Movistar refuerza su dominio del baloncesto en España

Los mates más salvajes, las canastas más espectaculares y los mejores partidos del baloncesto mundial solo se podrán ver en España en un lugar: Movistar +. Tras más de una década donde se ha podido ver el basket en abierto, este año todo estará en manos del operador azul. Comenzando hoy mismo la Liga Endesa con el vigente campeón, el Real Madrid contra Unicaja Málaga.

El año pasado Movistar decidió que el baloncesto también sería un buen reclamo para potenciar su plataforma de televisión. Pero entró como un elefante en una cacharrería. En primer lugar, tuvo que ver la disputa legal entre la ACB y Orange por los derechos de emisión que los naranjas tenían adquiridos. Al final, fueron arrebatados y pasaron a manos de Movistar. Pero no eran los únicos. RTVE también los tenía. Como mal menor, desde el operador azul dejaron que el ente público pudiera dar algunos partidos en abierto. Pero solo un año.

Esto conduce a la actual situación: Movistar tiene los derechos de la Liga Endesa (ACB), así como los de la Eurolegue (principal competición europea) y la NBA. Es decir, que si alguien quiere ver (de forma legal) baloncesto en España tiene que ser abonado de Movistar+. No hay otra alternativa. Al menos gratuita. Es decir, tanto la Euroleague como la NBA permiten unos sistemas de video bajo demanda desarrollados por ellos mismos, pero con un coste por partido. Sin embrago, la ACB no tiene de momento nada parecido.

Este monopolio del baloncesto en España plantea una duda razonable: ¿Es bueno o malo? Por desgracia, como todo en la vida, cada uno puede extraer las conclusiones que más calienten su sartén.

La realidad deportiva frente a la económica

El baloncesto será emitido en televisión para menos de 4 millones de personas (Movistar tiene 3,7 millones de clientes Tv). Eso, en el conjunto de un país de 44 millones de habitantes donde el basket representa uno de los deportes con mayor número de licencias federativas. Por lo tanto, parece obvio que se trata de algo que interesa, sobre todo cuando se ven datos de audiencia de la selección española, que siempre pasan del millón de espectadores.

Ahora bien, la contrapartida también es evidente. En primer lugar, la situación no podía seguir como hasta ahora en RTVE. Con un menosprecio a la realización y la producción que eran más que evidentes. Sin interesarse por el producto, ni hacer el mínimo esfuerzo por que fuera interesante. Por eso, que haya caído en otras manos ya representa un aire nuevo.

Además, a favor de Movistar y su monopolio baloncestístico, se puede decir que el basket, pese a esa euforia pasajera de la selección y que sea un deporte muy practicado, no deja de haber pasado al ostracismo social. Los medios no le dan cobertura, la prensa no está interesa y los aficionados, al final, resultan no ser tantos… por todo ello, que pase a unas manos privadas solo provoca un trauma para unos cuantos.

Aunque el más importante de los factores es el económico. RTVE, en los últimos años, estaba pagando auténticas miserias por la ACB. Ahora, al menos, Movistar ha comprado los derechos por una cantidad que se eleva por encima de los 20 millones de euros durante las tres próximas temporadas. Eso implica de facto que los clubes tengan mayores estructuras salariales para poder fichar buenos jugadores y, así, intentar ofrecer un mayor espectáculo.

No todo es positivo

En esa lista de cosas buenas o malas que tiene el cambio de manos en los derechos de emisión, hay que mirar precisamente eso: quién lo ve. En este apartado, Movistar tiene un serio problema que en el futuro puede darle más de un dolor de cabeza. Y es que no ha sabido crear un interés en sus clientes de televisión.

Los datos oficiales que maneja la ACB de la temporada pasada son bastante críticos para el operador azul. Tomando, por ejemplo, las cuatro últimas jornadas, donde se disputan las plazas definitivas de playoff, no hay margen para el optimismo, sobre todo en la comparación con los partidos que se dieron en abierto bien en TDP o La1.

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Sin duda, queda mucho por trabajar. Además, Movistar está utilizando un sistema de carrusel en el que ofrece simultáneamente varios partidos a la vez que no tiene prácticamente ningún tirón. Al final, cada aficionado quiere ver a su equipo.

Qué se debe esperar de Movistar y el baloncesto

Por el momento, y sin que haya previsión de que RTVE vuelva a estar interesada, o que incluso los rivales de Movistar, Vodafone y Orange, parezcan tener interés en emitir el basket, todo queda en manos del operador azul. Esto, cómo se traduce:

Cosas positivas

En primer lugar, y como ya se ha mencionado, la calidad en la retransmisión. Un ejemplo cercano, sin necesidad de volver la vista atrás 16 años, son la Euroleague y la NBA, de las que actualmente ya dispone Movistar+. Mayor difusión y promoción, y mejor cobertura de los encuentros. Aquí una muestra del pasado.

Dinero para los equipos. Algo que se notaría de inmediato sería más alegría en las arcas de los clubes. Además, con un reparto inteligente podría suceder como en 2003, que entre los 18 conjuntos se repartieron 14,5 millones (de los 19 recibidos por la TV) según unos criterios preestablecidos en función de la clasificación. El campeón, el Barça, recibió 1,52 millones; el Madrid, que se quedó fuera del playoff, 649.000 euros y el Granada por ejemplo, 481.000.

Derivado de esto, y sin que se pueda medir una efectiva relación de causa efecto, durante los cuatro años de Canal+, más los cuatro siguientes, un total de 4 equipos distintos (Real Madrid, FCBarcelona, Tau Vitoria y Unicaja Málaga) ganaron la ACB. Eso ahora es impensable.

Cosas negativas

Como ya se ha mencionado: No puede acceder todo el mundo. La realidad es esa. Al ser una plataforma de pago estamos hablando de 3,7 millones de personas las que podrían acceder a ello. En este sentido habría que reformular la relación con los espectadores, igual que ha sucedido con el fútbol, donde ahora apenas se ve nada en abierto y gratis.

Otra cuestión, y teniendo en cuenta el ejemplo de hace 16 años, podría degenerar en miedo inversor si después de comprar los derechos por dos o tres años no los renueva y las expectativas de ingreso vuelven a reducirse, como pasó en la época post-Canal+.

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