Para un aficionado (cada vez menos, la verdad) del basket, ver las finales de la NBA siempre es motivo de emoción. Desde que Jordan pusiera de moda sus bambas/tenis/zapas/playeras, hemos ido viendo cómo algunos modelos se han convertido en clásicos. Y hoy día podemos estar asistiendo a una de esas grandes finales en las que se decide si una zapatilla pasa a la historia o no. Porque, no nos engañemos, al final todo esto es marketing puro y duro.
Tras perder Adidas el contrato con la NBA (que se lleva al cesto Nike a partir de 2017), parece que sólo vamos a quedarnos con una única marca. Nike calza ahora mismo a LeBron James y a Kyrie Irving en los Cavs con sus correspondientes signatures (líneas de zapatillas atadas a la imagen de un deportista en concreto), pero además calza a muchos otros de ese mismo equipo, bien con las HyperRev 2015 de JR Smith o las Zoom Soldier 8 que llevan Mozgov, James Jones o Tristan Thompson, aparte de las Jordan 13 con las que hemos visto a Brendan Haywood o las Kobe 9 con las que hemos llegado a ver Dellavedova (el héroe defensivo). Incluso se ha llegado a ver a LeBron con unas Tiempo 94 (modelo futbolístico allá donde les haya, los contratos mandan).
Atrás quedan los años donde sólo Nike y Adidas podían entrar en esta lucha y, de repente, llegan los Warriors con un chaval pequeñín que se dedica a enchufarlas de tres como si no hubiera un mañana. Y con él llega un tercer contendiente que dará que hablar, que no es ni más ni menos que Under Armour que este año dio a Curry la oportunidad de tener su primer signature shoe y, de paso, estar en una final en la que ya intentaron estar tras la millonaria oferta a Kevin Durant el verano pasado. Al final, esta jugada arriesgada no salió, pero Under Armour está presente en unas finales en las que en materia de baloncesto Adidas cada vez pinta menos.
Sí, las signatures de John Wall están muy guapas, yo tengo unas Mutombo en mi armario (y alguna más que me gustaría tener) pero desde los tiempos en los que Kobe Bryant llevaba las Crazy ni Dwight Howard, Derrick Rose o Damian Lillard (zapatillones todos ellos, por otra parte, tanto para vestir como para jugar con ellos) parecen estar haciendo pupa a una Nike que se lleva la joya de la corona en materia de basket. Y a la que encima se suma otra marca como es Under Armour y con otros contendientes que están haciendo las cosas muy bien como BrandBlack con sus signatures de Jamal Crawford.
Adidas ha dejado de lado el basket y lo está pagando, a pesar de tener modelos más que decentes y usables para el día a día. Y, a pesar de que los Warriors puedan ganar y tengamos las Curry Two en breve a la venta, al final quien gana es Nike. Y el año que viene también lo hará.