El mercado de los planes de pensiones crece con fuerza. Aunque se trata de un producto que ha arrastrado una mala reputación por su baja rentabilidad en comparación con los fondos de inversión, los bancos están cada vez más interesados en colocar planes de pensiones. Son un producto con un gran futuro, sobre todo porque el sistema público de pensiones es cada vez más inviable.
El patrimonio de planes de pensiones gestionado por las entidades financieras españolas ascendía en septiembre a 104.580 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,01% con respecto al mismo mes de 2015. De acuerdo con las estadísticas de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), el número de beneficiarios de estos productos ha crecido un 8,57% en el último año. Los planes de pensiones están cada vez más de moda, aunque hay otras cifras que certifican la falta de popularidad de estos fondos.
Tres de cada cuatro españoles creen que no van a poder mantener su nivel de vida actual cuando se jubilen. Problema. Sin embargo, tan sólo el 20% tiene contratado un plan de pensiones. Problemón.
Esas son las cifras que se manejan en ING Direct España, tal y como explica a SABEMOS la directora de Productos de Inversión de la entidad, Gloria Siso. Como banco centrado en ofrecer productos de ahorro, dice Siso, ING tiene un “vivo interés” en que los españoles contraten estos planes. En el fondo, es una cuestión cultural.
“En España se ahorra, somos un país de ahorradores. Pero no sabemos para qué ahorramos. Tenemos la conciencia de que tener un colchón es bueno, pero no sabemos qué colchón hay que tener ni su finalidad”, critica Gloria Siso. “Nos falta organizar, controlar y sistematizar el ahorro”, añade.
El director de negocio de CaixaBank, Juan Antonio Alcaraz, es más directo: en la venta de planes de pensiones hay una “visión de sociedad” que los bancos tienen que promover y que estimular, dado que es importante que los jubilados cuenten con un nivel de ingresos suficiente.
“La preocupación fundamental que hemos detectado de los ciudadanos es que cuando tienen que jubilarse, lo que más les preocupa es saber el nivel de ingresos que van a tener desde ese momento hasta el día en que fallezcan; con el patrimonio que hayan sido capaces de acumular, cuánto van a poder cobrar”, resume.
En este sentido, los planes de pensiones ayudan a garantizar un complemento de remuneración que permite mantener el nivel adquisitivo de las personas retiradas. Pero si tan necesario es, la cuestión es por qué tan pocos ahorradores se decantan por este producto. Y en este punto se dan cita varios mitos.
Primer mito: la rentabilidad
La baja rentabilidad de los planes de pensiones es uno de los motivos por los que los ahorradores no acuden a la llamada de estos productos.
Según los últimos datos de Inverco, la rentabilidad anual media ponderada de todos los planes de pensiones del sistema individual -los contratados por cada cliente de manera independiente- es del 2,23%. Sin duda, un nivel muy reducido, aunque el rendimiento a largo plazo sobrepase el 4%.
“Hay que pensar siempre en el largo plazo”, contesta Gloria Siso. “Los planes de pensiones son productos a largo plazo. A largo plazo, la rentabilidad nos demuestra que es positiva”, añade. De hecho, pese a que las estadísticas a corto son tan negativas sí que hay indicadores de la prosperidad del segmento si se amplía el horizonte; por ejemplo, el plan de pensiones que comercializa ING en España que centra sus inversiones en el índice Standard & Poor’s cuenta con un 18% de rentabilidad en los últimos 5 años.
Segundo mito: el rescate
Existe la creencia de que las aportaciones a los fondos de pensiones disponen de una bonificación fiscal que se esfuma cuando los clientes deciden rescatar el importe invertido.
“Es un mito, depende de cómo lo hagas”, desmiente Gloria Siso. “Si decides rescatarlo todo como capital y en el mismo año, se grava como rendimientos del trabajo”, precisa, mientras que el impacto fiscal se diluye si la inversión se rescata como una renta.
En este sentido, CaixaBank ha comenzado a comercializar esta semana un producto de ahorro a largo plazo, bajo el nombre de “doble tranquilidad”, que combina las características de un plan de pensiones al uso con una renta vitalicia, de forma que los clientes pueden contratarlo y saber desde el primer momento cuál va a ser su remuneración desde el día que se jubilen hasta que fallezcan. Además, el propio cliente puede variar la remuneración mensual que percibe de este fondo, con lo que se disipa la necesidad de retirar el capital de manera abrupta y, por lo tanto, el elevado gravamen que penaliza a estas operaciones.
Aunque Hacienda penalice la retirada de golpe de fondos de los planes de pensiones, desde ING reconocen el avance que ha supuesto la última regulación del mercado, ya que desde hace dos años se permite el rescate de los planes de pensiones que lleven activos 10 años.
“Es cierto que todavía podría haber cierto margen de mejora, para incentivar la contratación y que los ciudadanos vean el plan de pensiones como una herramienta para mantener su nivel de vida. Creemos necesaria una apuesta clara por parte del Estado”, indica Gloria Siso.
Tercer mito: el respaldo público
Aunque los otros dos motivos son poderosos, la principal razón por la que los españoles no contratan planes de pensiones es porque no les hacen falta. La tasa de sustitución de las pensiones es de más del 70%, como recuerdan desde ING. Esto es, los ciudadanos tienen asegurado que cuando se jubilen recibirán del Estado una pensión que será, como mínimo, un 70% de lo que cobraban cuando estaban en activo.
“La tasa de sustitución en España es realmente alta. Es complicado pensar que en el futuro se va a dar la vuelta; en el corto plazo, el sistema público sí se está manteniendo. Pero va a ser muy difícil de mantener esa tasa de sustitución en el futuro”, subraya Gloria Siso.
La ejecutiva de ING señala que hay “incertidumbre” a largo plazo, ya que la pirámide poblacional está cambiando y hay un evidente alargamiento de la esperanza de vida. A mayor duración de las vidas, más tiempo estarán los jubilados del futuro cobrando sus pensiones, por lo que la continuidad de las pensiones públicas está en entredicho. “Los clientes intuyen que no será posible mantener esa tasa de sustitución”, sugiere Siso.
“Este es un tema absolutamente clave en estos momentos por la pirámide de población española”, secunda Alcaraz desde CaixaBank.
La supervivencia del sistema público de pensiones es matemáticamente imposible, como ya explicó a SABEMOS el director del área del Sector Financiero de IE Business School y profesor del IE, Manuel Romera: “A día de hoy, 3 jóvenes mantienen con sus cotizaciones a un anciano. Cuando los jóvenes de hoy sean mayores, 1 joven tendrá que pagar las pensiones de 2 ancianos”.
No es cuestión de que los falsos mitos sobre los planes de pensiones se caigan, es que los clientes le están viendo las orejas al lobo. Gran parte del creciente éxito de estos fondos se debe al derrumbe del Estado del Bienestar.