La izquierda ha consumado el vuelco en el poder municipal y el mapa de España, tras la constitución de los Ayuntamientos, se ha teñido de rojo. El giro podría haber sido mayor si Ciudadanos no hubiera salido al rescate del PP. Los pactos entre el partido naranja y el de la gaviota funcionaron de tal forma que la fuerza que lidera Albert Rivera permitió con su abstención que los populares obtuviesen un total de diecinueve bastones de mando en capitales de provincia.
Como notas más destacadas de la jornada hay que subrayar, en primer lugar que el Partido Popular se queda tan sólo con las alcaldías de dos de las diez ciudades más pobladas del país: Málaga y Murcia. En manos de las fuerzas de izquierda y de los nacionalistas quedan las otras ocho. Con respecto a las elecciones municipales de hace cuatro años, cambian de manos, en total, veintinuna capitales de provincia, casi el cuarenta por ciento. Por último, se debe destacar que el bipartidismo se mantiene vivo en la constitución de los ayuntamientos: el PP reduce a la mitad sus bastones de mando en las grandes ciudades, mientras el PSOE dobla su poder (de ocho pasa a diecisiete).
La comisión de seguimiento de los pactos -que se reunió ayer en la sede de la calle Génova bajo la presidencia de Javier Arenas y Carlos Floriano- respiró aliviada tras conocerse la constitución de los ayuntamientos. Pese a perder buena parte de su poder municipal –de las treinta y cuatro alcaldías de capitales de provincia que tenían hasta ayer se han quedado con veinte-, el PP se mantiene como la fuerza con mayor número de bastones de mando, superando al PSOE, que se queda con dieciséis.
Llamada de atención al PP ante las generales
Y es que, pese a todo, Ciudadanos salvó al PP de la hecatombe. Sin el respaldo del partido de Albert Rivera, las fuerzas de izquierda hubieran arrasado, al tiempo que se hubiera consumado el aislamiento de los populares. Gracias al apoyo, la abstención o los votos en blanco del partido naranja, el PP logró hacerse, como estaba previsto el viernes, con trece capitales de provincia: Málaga (la única con más de 500.000 habitantes), Santander, Teruel, Albacete, Cuenca, Guadalajara, Ávila, León, Palencia, Salamanca, Badajoz, Cáceres y Logroño.
Además, el partido de Rajoy consiguió que ayer mismo se cerrasen acuerdos con Ciudadanos en otras cinco grandes ciudades: Murcia, Jaén, Granada, Burgos y Orense. Y en Almería saltó la sorpresa: Ciudadanos, que anunció el viernes su apoyo al PSOE, decidió finalmente abstenerse, para dar el bastón de mando al PP. La dirección del partido naranja hizo cambiar de postura a sus compañeros almeriense, un hecho que demuestra el control que Albert Rivera ha tenido sobre el proceso de pactos.
De todas formas, el partido de Rajoy no puede darse por satisfecho. Los populares han perdido la mitad del poder municipal logrado hace cuatro años y sólo han obtenido el bastón de mando en dos de las diez ciudades más pobladas de Madrid (Málaga y Murcia). El vuelco hacia la izquierda que se ha registrado en las últimas horas supone para el PP un serio aviso de lo que puede ocurrir dentro de unos meses, cuando se celebren las elecciones a las Cortes Generales.
Funcionaron los pactos de la izquierda
Por lo que respecta a la izquierda, se cumplieron las previsiones y en todas aquellas ciudades en que era posible un pacto entre el PSOE y los movimientos ciudadanos próximos a Podemos para desbancar al PP, hubo acuerdo. Incluido Oviedo, que hasta el viernes iba a quedar en manos del PP. A media tarde de ayer, antes de que empezase el pleno constitutivo, los socialistas lograron el respaldo de Podemos e IU y se queda con la alcaldía.
Gracias a los apoyos del partido Morado, el PSOE obtiene diecisiete capitales de provincia: Sevilla y Las Palmas -dentro de las diez ciudades más pobladas de España-, más Córdoba, Huelva, Lugo, Huesca, Toledo, Ciudad Real, Valladolid, Segovia, Soria, Lérida, Tarragona, Alicante, Castellón, Oviedo y Palma de Mallorca, en esta última alternándose con el candidato de MÉS.
En contraprestación, los socialistas ceden a las candidaturas de lo que se conoce como izquierda alternativa el bastón de mando de seis grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Zaragoza, Coruña, Cádiz y Santiago de Compostela) y una a los nacionalistas de izquierda que constituyen Compromís (Valencia). En todas estas ciudades, los alcaldes cercanos a Podemos asumieron el cargo al grito de «¡Sí se puede!».
El PNV se hace con las tres capitales vascas
A los nacionalistas vascos les fueron bien las elecciones municipales y hoy se hacen con el poder en las tres capitales de su comunidad autónoma, algo nunca había ocurrido. Así, el PNV mantiene Bilbao y arrebata San Sebastián a Bildu y Vitoria al PP. Bildu, por su parte, logra por primera vez la alcaldía de Pamplona.
La constitución del Ayuntamiento de Vitoria registró la negoción más tensa de la jornada. El candidato del PNV a la alcaldía de Vitoria, Gorka Urtaran, es el regidor de la capital alavesa, en sustitución de Javier Maroto, con los votos de EH Bildu (6), Sumando-Hemen Gaude (2), el de Irabazi (1) y los de su formación (5), que le dan los 14 apoyos necesarios para lograr la mayoría absoluta. Sumando-Hemen Gaude –(candidatura apoyada por Podemos) e Irabazi (IU y Equo) han decidido prestar sus votos al PNV tras la decisión de los socialistas vascos de no apoyar al candidato jeltzale por considerar que se había roto el pacto en Andoin para desalojar a EH Bildu de la Alcaldía.
Los nacionalistas de CiU no han corrido en Cataluña la misma suerte que el PNV en el País Vascos. De las cuatro capitales sólo obtienen Girona. Barcelona es para la coalición que lidera Ada Colau –que obtendrá gracias al respaldo de ERC y CUP-, mientras Tarragona y Lleida se quedan en poder de los socialistas. Las dos alcaldías que faltan en el listado de 50 –Santa Cruz de Tenerife y Pontevedra- se las reparten, respectivamente, Coalición Canaria y el Bloque Nacionalista Galego.