Tras haber conseguido un récord histórico: ser el presidente en funciones que mayor tiempo ha pasado en ese cargo, Mariano Rajoy por fin tiene equipo ministerial. Entre las grandes novedades está el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. ¿Pero qué es exactamente la “agenda digital”?
La primera reacción ha sido de desconcierto. Pese a que algunas voces autorizadas, como el caso de la patronal de empresas tecnológicas y telecos, Ametic, llevase tiempo pidiendo la creación de un organismo similar, la confusión parece normal. En primer lugar han llegado las risotadas por el ministro que llevará la cartera: Álvaro Nadal. Rápido han surgido las dudas -algunas estúpidas- como que no tenga cuenta de Twitter; pero la realidad dista bastante sobre cuáles serán sus funciones al respecto de esa “agenda digital”.
Su antecesor en el cargo (o parte del mismo), el exministro de Industria José Manuel Soria, nunca tuvo mucha preocupación por la tecnología, las telecos o la electrónica de consumo. Tampoco tuvo la mayor implicación en el auge de la economía digital y las nuevas plataformas colaborativas. Fueron, en todo caso, la secretaría de Estado de Telecomunicaciones, u organismos como Red.es u Ontsi (dependientes de Industria) o Ametic, quienes han estado vigilando la salud tecnológica y digital del país.
Por el momento se sabe que habrá una secretaría de Estado propia con la denominación de ‘Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital’. En cuanto a la continuidad de Víctor Calvo-Sotelo (secretario de Estado un la última legislatura), está por ver. Sobre el posible peso que pierden los operadores de telefonía, también habrá que seguir de cerca.
En todo caso, ¿qué supone la “agenda digital” y por qué es importante?
Europa manda
No se trata de Twitter ni llevar tablets a los colegios. La agenda digital, que actualmente sustenta el escenario de transformación digital que llevan a cabo las empresas, viene dictado desde Europa con la intención de resolver estas cuestiones:
- la fragmentación de los mercados digitales;
- la falta de interoperabilidad;
- el incremento de la ciberdelincuencia y el riesgo de escasa confianza en la redes;
- la ausencia de inversión en las redes;
- la insuficiencia de los esfuerzos de investigación e innovación;
- las carencias en la alfabetización y la capacitación digitales;
- la pérdida de oportunidades para afrontar los retos sociales
Ante este imperativo europeo, en España ya estaba funcionando una oficina con el nombre de Agenda Digital que estaba sostenida por el Ministerio de Hacienda y el de Industria. Sus principales objetivos, marcados por la ruta europea, estaban en la misma sintonía.
Fomentar el despliegue de redes y servicios para garantizar la conectividad digital; desarrollar la economía digital para el crecimiento, la competitividad y la internacionalización de la empresa española; y mejorar la e-Administración y adoptar soluciones digitales para una prestación eficiente de los servicios públicos.
Algunas tareas que afrontar
Entre las tareas pendientes de este nuevo ministerio, que además deberá abordar de manera transversal con otros, como Educación y Cultura, hay algunos que ya están llamando a la puerta.
Por ejemplo se debe llevar a cabo el segundo dividendo digital. Esto supondrá un nuevo reparto del espectro radioeléctrico, donde las televisiones y los operadores de telefonía tendrán nuevas bandas de frecuencias por las que ofrecer sus servicios. Su importancia radica en el coste que implica todo: más de 1.200 millones de euros que irán a las arcas del Estado.
Pero hay otros temas que además cruzan por el propio ministerio de Álvaro Nadal. La economía colaborativa, con actores tan influyentes como la plataforma de alquiler Airbnb, que debe encontrar acomodo en la economía digital y, a su vez, entrar en el marco legal que piden los players del sector turístico.
Otros asuntos como la protección de datos, el control a las compañías tecnológicas que negocian con ellos, la neutralidad de la red para que todo el mundo pueda navegar en igualdad de condiciones… sin duda se antoja como un ministerio de suma importancia para el desarrollo económico y social de España.