La oposición de Unió a la hoja de ruta separatista deja al presidente catalán con el aval de sólo 57 de los 135 diputados autonómicos. Catorce de los 50 escaños que obtuvo CiU en 2012 pertenecen al partido de Duran i Lleida, que ayer escenificó la ruptura con Mas saliendo del Gobierno regional.
Artur Mas se ha quedado en minoría. El distanciamiento de Unió Democrática de Catalunya (UDC) de la hoja de ruta del presidente catalán para lograr la independencia le ha dejado con el apoyo de sólo 57 de los 135 diputados autonómicos. A los 36 de su partido, Convergència Democrática de Catalunya (CDC), y los 21 de su aliado en el proceso, Esquerra Republicana, podrían unirse los tres de la CUP si finalmente Mas y Oriol Junqueras atraen su respaldo, pero aún así se quedarían a ocho escaños de los 68 que marcan la mayoría absoluta.
Y es que de los 50 diputados que CiU obtuvo en las elecciones de 2012, 14 pertenecen a la UDC que dirige Josep Antoni Duran i Lleida y que el domingo abogó por suavizar la “hoja de ruta unitaria del proceso soberanista catalán”. Un documento que el presidente y el líder de ERC pactaron en marzo y que prevé dotar a los comicios de septiembre de carácter plebiscitario. Después de celebrase, se emprenderían una serie de acciones que concluirían con la independencia de Cataluña al cabo de 18 meses. A esos planes se unieron también las entidades civiles Asamblea Nacional Catalana (ANC), Omnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia.
Unió ratificó ayer su discrepancia con el proyecto saliendo del Gobierno regional, donde controlaba la vicepresidencia y las carteras de Interior y Agricultura. La formación ha vivido en los últimos meses un intenso debate interno acerca del posicionamiento respecto a la hoja de ruta, dejando la toma de una decisión para después de las elecciones municipales. La consulta interna que celebró el domingo para resolverlo se decantó por estrecho margen a favor de Duran, partidario de suavizar el proceso independentista. Mas respondió con un ultimátum -adhesión completa a su estrategia antes del sábado o ruptura- y los democristianos se han reafirmado en la decisión.
ICV-EUiA, también en contra
Por su parte, ICV-EUiA, que cuenta con 13 diputados en el Parlamento regional y que apoya el derecho a decidir, descartó sumarse a esos planes desde que se hicieron públicos, ampliando así el bloque contrario a Mas que también integran el PSC (20 escaños), el PP (19) y Ciutadans (9). El otro partido independentista de la Cámara, la CUP, mantiene abierta la puerta a apoyar al tándem CDC-ERC, mientras Podemos, que previsiblemente irrumpirá en las próximas elecciones en la Cámara, también se ha desmarcado.
Mas presenta el sábado la fórmula con que concurrirá a las elecciones, previsiblemente sin UDC
Mas presentará el sábado la fórmula con que concurrirá a los comicios, probablemente prescindiendo por primera vez en 37 años de sus socios de UDC, que sin embargo mantendrán la estabilidad en la Cámara hasta el final de la legislatura. El proceso soberanista ha partido a Unió prácticamente en dos y de hecho el sector crítico calificó ayer de “gravemente irresponsable” la salida del Gobierno y pidió un congreso para decidir la postura del partido ante las elecciones. Muchos de ellos podrían acabar integrados en las listas de Mas, que también pretende incluir a miembros de la sociedad civil, algo que dejaría en situación muy complicada a UDC incluso para poder presentarse con sus siglas el 27-S.
La decisión de abandonar el Ejecutivo va acompañada del compromiso de respaldar al presidente hasta el fin de su mandato y no afecta a los ayuntamientos recién constituidos ni a la cohesión del grupo nacionalista en el Congreso de los Diputados, donde seis de los 16 escaños de CiU pertenecen a Unió y donde el portavoz es el líder de este último partido, Duran i Lleida. Como ocurre entre las bases, también los cargos públicos están divididos y parte de ellos estaría a favor de la hoja de ruta de Mas, aunque habría que ver si hasta el punto de saltarse la disciplina de voto.
En cualquier caso, todo depende de la nueva correlación de fuerzas que salga de las urnas el 27 de septiembre. Las encuestas situaban a CiU en empate técnico con ERC y con C’s antes de la catarsis en la federación que ostenta el poder en Cataluña.