El eterno conflicto existencial entre ebook (libro electrónico) y libro en papel se ha modulado. Ya no se trata de un problema sobre si lo digital se impondrá a lo analógico. Aquí nadie va a matar a nadie. Principalmente por tres motivos: la industria editorial no quiere a los ebooks, el diferente IVA sigue siendo una losa y el marketing se va al papel.
Empezando por el marketing, los ejemplos se agolpan. Según un artículo publicado en ‘USA Today’ el mes pasado, muchos escritores, sobre todo los que más fanfarria arrastran, están llevando a cabo una novedosa estrategia publicitaria. Se trata de desarrollar un pequeño relato, a modo de precuela, sobre el futuro libro que publican.
Al parecer, estos relatos cortos en formato digital, y con un precio minúsculo, estarían causando mucha expectación. Todo, claro está, con la complicidad de autores y editoriales. Se trata de vender, da lo mismo dónde sea y cómo sea. En España, por ejemplo, todo es más recio. Hosco. Casi del siglo XIX. En plena turné de presentación por su última novela (Falcó), el escritor Arturo Pérez-Reverte concedió una entrevista a La Sexta. Al margen de sus cosas cipotudas, no hubo referencias a poder hacerse con el libro en formato digital. Cuando tocó hacer promoción, solo se veía un objeto en papel. Solo existía el papel.
Así pues, junto a ese ejercicio ostentoso de pasotismo hacia otros formatos, está el problema del IVA. El costoso, caro y problemático papel tributa al 4%. Mientras, cuando alguien adquiere un ebook de Amazon, o cualquier otra plataforma de pago, tiene que dar de propina un 21% a las arcas del Estado sobre el precio del libro.
Por el momento, Bruselas, que dicta la última palabra, ha estado en un tira y afloja con cada estado miembro. Los polacos han sido los más beligerantes con respecto a la posibilidad de igualar el IVA. A la baja, claro. Pero la Comisión Europea de momento se mantiene en su postura. Aunque ya ha advertido de que su intención, futura, es que ambos soportes sean gravados con el mismo tipo impositivo.
Otros problemas de este conflicto
Que no haya una normalización en la relación entre ebook y libro en papel genera situaciones absurdas. ¿Qué hacer para regalar a alguien una novela en formato digital? Lo mejor es no hacerlo. Por ejemplo, en la web de Casa del Libro, uno de los puntos de venta más importantes, para hacer una compra requiere de la apertura de un perfil personal donde descargar la obra, así como una serie de acciones para obtener el formato correcto dependiendo del soporte.
Misma situación con Amazon, que tiene un formato propio que no facilita que pueda servir para cualquier lector. Por el momento, ni las editoriales ni los propios distribuidores piensan cómo solucionar este problema.
Y no es el único. Según el informe ‘Liber 2015’, tan solo hay un 12% de editoriales que ofrezcan su catálogo completo de forma digital. En este sentido, la responsable de Kindle para España, Koro Castellano, era muy explícita en unas declaraciones al portal Muypymes.com. “A nuestro entender, una de las formas para poder luchar con eficacia contra la piratería es ofrecer el máximo de títulos en su versión digital; si no están disponibles en formato ebook y alguien quiere leerlos, lo más probable es que intente conseguirlos de forma no legal. Y en este campo aún queda mucho por hacer: el fondo de catálogo que queda por digitalizar es enorme”.
Y el problema definitivo
Como suma de todo lo anterior, llega el problema del precio. En ese mismo informe, se aclara que más del 20% de las editoriales pone el mismo precio a ambos formatos. Locura extrema, porque no tienen la misma retención tributaria, ni el mismo valor como objeto o servicio. Pero hay más. Un 51% de las editoras aseguran que ponen el precio en consonancia con el mercado. Aunque no hay ninguna justificación de cuál puede ser ese precio.
Ejemplo hay para todos los gustos. Atendiendo a los libros más vendidos de las últimas semanas, en el caso de Falcó, sí destaca un precio bastante diferente entre formatos. 18,90€ el soporte físico y 9,49€ el digital. Que pueda ser elevado o no el ebook, atendiendo a todas las variables, ya lo decide el bolsillo de cada usuario.
El problema surge en otros casos. Casa del Libro solo ofrece la versión papel de Harry Potter y el legado maldito (18,05€). Ni rastro de ebook. ¿No lo hay? Sí, Amazon lo tiene, su precio es de 14,99€. ¿Cómo pueden costar casi lo mismo?
Aquí surge el enigma del conflicto existencial, que valdría para título de libro en papel. Cada vez más personas usan el libro electrónico como método de lectura. Al menos, se puede ver en el transporte público y la calle, donde gana enteros como soporte. Pero la comodidad y el precio deberían reforma la posición el ebook, aunque de momento no se espera.