Otra piedra en el camino de Telefónica: Moody’s rebaja su calificación crediticia

Telefónica

La llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia de Telefónica no está siendo un camino de rosas. El sucesor de César Alierta se ha enfrentado casi de golpe a la frustrada venta de la filial británica O2, la fallida salida a Bolsa de Telxius y el recorte del dividendo prometido. Todo eso coronado con una bajada de rating por parte de Moody’s.

En concreto, la agencia de calificación ha rebajado este lunes de Baa2 a Baa3, con perspectiva estable, la nota de la deuda a largo plazo de Telefónica tras la decisión del operador español de revisar su estrategia para reducir su elevado endeudamiento.

La nueva estrategia de Telefónica, anunciada durante la presentación de los resultados de la compañía en los nueve primeros meses, se basa en reducir la deuda de forma orgánica, sin tener que depender de la venta de activos, opción que sigue abierta pero supeditada a la creación de valor. Es decir, hay una consigna clara en la compañía: O2 no se va a vender a cualquier precio. Igual camino para la filial de infraestructuras Telxius, que no se venderá ni saldrá a Bolsa por debajo de su valor real.

En este contexto, lo que argumenta Moody’s sobre la rebaja del dividendo anunciada hace unas semanas para los ejercicios 2016 y 2017 es que se trata de «un paso en la dirección correcta», ya que ayudará a reducir la deuda de forma progresiva, pero este cambio de estrategia retrasará sus esfuerzos por disminuir su endeudamiento.

Moody’s señala que la rebaja de la calificación crediticia refleja que ahora es improbable que Telefónica logre los objetivos de reducción de deuda para diciembre de 2017 que se había fijado en su anterior plan, que incluía la venta de activos como O2 o Telxius.

Expectativas y realidades

Sobre la valoración de Moody’s, destaca para el operador azul que la agencia de calificación confía en que la evolución de los resultados de Telefónica continuará mejorando, tal y como reflejan las cuentas del tercer trimestre.

Esa es la parte positiva. La negativa, en lo que respecta a O2, es que el mercado británico no parece necesitar una consolidación como la que proponía Telefónica. La compañía presidida por Álvarez-Pallete quería vender su filial a Hutchison, aunque es extraño pensar que Bruselas hubiera aceptado la creación de un operador móvil con casi el 50% de cuota de mercado. También se opuso a ello el regulador británico Ofcom.

En cuanto a Telxius, el operador no ha podido explicar bien cómo no consiguió sacar adelante su opv (salida a Bolsa) cuando muchas de las grandes telecos europeas están colocando sus infraestructuras en el mercado. El argumento ha sido que se prefirió no malvender, y de momento se trata de algo aparcado.

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