevas formaciones políticas como Podemos, Ontiveros comentó que no conoce sus propuestas «sobre el mercado de trabajo, sobre inversión extranjera o sobre el sector financiero. Sus propuestas han ido perdiendo concreción y hoy cuesta identificarlas».