En su 40 aniversario, la Fundación Ramón Areces, principal accionista de El Corte Inglés, traicionó su espíritu fundacional de «desarrollar la educación, la cultura y la investigación» al invitar a la charlatana anticiencia Vandana Shiva a dar la conferencia inaugural en el Encuentro Internacional de políticas de desarrollo celebrado estos días en Madrid.
De nada sirvió la oposición de numerosas organizaciones en defensa de la ciencia y la divulgación. En un comunicado conjunto, éstas lamentaron que Shiva «es una persona poco apropiada para el honor que ustedes le están confiriendo» pese a que haya sido imbuida de un «halo de luchadora con los débiles contra los poderosos».
«Esta imagen está muy alejada de la realidad. Con sus mensajes atractivamente demagógicos y populistas se ha convertido en una estrella mediática, lo que usa para su propio beneficio. Mientras tanto, y para cultivar esos mensajes, hace todo lo que está en su mano para bloquear el acceso a herramientas tecnológicas que contribuirían a ayudar a los más desfavorecidos», subrayan estas organizaciones.
Entre las firmantes de la carta al director general de la Fundación, Raimundo Pérez-Hernández y Torra, se encontraban Naukas, la Asociación Española de Comunicación Científica, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad, Círculo Escéptico, la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, la Asociación de Divulgación Científica de la Región de Murcia, la Asociación Galega de Comunicación de Cultura Científica e Tecnolóxica y AGC CCT Divulgacción.
Todo esto no impidió que el máximo accionista de El Corte Inglés haya hecho oídos sordos al ruego de las organizaciones que pidieron «minimizar el mensaje destructivo de Vandana Shiva, que no hace más que minar los esfuerzos de tantas personas y organizaciones que desde la ciencia y la honradez intelectual sí que luchan por los más necesitados».
«Somos muy conscientes de que estos mensajes tienen engañados a una cantidad importante de personas, incluso dentro de ONGs de desarrollo honestas; este debe ser sin duda el caso de, entre otros, Mujeres por África, que seguro que con la mejor de las intenciones confía ciegamente en la señora Shiva», lamentan.
Las organizaciones científicas lamentan que, pese a llamarse «física cuántica», Shiva es doctora en Filosofía de la Ciencia.
Shiva asegura alegremente que los organismos genéticamente modificados son causa de suicidio de los campesinos en la India, aunque sabe perfectamente que la oleada de suicidios de agricultores se debe a causas socioeconómicas y se inició varios años antes de la introducción de los transgénicos.
Ha llegado a afirmar que el arroz dorado, que recientemente fue defendido ante los ataque de Greenpeace por más de un centenar de Premios Nobel, es un mito y no duda en transmitir bulos como que las cosechas industriales están «nutricionalmente vacías y cargadas con productos químicos y toxinas».