Una recapitalización de 5.500 millones de euros; una venta en apenas diez días y por un euro; más de 2.288 millones de euros en plusvalías. Estos son los ingredientes que hacen de la adquisición de Banco de Valencia una de las operaciones más rentables de la historia de Caixabank.
La compra por solo un euro del Banco de Valencia llevada a cabo por Caixabank el 28 de febrero de 2013 supuso un rescate encubierto con dinero público para la entidad catalana. Gracias a las ventajosas condiciones del acuerdo firmado con el FROB, Fainé se hizo prácticamente gratis con una entidad valorada en más de 4.042 millones de euros [ver cuadro inferior] lo que le permitió generar unas plusvalías de 2.288 millones ese mismo ejercicio. Esta es al menos una de las principales conclusiones de un estudio publicado por el profesor de Finanzas de las universidades de Valencia y La Rioja, Salvador Climent, y presentado en el último Congreso de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA).
«Sin el impacto de la compra del Banco de Valencia las pérdidas antes de impuestos [de Caixabank en 2013] hubieran sido de 3.002 millones de euros. Cifra que a buen seguro hubiera hecho saltar las alarmas en los mercados financieros, tanto nacionales como internacionales», señala el profesor Climent en su estudio. En vez de esto, la entidad lograría presentar a 31 de diciembre de 2013 un resultado antes de impuestos de 713 millones de euros en lo peor de la crisis económica en España.
Este académico experto en contabilidad financiera no entra a valorar en este informe las razones por las que se llevó a cabo esta operación en aquellas condiciones tan costosas para el contribuyente. No obstante, la rapidez con la que fue resuelto el proceso de adjudicación (en apenas 10 días) y el alto coste del mismo (5.498 millones) le han empujado a publicar un documento que documenta y cuantifica hasta qué punto resultó beneficiada Caixabank.
Otros economistas como los profesores Joaquín Maudos y Tano Santos escribieron en su momento artículos criticando el proceso de desinversión del FROB en la entidad levantina por su opacidad y falta aparente de justificación económica. Se rescataba porque hubiera sido más caro liquidarla, se argumentaba. Ambos dejaban entrever una inexplicable cuantía de ayudas en un banco tan pequeño como BdV. El profesor Climent vincula las ayudas al banco valenciano con los beneficios posteriores de una Caixabank que siempre ha presumido de no haber necesitado una inyección de capital público como sí la han necesitado otras cajas como BFA-Bankia, Novagalicia o CatalunyaCaixa.
Casi el triple del rescate que pedía Oliver Wyman
Banco de Valencia era una pequeña entidad (apenas 15.000 millones de euros de activo) participada de forma mayoritaria por Bancaja y, posteriormente, por BFA-Bankia. Los problemas de morosidad que emergieron en 2011 llevaron al Banco de España a intervenir y nacionalizar la entidad, que recibió 5.498 millones de euros en sendas ampliaciones de capital de 1.000 y 4.500 millones respectivamente. El FROB, que controlaba la entidad, abrió un proceso de venta de la misma el 16 de noviembre de 2012.
Apenas once días después (el 27 de noviembre) el FROB anunciaba que ya tenía entidad adjudicataria para quedarse con Banco de Valencia. Sería Caixabank, que se quedaría con la entidad por la simbólica cantidad de un euro.
Uno de los hechos menos justificados por las autoridades que expone el informe es la cantidad de dinero público invertido en BdV. Los 5.498 millones de euros pueden parecer pocos si se comparan con los 12.042 millones inyectados en Catalunya Caixa, los 22.424 de BFA-Bankia o los 9.052 de Novagalicia. Sin embargo, esa comparativa por sí sola no dice casi nada, ya que el porcentaje de ayudas respecto del tamaño de una y otras entidades son la clave para entender qué caja o banco ya recibido realmente más dinero público. Y en esto Banco de Valencia no tiene rival. Los casi 5.500 millones suponen una cobertura de cerca de un tercio de su activo, por encima de cualquier otra entidad.
¿Por qué 2.000 millones más de lo que pedía Oliver Wyman?
Otro de los hechos sin aparente explicación tiene que ver con el evaluador independiente contratado por el Banco de España tras el rescate al sector financiero. Oliver Wyman dictaminó a finales de 2012 que Banco de Valencia tenía un déficit de capital de 1.846 millones de euros en un escenario normal y de 3.462 millones en un escenario estresado (es decir, especialmente negativo). Apenas unas semanas después el Gobierno inyectaba en la entidad 2.000 millones de euros más de lo que el experto independiente calculaba para el peor escenario de futuro imaginable, en el que a España tuviera una tasa de paro mucho mayor de la que realmente tuvo y una tasa de impagos en los créditos peor de lo esperado.
«Partiendo de que la prueba de resistencia es de las más exigentes que se habían realizado y que el escenario real ha sido mejor que el escenario basse. Asumiendo el informe de Oliver Wyman las necesidades de capital del Banco de Valencia deberían de ser inferiores a 1.846 millones que se presentaba en dicho informe», añade el estudio.
Sin acceso a la información
Otro de los aspectos relevantes de la investigación llevada a cabo por el profesor Climent en la falta total de ayuda por parte de las entidades y autoridades públicas implicadas (Caixabank, Banco de España y FROB). Todo el trabajo realizado por este académico se ha tenido que basar en la información publicada por estas organizaciones en sus páginas web, ya que cualquier otro dato adicional que se solicitó para preparar el estudio fue rechazado.
Climent reclamaba información más detallada sobre el balance de Banco de Valencia a fecha 28 de febrero de 2013 (cuando se transfirió el banco a Caixabank), sobre la gestión de híbridos en la entidad, sobre el traspaso de activos tóxicos a Sareb y sobre los esquemas de protección de activos (EPA). Nada de esto se le facilitó por parte de autoridades y entidad financiera.
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