Internet se ha convertido en un bien social. Tanto, que no se concibe vivir sin una conexión a la red. Por eso, los tres grandes operadores, Movistar, Orange y Vodafone, se las apañan para llevar su red a toda España. ¿Pero qué sucede cuando no pueden?
Pese al esfuerzo inversor de las grandes compañías, todavía hay muchas zonas en España que no tienen acceso a banda ancha de cobre (ADSL). Y ni mucho menos fibra. Ante esta situación, las tres grandes telecos han decidido poner remedio. Lo hacen con una especie de mezcla híbrida entre una conexión fija y móvil. Es decir, mediante tecnológica móvil, 4G o 3G, que hace las funciones de un router fijo.
El problema es que son servicios light. En los casos de Orange y Vodafone su televisión no se puede utilizar. Además, tienen un límite de descarga de datos bastante bajo. Es decir, que un usuario no puede navegar libremente, sino que tiene un límite sobre los videos que puede ver o la música que escuchar. Por su parte, Movistar es menos rígido, dado que sí ofrece televisión (por satélite) y, en principio, no tiene límite de descarga, aunque en muchos foros de telefonía los usuarios reportan quejas sobre la existencia real de dicho límite.
Un servicio a medio gas
Como parche es una buena idea; como solución a un problema, no. En el caso de Orange, por ejemplo, por un precio de 35 euros al mes ofrecen su ‘4G en casa’. Lo que hacen es introducir una tarjeta SIM en un router, y venderlo como una especie de servicio de banda ancha fija.
Al leer las condiciones vienen las pegas. El usuario no podrá sobrepasar los 35 GB de datos. Y, pese a que el operador naranja hace una lista de cosas que se pueden hacer, la precisión no es muy exacta.
Dice que se pueden ver 50 horas de video en streaming. Pero bajo un cálculo algo optimista e irreal. Cifra a 10 MB el minuto. Eso sería con una calidad muy baja. En el momento que se vea un video de Youtube en HD, el consumo se dispara por encima de los 100 MB. Así pues, en una familia con cuatro miembros, más vale que no vean muchos videos. Además, en la web de Orange lanzan un mensaje un tanto confuso: dice que el 50% de sus clientes de ADSL no supera el consumo de 10 GB al mes. Lo que sucede es que ese mismo mensaje lleva puesto ahí un año. ¿En serio que no han cambiado los hábitos de consumo en el últimos años como para que sigan con el mismo dato de descarga?
Y lo mismo sucede con Vodafone. En su caso el límite de descarga es mayor, 50 GB. Aunque en el caso del operador rojo pone limitaciones a la velocidad, como es el caso de las redes P2P. Aquí, para curarse en salud, lo que hacen es no permitir que alguien esté todo el día “descargando” y “compartiendo” contenidos en la red.
A esto hay otro problema añadido. Ambas compañías reducen la velocidad de descarga cuando se ha sobrepasado ese límite. Y después de eso, de facto, ya no habrá internet. Abrir un simple correo será un suplicio.
Como no podía ser de otra manera, Movistar no se queda al margen. Para ello presenta sus ofertas ‘Movistar Radio’, aunque tiene un condicionante a tener en cuenta: solo se puede contratar si el usuario en cuestión no tiene cobertura de cobre. Es decir, que si alguien tiene un acceso a una velocidad de menos de 10 Mb, tendrá que conformarse con eso y no podrá contratar este ‘Movistar Radio’, que al menos presenta velocidades de 20 Mb. Se trata, obviamente, de motivos comerciales.
Ante esta situación, parece que se trata de ofertas para guardar las apariencias en las zonas donde no tienen despliegue de cobre o fibra. Primero porque son servicios incompletos; y segundo, va dirigido a un público muy concreto y con un consumo muy limitado. Parece que solo es aconsejable en caso de que no haya ningún otro tipo de alternativa.