El ‘roaming’ gratis por Europa, la posibilidad de que los ciudadanos de los países de la Unión Europea y otros residentes con unos lazos estables puedan viajar todo el año a distintos países y tener la misma tarifa de datos que su el país de origen es una excelente noticia para los consumidores. Sólo tiene un problema que nadie comenta: Va a limitar el despliegue en España y en otros países de tarifas con muchos más gigas por el mismo precio. Precisamente por esto, va a amenazar la supervivencia de la tarifa Sin Fin de 20 gigas de Yoigo si ésta sigue vigente cuando entre en vigor la nueva normativa, en verano del próximo año.
Fuentes de las operadoras, tras conocerse la decisión, señalaron lo siguiente: «Al eliminarse el número de días (antes era un máximo de 90, 30 de ellos consecutivos), la única limitación está en las limitaciones que tengas a nivel doméstico. Imagina el roto para Yoigo con su tarifa Sin Fin si un cliente puede consumir sus 20 gigas en otro país de la UE. Esto claramente es un desincentivo para que en los mercados domésticos se incrementen las franquicias de datos o al menos a que lo hagan a unos precios razonables«.
Concretamente, en el caso hipotético de que un cliente de Yoigo viajase una vez al mes a París y se gastase su tarifa completa en el país vecino, estaría haciendo gastar a Yoigo, que está a punto de ser comprada por MásMóvil, cerca de 170€/mes cuando sólo recibe menos de 30 de sus clientes. El abonado no lo notaría, pero MásMóvil, muchísimo.
¿Pero no hay defensas para las compañías que estén en esta situación? La propuesta de la Unión Europea blinda a los operadores de la figura del ‘itinerante permanente’ o ‘falso itinerante’, aquel usuario que recurre a una SIM de otro país para conseguir mejores precios que los domésticos en otro mercado sin que medie un viaje. Por ejemplo, los operadores podrán ‘castigar’ a quienes tienen un tráfico doméstico insignificante frente al tráfico en roaming, a quienes usan una SIM sólo para el roaming o a quienes utilizan de forma secuencial muchas tarjetas SIM mientras están de viaje.
Quienes cumplan esas condiciones pueden ser sometido a cargos adicionales, tras ser avisados. En la propuesta, se fijan 4 céntimos/min. por llaada, 1 céntimo por SMS y 8,5€ por cada giga. ¿Pero qué es un tráfico insignificante? Está por verse. Volviendo al caso de Yoigo, podemos afirmar que mientras su uso en España sea normal, el golpe que se llevará la empresa en las visitas al extranjero será morrocotudo.
Una salida para los ingleses residentes en España
Esta iniciativa ha abierto, además, un boquete para los ingleses que pasan largas temporadas en España. Como podrán demostrar lazos estables con el país, podrán comprar tarjetas SIM españolas y utilizarlas por Europa, algo que los ingleses de pura cepa, los proponentes del Brexit, no podrán conseguir, al menos sobre el papel.
Está por ver, en todo caso, cómo se demostrarán esos lazos. Para usuarios con tarifas de contrato será relativamente fácil, solicitando documentación. Para prepagos no está tan claro.
Además, si hacemos un poco de política-ficción, en caso de una independencia de Cataluña que no vaya acompañada por su reingreso inmediato en la Unión Europea, esta provisión permitiría que los usuarios que viajan mucho a Madrid u otras provincias, o los que pudiesen probar arraigo, pudiesen aprovecharse de las normativas sobre ‘roaming’ europeas. Sería, para ellos, mucho más rentable que estar en una situación de precios como la de Suiza o Andorra.