Durante estas semanas, en las que se produce el reencuentro de los triunfitos que poblaron la primera edición de ‘Operación Triunfo’, TVE está añorando tiempos pasados. Y mejores. También lo hace en cada jornada de Champions League, o cuando en estos momentos ha perdido la referencia como medio informativo de actualidad.
La Corporación Radio Televisión Española ha dado un giro final hacia la intrascendencia. Si durante el último año de actualidad política, han sido los canales privados quienes han tomado el pulso de la información, el ‘Informe Económico Sectorial de las Telecomunicaciones y el Audiovisual’ publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto en negro sobre blanco esta dura realidad.
Tan solo La1, y a dura penas, mantiene una relevante cuota de pantalla entre los demás canales de Mediaset y Atresmedia.
Todo lo demás se convierte en un erial que apenas trasciende a la opinión pública. La2 (2,7%) y Teledeporte (0,9%), así como el canal 24H (0,9%), se han transformado en el zapping irrelevante entre los demás canales que se reparten todo el pastel. Por ejemplo FDF (3,5%) de Mediaset o Neox (2,6%) de Atresmedia se ponen casi a la misma altura, o por encima, que estos canales de TVE que deberían cumplir una importante labor pública.
Un ejemplo es a nivel deportivo. El baloncesto se ha ido por completo a la televisión privada de pago, en este caso Movistar+. Y la Champions League también ha optado por migrar hacia las plataformas privadas y de pago donde dan mejor cobertura. Otro ejemplo ha sucedido con la actualidad política, que le ha hecho ganar audiencia a laSexta gracias a las coberturas que realiza en directo.
De este modo, parece poco probable que TVE pueda recuperar el liderato que ostentaba hace apenas cinco años. La pérdida de ingresos por publicidad ha podido ser una de las causas, aunque la falta de contenidos atractivos y comprometidos con la sociedad puedan tener más peso.
Baja el consumo en general
Además, TVE tiene un doble enemigo. Por un lado los dos colosos que ahora manejan la tarta publicitaria, Mediaset y Atresmedia; y por otra parte la televisión bajo demanda en dispositivos móviles e internet, que roban parte del público que ve la Tv de forma tradicional.
Así, según el informe de la CNMC, en 2015 el consumo promedio diario de televisión cayó por tercer año consecutivo en cinco minutos hasta situarse en 234 minutos diarios de media por espectador.
Esta cifra supone tres horas y 54 minutos de visionado de televisión por persona y día, después de tres años de continuados descensos, desde el máximo de cuatro horas y seis minutos que se alcanzó en 2012.
Al consumo de 234 minutos diarios se deberían añadir otros tres minutos diarios de consumo de programas en diferido; un dato que Kantar Media comenzó a medir por primera vez en 2015 y que hace referencia a lo que el público ha visto durante los 7 días posteriores a la emisión original, ya se grabado por el usuario o a la carta.
El consumo en diferido es cada vez más importante a través de los nuevos dispositivos y puede aumentar significativamente en los próximos años debido a los cambios de hábitos en el público, especialmente el de los segmentos de edad más joven, estima el regulador.