En menos de un año Telefónica ha hecho un viaje de ida y vuelta en sus planes de inversión de fibra. Y es que hace unas semanas el responsable de la compañía en España, Luis Miguel Gilpérez, aseguró que el operador azul llevará fibra al 97% de los hogares españoles en 2020. ¿No se trata de la misma cifra anunciada hace un año? ¿No estaban puestos en revisión sus planes de despliegue?
En el marco del 30 Encuentro de telecomunicaciones y economía digital celebrado en Santander hace unas semanas, el presidente de Telefónica España expuso de forma clara cuáles son los planes de la compañía con respecto a esta tecnología. Llevará la fibra a 25 millones de hogares en 2020. Gilpérez afirmó que «este compromiso no solo se mantiene, sino que se refuerza, a pesar de la reciente revisión del marco regulatorio que obliga a Telefónica a compartir su infraestructura en las zonas menos competitivas».
Y este es el punto de ida y vuelta de Telefónica, que en menos de un año se ha situado en el lugar de partida que marcó en el mismo escenario, Santander, en septiembre de 2015. Por medio, una amenaza sobre el recorte de su inversión debido a la propuesta de regulación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que nada más lejos de la realidad, no se ha consumado, sino que todo parece seguir igual.
Cronología de una polémica ‘fibrera’
Septiembre de 2015. Todo arranca con un anuncio. Luis Miguel Gilpérez aseguró en Santander que la compañía daba un paso clave en el “compromiso con la digitalización del país”, que se traducía en una cobertura del 97% de los hogares con fibra óptica y prácticamente del 100% de la población con 4G en 2020. A su vez, lanzó un mensaje ante lo que preveía, puesto que advirtió que todo se llevaría a cabo “siempre que el modelo regulatorio mantenga el apoyo a la competencia en infraestructuras y continúe primando la inversión y la innovación”.
Noviembre de 2015. Primera amenaza. Como todos esperaban, la CNMC proponía abrir la red de fibra a sus rivales en una serie de zonas en las que estimaba que no se daba la competencia necesaria para que el usuario tuviera los mejores precios. Así, Telefónica advirtió de inmediato que ponía en revisión sus despliegues de fibra. Y no solo eso. El operador aseguró que la resolución de la CNMC tendría “como consecuencia el posible freno de la inversión en nuestro país y que se pueda poner punto y final al modelo de éxito que ha supuesto el despliegue de fibra óptica al hogar en España, que ha superado, en cuanto a número de hogares pasados, a cualquier país europeo».
Febrero de 2016. Más presión contra el regulador. Cuando ya se iba conociendo (y oficializando) la propuesta de regulación de fibra de la CNMC, Telefónica volvía a dejar clara su intención: reduciría en un 20% el ritmo inversor que tenía previsto.
Septiembre de 2016. Se mantiene el plan inicial. Gilpérez, en la tribuna de #Telco30, volvía a hacer un importante anuncio: 25 millones de hogares serían cubiertos con fibra en los próximos cuatro años, la práctica totalidad de los que existen en España. Lo que supone el 95-97%. Exactamente el mismo número que dijo hace un año. ¿Por qué las amenazas del camino?
Qué cosas han cambiado
Por el momento, tan solo una declaración en Santander de Luis Miguel Gilpérez hace pensar que Telefónica sí ha parado sus planes de fibra. El responsable del operador en España aseguró que de no haber sido por el marco regulatorio, en 2017 muchas pequeñas localidades ya tendrían acceso a la fibra.
Este punto también parece que se pone un tanto en cuarentena. Haciendo un breve repaso por la prensa regional, resulta que el ritmo de despliegue de fibra de Telefónica es bastante intenso. En algunas regiones de Extremadura van a llegar a los 10.000 hogares. En Guadalajara sumarán otros 36.000, y por ejemplo en La Rioja han gastado medio millón de euros para llevar fibra a hogares y empresas. Como también lo han hecho en pequeñas localidades de León. En cualquier punto de la geografía española hay zanjas del operador azul. Es más, ya están cerradas, porque muchos ciudadanos de esas localidades ya gozan de alta velocidad en la banda ancha.
Una posible estrategia comercial
Resulta complejo entender por qué Telefónica ha ejercido tanta presión con el regulador si finalmente sus planes no han variado nada. Aunque todo puede explicarse en el ámbito competencial con sus principales rivales, Vodafone y Orange.
Es decir, como ahora tendrá que abrir su red de fibra, parece lógico que no vaya diciendo los lugares donde lo hará. Incluso, obligará a que sus rivales reaccionen y tengan que invertir ellos. Pero a su vez es parte de un juego. Telefónica sabe que llegando el primero a muchas localidades conseguirá una cuota de mercado que luego no perderá. Los accesos indirectos que puedan ofrecen Orange o Vodafone siempre serán más caros, y por lo tanto los clientes se los quedará Telefónica. Guerra de guerrillas en la inversión de fibra.
Imagen | ‘jmramirez.pro‘